En una soleada tarde de octubre, las Madres de Plaza de Mayo llevaron adelante la Marcha de los Jueves N°2425, acompañadas por la militancia y referentes como Demetrio Iramain. En esta ocasión, también participó Vanesa Argüello, estudiante de Derecho en la UNMa, quien recientemente obtuvo la beca EVC (Estímulo a la Vocación Científica) otorgada por el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional). Más adelante, el cierre estuvo a cargo de Carmen Arias, con la destacada presencia de Josefa “Pina” de Fiore.

Demetrio Iramain, poeta y docente de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo, tomó la palabra con la contundencia que lo caracteriza, condenando las maniobras del gobierno de Javier Milei para desmantelar los Derechos Humanos en el país. “El gobierno fascista de Milei quiere poner a una persona nefasta en la Cancillería, una persona que jamás debió estar cerca de los Derechos Humanos», comenzó diciendo con vehemencia.

«Hablamos de Julia Lorenzo, una persona que celebra los crímenes de la dictadura. Es más fascista que Milei y Victoria Villarruel juntos. No digan que no se los advertimos: si Milei firma ese nombramiento, todo nuestro repudio será contundente», lanzó. Las palabras de Iramain, cargadas de indignación, resonaron entre los presentes, quienes lo acompañaron con aplausos y cánticos en repudio a las decisiones del gobierno.

Iramain no se quedó ahí. Hizo un llamado a la resistencia activa frente a las embestidas de este gobierno contra las instituciones populares y, en particular, contra la Universidad Nacional de las Madres.

“Quieren intervenir nuestra universidad, pero no pueden con los 47 años de lucha que llevamos adelante en esta Plaza. Quieren desmantelar lo que Hebe construyó, pero no saben que acá no nos rendimos, porque la Universidad de las Madres no es solo un lugar de enseñanza. Es el legado vivo de los 30 mil detenidos desaparecidos».

La energía en sus palabras reflejaba una firmeza irrenunciable ante la intervención fallida que intentó imponer el Ministerio de Educación de la Nación: «Ayer marchamos con nuestra rectora, Cristina Camaño, junto con rectores de otras universidades nacionales. La jueza nos dio la razón y declaró inválida la resolución 45, que pretendía poner al interventor Maurizzio. Es una victoria, compañeros, porque es una victoria para la autonomía de nuestra universidad».

El vínculo entre la Universidad y la Plaza quedó más claro que nunca, como lo expresó Iramain: «Nos quieren arrodillados, quieren controlar lo que enseñamos, pero no pueden con la historia, no pueden con las luchas populares. En la Universidad de las Madres no se forman solo abogados, se forman luchadores populares». Sus palabras se entrelazaban con el legado de la Plaza, reafirmando la continuidad de esa lucha en la formación académica y militante de las nuevas generaciones.

Luego, tomó la palabra Vanesa Argüello, una estudiante de la UNMa que emocionó a todos los presentes con su historia de superación y agradecimiento a la Universidad de las Madres. «Muy buenas tardes, compañeros y compañeras. Buenas tardes, Madres. Estoy de verdad muy emocionada porque hace unos años estaba en este mismo lugar, y estaba con Hebe», comenzó conmovida. «Es un honor inmenso estar acá hoy. Yo soy de La Matanza, soy hija de una costurera y de un mecánico, Carmen y Jorge. Soy la primera generación de universitarios en mi familia».

Vanesa relató cómo la UNMa la transformó a nivel personal y académico, resaltando la oportunidad que encontró en la institución para seguir sus estudios, algo que inicialmente parecía imposible. «Cuando terminé la secundaria, no pude ir a la universidad. Eran épocas de vacas flacas en mi casa, había que laburar. Por eso soy la primera de mi familia en poder estudiar», compartió. Pero el agradecimiento no era solo por la posibilidad de acceder a la universidad, sino también por el profundo impacto que esta tuvo en su vida. «La Universidad me recibió toda rota y me fue pegando los pedazos de a poco, sin que me diera cuenta. Me abrazó fuerte, puso a disposición los mejores docentes y me dio la mejor amiga del mundo, María Sucarrat».

Más allá de lo personal, Argüello destacó la calidad académica de la UNMa y su compromiso con la formación de excelencia. «La Universidad de las Madres tiene casi 50 materias en la carrera de Derecho, mientras que cualquier otra universidad tiene entre 42 y 45. Es un nivel de exigencia altísimo, pero es porque forman luchadores, no solo profesionales», afirmó con orgullo. También hizo referencia a su reciente logro, la obtención de la beca EVC: «Hace un mes y medio, el Consejo Interuniversitario Nacional abrió una convocatoria de becas estímulo a las vocaciones científicas, incluyendo a la Universidad de las Madres. No estaba segura de participar, pero dos días antes de que cerrara la convocatoria decidí enviar mi solicitud. Pasé las tres etapas y gané la beca. Lo que más me enorgullece no es haber ganado, sino haber dejado en pie de igualdad a la Universidad de las Madres con todas las universidades del país». Sus palabras llenaron de emoción a los presentes, que la ovacionaron.

Pero su discurso también tuvo un tono desafiante, dirigido a las autoridades del gobierno y a aquellos que intentan desmantelar la universidad. «Le advierto a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que cada vez va a ser más difícil negarnos. Nosotros ya tenemos quien nos dirija: Cristina Caamaño. Y eso se llama autonomía universitaria», sentenció Argüello, arrancando aplausos y consignas.

Hizo un fuerte llamado a la reflexión a quienes traicionan los ideales que alguna vez los acercaron a la Universidad. «A ese conjunto de personas que se sientan a negociar con la derecha les pregunto: ¿Qué los mueve a hostigar al estudiantado? Ustedes están traicionando la memoria de los 30 mil detenidos desaparecidos. Se sentaron con la derecha y no tienen retorno. ¿Qué nos van a amedrentar? Somos hijos de las Madres». En esas últimas palabras, Argüello reafirmó la certeza de que la lucha por la Universidad de las Madres sigue firme, y quienes la conforman no se rendirán ante las presiones.

El cierre del acto estuvo a cargo de Carmen Arias, quien comenzó con una profunda reflexión sobre la jornada anterior y la importancia de seguir en la lucha. “Compañeros, las Madres y seguramente ustedes también, estamos felices de la gran jornada de lucha que hicimos ayer. Cientos de miles de personas en todo el país salimos a la calle para decirle a Milei que no vamos a permitir que se clausure para siempre nuestra posibilidad de construir una Patria justa, libre y soberana. Y esas condiciones solo puede garantizarlas una Universidad gratuita, estatal y de excelencia como tenemos en la Argentina”.

Carmen, siempre con la firmeza de las Madres, anunció que leería un discurso de nuestra eterna compañera pronunciado en un momento de lucha muy similar al actual. «Para hoy traje un discurso de Hebe, pronunciado el jueves 11 de febrero de 2016, cuando () Macri llevaba recién 60 días de gobierno», comenzó, y acto seguido procedió a leer las palabras de la eterna líder de las Madres:

“Esta Plaza que nos convoca desde hace casi 39 años empezó por un reclamo muy duro y muy terrible que era la desaparición de nuestros hijos. Hoy tenemos una dictadura que llegó por los votos de la derecha infame y de algún que otro equivocado y convencido de que iban a cambiar. Bueno, cambiaron, sí, pero para beneficio de ellos.

Y hoy están los compañeros trabajadores desocupados o casi desocupados que van a pasar a ser los nuevos desaparecidos de este sistema, que no van a contar para nadie ni para nada y no serán tenidos en cuenta.

Por eso esta Plaza tiene que seguir siendo de ellos, de los trabajadores, los desocupados y los compañeros que tengan problemas. Esta Plaza nació con un reclamo y un grito: ¡Aparición con vida! Hoy las Madres decimos: “La falta de trabajo es un crimen y alguien lo va a tener que pagar”.

A mí me parece que vienen tiempos muy duros, compañeros. Por eso tenemos que tomar los diarios, tomar los lugares. Ellos quieren ahogarnos, quieren asfixiarnos, pero no se dan cuenta que no pueden cambiar nuestra cabeza y no pueden comprar nuestro corazón.

Nuestro pensamiento revolucionario, combativo, fanático y amante. Amante de la libertad, amante de la justicia. Esta historia que quieren llevar adelante es odio al peronismo, es el odio la clase trabajadora, es un odio muy grande. Antes arrastraban los bustos de Perón y Eva Perón por la calle, porque no los pudieron arrastrar a ellos. Y ahora toda la culpa es de Cristina, toda la culpa es de Néstor.

Pero nadie les va a creer, compañeros. Ellos van a pasar y van a quedar en el olvido y Cristina, Néstor, Perón y Evita, cada vez van a estar más altos. Porque nuestra clase, la clase más postergada, la más golpeada, la más ninguneada, la clase trabajadora, a pesar de todo, tiene las universidades llenas de estudiantes de los barrios más humildes.

Yo recién saqué a dos policías que estaban en la Paza y les dije que hacía mucho tiempo que no había policía en esta Plaza, que no quería que vuelvan otra vez a amedrentar. A nosotros no nos van a amedrentar, pero no queremos policías en la Plaza», leyo Carmen levantando a la militancia en un sólido aplauso.

«Eso dijo Hebe, como si supiera… Todo lo que nos sucedió con Macri, vuelve a pasarnos hoy. Pero no se dan cuenta que Macri y Milei van a pasar también. Y la marcha de las Madres en la Plaza de Mayo va a continuar», concluyó la Madre de Plaza de Mayo.

 

 

 

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