Este jueves 7 de marzo en la Marcha de los Jueves N° 2395, las Madres de Plaza de Mayo marcharon junto a los compañeros Demetrio Iramain y Carlos Raimundi, ex embajador argentino ante la OEA. En el cierre, escuchamos a Carmen Arias.

En un comienzo, tomó la palabra Demetrio, quien saludó a la militancia y abrió la Marcha, comentando lo que fue la victoria de Cristina Caamaño en la asamblea extraordinaria de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa) el pasado martes 5 de marzo. «Estamos muy contentos», aseguró.

Más adelante, de cara a un nuevo Día Internacional de la Mujer, Demetrio centró su discurso hablando de un encuentro de mujeres que se enmarcó dentro del acto del 30 de abril del año 2005, cuando las Madres cumplían 28 años de lucha. «Aquella vez las Madres convocaron a 50 luchadoras argentinas, compañeras. Había piqueteras, había trabajadoras sexuales, trabajadoras de la Casa de las Madres, compañeras que estaban en el periódico de las Madres, periodistas, psicólogas, para debatir tres puntos: la unidad latinoamericana, el anti imperialismo, y si la lucha era de clases o de género», enumeró.

Acto seguido, explicó que para el año 2005 no existía la marea verde de la campaña por el aborto legal seguro y gratuito, ni la magnitud del movimiento Ni Una Menos que acrecentó al colectivo feminista.

En este marco, las Madres y las 50 compañeras emitieron un comunicado que Iramain trajo al presente: «Como mujeres afirmamos que hombres y mujeres somos víctimas de un sistema de explotación y opresión, y por lo tanto estamos todos inscriptos en la lucha de clases. Desde esa perspectiva, sostenemos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, la despenalización del aborto, el acceso a los métodos anticonceptivos, y el reconocimiento a la diversidad sexual. Esta es una lucha del movimiento popular en su conjunto.

Las Madres con 28 años de lucha inclaudicable, han sido y son, un ejemplo retomado por miles de mujeres que han salido a la calle asumiendo un rol protagónico en las luchas populares. Sobre la base de estas consideraciones proponemos: NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA; NO AL ALCA, NO A LA INSTALACIÓN DE BASES MILITARES EN AMÉRICA LATINA; NO A LA PARTICIPACIÓN DE FUERZAS MILITARES ARGENTINAS EN OPERATIVOS CONJUNTOS; RETIRO INMEDIATO DE LAS TROPAS ARGENTINAS DE HAITÍ; NO A LA VISITA DE BUSH A LA ARGENTINA; DEROGACIÓN DE LAS LEYES ANTITERRORISTAS; LIBERTAD A LOS PRESOS Y PRESAS POLÍTICAS; y DESPROCESAMIENTO DE LOS LUCHADORES POPULARES», repasó.

Antes de finalizar, agregó que «Con esa fuerza, nos convocamos todos mañana a hacer del 8 de marzo un día de lucha teniendo muy fuerte y bien en alto el ejemplo de las Madres que han convertido la maternidad en un hecho político que aporta mucho también a la lucha de ese movimiento feminista», cerró Demetrio.

Acto seguido, Iramain presentó a Carlos Raimundi, el invitado de la fecha, quien se mostró honrado por estar en la Plaza y agradeció a la invitación de las Madres de hablar en la Plaza.

Para comenzar, tomó las palabras que «rescató Demetrio de nuestra historia reciente», y afirmó que «cuando se lucha por el ideal de la igualdad y de la justicia se lucha en todos los planos. No hay luchas aisladas. No se puede luchar por la justicia en una cosa, y por la injusticia en otra».

«El sistema financiero del que somos prisioneros en occidente, tiene tres grandes planos de explotación. Los Estados más poderosos, y los capitales, los conglomerados, los monopolios, los fondos de inversión más poderosos, contra los Estados dependientes. Dentro del Estado, la disputa entre el mundo del capital monopólico y el del trabajo. Y dentro del mundo del trabajo, la mujer es más explotada, aún, que el hombre. Quiere decir que la lucha de género, la lucha por la justicia social, y la imperialista, convergen en el mismo sentido y con el mismo objetivo que es el de lograr, finalmente, la igualdad y la justicia», planteó.

Dicho esto, aclaró que «lo primero que tenía pensado hacer es felicitar, saludar, a esta querida y valiente compañera, que es Cristina Caamaño, que finalmente ha removido todos o una parte de los obstáculos que se le presentaban para convertirse en la legítima rectora de la UNMa», dijo Raimundi levantando en aplausos.

En el mismo tono, se refirió acerca de la inteligencia de nuestra eterna compañera Hebe de Bonafini. «A Hebe se la puede adjetivar de muchas maneras, defender por su arrojo, por su constancia, por su valentía, pero yo quiero rescatar la inteligencia», expreó.

«Esa capacidad para situarse en el momento histórico, pero al mismo tiempo para planificar para los tiempos, para que ese sentido común, que es de una determinada etapa, convertirlo en un sentido común que se proyecte en el tiempo, que se sustente, que se sostenga y se convierta en permanente», agregó.

En contrapartida, explicó que hoy rige otro sentido común, «si ustedes suman en el presupuesto nacional los subsidios a la energía, al combustible, al transporte, la financiación de las exportaciones, las concesiones que tienen con los distintos tipos de cambio, la libertad para fugar capitales, la libertad para hacer balances en dólares y girarlos sin ningún obstáculo al exterior, balances de ganancias que surgen del trabajo de nuestro pueblo, y despues son girados libremente al exterior. Todo eso que son concesiones del Estado, suma seis veces que la ayuda social del Estado a los programas de asistencia», relató.

Sin embargo, agregó que «si ustedes le preguntan a alguna de las personas que están por ahí caminando, es muy posible que les digan que la culpa de la bancarrota del Estado la tienen los pobres, y no las concesiones que el Estado hace a los ricos. Es decir, cómo penetró el sentido común», completó.

En la misma línea, diferenció, “Nosotros tenemos una militancia muy férrea, y muy aguerrida, pero no alcanza con la militancia”, sostuvo. “La militancia tiene que persuadir, tiene que convencer y tiene que dar la batalla en cada rincón por el sentido común. Para que la gente que no es militante, se despierte y sienta estas cosas”.

En ese orden, habló de “La mesa del poder”, y dentro de ella, ubicó “la Embajada (de los Estados Unidos en la Argentina), están los grandes medios, están las grandes cámaras exportadoras de la construcción, los bancos, y también está el Estado. Ahora si uno le pregunta a la gente ‘primero, de todos esos factores de poder ¿Cuál es el único que está llamado a representar el interés general y no el interés particular de esa corporación?”, cuestionó y respondió, “El Estado”.

“Ahora, si yo pregunto ahí afuera a la gente que está caminando, de todas esas instituciones ¿Cuál es la más obsoleta?, ¿Cuál es la más anacrónica?, ¿Cuál es la más corrupta? Qué es lo primero que me van a decir: El estado”, reflexionó y debatió: “¿Se dan cuenta de la trampa cultural en la que estamos? ¿Se dan cuenta de cómo nos invadieron, cómo nos penetraron el sentido común? Y yo no inventé esto, ya lo había dicho (Antonio) Gramsci un pensador de los años 60. (Louis) Althusser hablaba de los aparatos ideológicos del Estado, de que el sentido común se conquista a través de los aparatos ideológicos”, explicó.

Cerca del final,  puso en valor “el sistema de educación y el sistema de medios de comunicación qué nos dejó Hebe para permanecer en el tiempo en esa disputa por el sentido común: una radio histórica con un sentido histórico y la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo, segunda fuente de inteligencia”, pronunció haciendo levantar a la militancia.

“Nos reubicó como generación en la historia porque nuestra generación era tildada de terroristas y criminales, y Hebe, qué dijo: ‘Eran, son, serán y seremos militantes políticos revolucionarios”, decretó.

Por último, sin ningún reparo pidió “Hay que terminar con esta pesadilla lo antes posible y que nadie me corra con que eso no es democrático”, lanzó en dirección a terminar el gobierno macrista de Milei.

En el mismo tono, remató, “porque cuando yo veo como me toca en la estación de Constitución cuando me vuelvo en tren a mi casa, ver trabajadores de 50, 60 años, que saltan el molinete no pueden pagar, o ver una mamá que no le puede comprar el útil escolar a su hijo, o ver una persona enferma que tiene que renunciar a su tratamiento y a sus remedios, cuando hay una política que sigue profundizando ese sufrimiento esa política es la antidemocrático y lo democrático es terminar cuanto antes con esa política que ocasiona el sufrimiento del pueblo argentino”, concluyó Raimundi entre aplausos.

Terminando la marcha, tomó la palabra Carmen Arias, quien trajo al presente un discurso de nuestra eterna compañera Hebe, 4 meses después de la asunción de Mauricio Macri:

“Las madres hemos entregado nuestras vidas a esta lucha. Nunca creímos en el trabajo de escritorio y encerradas. Siempre supimos que la lucha de los pueblos no se soluciona ni en los tribunales ni en los parlamentos, se soluciona en las calles, en las plazas, en las veredas que son nuestras.

Por eso, nunca dejamos nuestra Plaza. Tantos años cada jueves, Navidad, Año Nuevo, con lluvia, viento, nunca dejamos la Plaza, porque nos dimos cuenta que las madres debíamos armar un colectivo muy fuerte. Un colectivo que nadie pudiera destruir (y lo intentaron varias veces) porque los gobiernos constitucionales no cumplieron. Al contrario, hicieron leyes de perdón.

Y después, cuando no hicimos más la Marcha de la Resistencia, con Néstor, porque el enemigo no estaba más en la casa de gobierno, empezamos a recibir la felicidad de Cristina y de Néstor que nos dijeron que éramos sus madres y que nuestros hijos eran sus compañeros.

Eso es demasiado fuerte, lo mejor que nos pasó. Pero las madres quisimos llegar a Néstor y Cristina, pasamos por muchos momentos muy difícil. Por esto decidimos socializar la maternidad.

Ya cuando todavía estaba Azucena, empezamos a pensar en no ser madre de uno sino madre de todos. Porque había miles de desaparecidos que las familias no denunciaban, entonces nos preguntamos ‘¿Qué va a pasar? ¿Nuestros hijos van a tener denuncias y otros no?’. Fue así.

Empezamos a hacer de 200 habeas corpus, y que cada madre no pidiera nada por su propio hijo, que no lo nombrara, que no le pusiera el nombre, porque no importaba si se llamaba Juan Pedro o María. Todos ellos querían lo mismo: eran revolucionarios, estaban entregando su vida a la patria.

Por eso cuando el capitalismo inventó la reparación económica las madres la rechazamos y nunca permitimos que le paguen precio a la vida de nuestros hijos. La vida no vale plata, la vida vale vida, y vale la vida del otro”, leyó Carmen.

“Gracias por transmitir de manera tan clara los fundamentos básicos de nuestra lucha. Los seguimos teniendo bien en alto. Especialmente ahora ante un enemigo tan cruel”, cerró y saludó a toda la militancia e invitó a todos y a todas a la Marcha N° 2396 del jueves 14 de marzo.

Por último, de cara al 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, la militancia fue testigo de una performance del grupo feminista Estamos Acá. Además, estas incansables luchadoras compartieron la visita de un grupo de la Radio Popolare de Italia que vino, desde allá, a conocerlas.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *