Este jueves 22 de diciembre, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha N° 2332 ininterrumpida junto al compañero Demetrio Iramain, y el Intendente de Ensenada Mario Secco.

Acompañados por una multitud que acompañó a las Madres, Demetrio tomó el micrófono para saludar a la militancia, con un saludo especial para las Organizaciones Libres de los Chicxs del Pueblo, y la Tupac Amaru que acampó en la Plaza de Mayo por la libertad de Milagro Sala.

No sin antes mencionar la alegría que significó el campeonato del mundo en Qatar 2022, señaló que “no pudimos siquiera terminar de festejar que ya la Corte Suprema volvió a demostrar que la lucha sigue, que la puja sigue, que no cede, con ese fallo nefasto que nos hicieron en el día de ayer dándole a la Ciudad de Buenos Aires una cantidad infernal de millones y millones de pesos para que Horacio Rodríguez Larreta inicie y tenga para gozar en su campaña electoral”, lanzó.

En el mismo tono, calificó al fallo de la Corte por la coparticipación, como “un nuevo acto de campaña de la Corte Suprema”, y afirmó, “no es una Corte Suprema de Justicia, es una Corte Suprema política partidaria con fines electorales y como tal tiene que ser denunciada y juzgada en algún momento, porque la Constitución no le asigna en absoluto ese rol”.

“No los votó nadie para que decidan el destino de este país, el destino de este país se decide en las calles, se decide en las urnas, se deciden los parlamentos, se decide en el Poder Ejecutivo con el voto popular y no en la Corte Suprema”, agregó.  

En consecuencia, exigió en dirección al máximo tribunal “que deje de meterse donde no le corresponde y que libere a los presos políticos. Basta de garantizar desde el sitial más alto del sistema judicial argentino que en este país siga habiendo presos políticos. Libertad urgente para hechos no puede ser que lleguemos a la Navidad con presos políticos en la Argentina”, cerró Iramain.

A continuación, llegó el momento de escuchar al invitado de la fecha, al Intendente de Ensenada, Mario Secco, gran amigo de las Madres y de nuestra compañera eterna Hebe de Bonafini. “Me llena de orgullo poder  hablar nuevamente en esta Plaza hoy sin Hebe, y tenemos que aceptarlo y la vida es así continúa”, planteó.

Más adelante, contó las novedades en torno a la construcción y puesta en marcha del Espacio de Cultura Popular y Archivo de las Madres de Plaza de Mayo, que se lleva adelante en el municipio que vio nacer a Hebe.

En ese sentido, Secco anunció “la licitación del edificio que Hebe decidió que construyéramos para que las empresas constructoras puedan construir ese edificio que ella decidió en ese lugar, que realmente es muy bueno, que es un lugar espectacular y que va a ser unos de los mejores edificios de la ciudad de Ensenada”, aseguró.

Sobre el basto archivo de las Madres, añadió que “los bibliotecarios y bibliotecarias están trabajando muy fuertemente en ordenar semejante archivo de las Madres. No estamos hablando de una repisa estamos hablando de pisos enteros de que van a ser custodiados en ese edificio”.

“Era lo que quería Hebe, lo que querían las Madres. Lo habíamos discutido y charlado como ella miraba eso y quería que sea en Ensenada para que esté protegido a cuadras de donde ella nació y va a estar protegido”. Al respecto, señaló que “algunos decían ‘y Macri y su pandilla y lo liberales y la dictadura’ y todo eso va a estar custodiado”, sentenció.

Más adelante, detalló que el lugar de las Madres de Plaza de Mayo en Ensenada “va a enseñar mucho a todos los jóvenes, porque va a haber salas integrantes donde se va a poder mostrar de otra manera la biografía”.

Además, informó que el Espacio tendrá “un teatro a donde se va a hacer cultura para los pibes callejeros, para que ellos puedan a llegar a ser grandes artistas. Va a haber una escuela muy importante, y muchas cosas en esa manzana que hemos dispuesto para construir este pensamiento que las Madres y Hebe tenían”, certificó.

Por otra parte, Secco apuntó contra el Poder Judicial por la vergonzosa condena contra Cristina Fernández de Kirchner, que tildó de proscripción contra la vicepresidenta. “Tenemos que romper la proscripción como lo hemos hecho una y otra vez”, lanzó y reiteró el pedido de “libertad  a Milagros Sala y a los presos políticos, se tiene que escuchar ese grito en todo el pueblo Argentino”.

Al igual que Demetrio, criticó el fallo de la Corte Suprema por la coparticipación que Macri le entregó durante su presidencia. “Decidieron sacarle y romperle los fondos federales al pueblo argentino y darle la guita para la campaña de Larreta que quiere ser candidato a presidente. Fíjense como fallan para su propia gente”, dijo Secco.

Además, manifestó que “hace un tiempo atrás, con las Madres y con Hebe, decíamos claramente que no podíamos legalizar la deuda con el Fondo Monetario Internacional que nos había dejado Macri y su pandilla. Lo decíamos claramente que no estábamos de acuerdo y seguimos no estando de acuerdo. Alguien tiene que alguien tiene que plantear en la Argentina que el pueblo argentino no está de acuerdo”.  

Por último, advirtió, “nosotros estamos en un frente político, el Frente de Todos. Ahora, no porque estemos en un frente político somos unos felpudos. Somos compañeros que así como sumamos también decimos lo que tienen que hacer: libertad, con indultos, sin indulto, o como quieran”.

En la misma frase, llamó “a defender” las conquistas, ellos avanzan mientras nosotros aflojamos”, concluyó Secco.

Para cerrar la Marcha N° 2332, «hablando de tanta lucha» tomó el micrófono Carmen Arias, quien habló del 19 y 20 de diciembre de 2001, a 21 años del día que el ex presidente Fernando de la Rúa dejó la Casa Rosada luego de una pueblada contra sus políticas que fueron duramente criticadas por las Madres de Plaza de Mayo.

En un comienzo, Arias leyó la carta que Hebe de Bonafini le envió el 10 de diciembre a De la Rúa:

“Señor presidente de la Nación Fernando de la Rúa. Sus relaciones miserables con el Fondo Monetario Internacional nos llevaron a un abismo. Cuando usted acepta las órdenes del imperialismo se convierte en nuestro enemigo.

Las Madres de Plaza de Mayo estamos comprometidas con la lucha y la resistencia contra el terrorismo de Estado que hoy usted representa.

Porque continuamos levantando la misma bandera de nuestros 30,000 hijos desaparecidos, exigimos inmediato cese de la de la represión; inmediato levantamiento del estado de sitio; inmediato cese del pago de la deuda externa; inmediata libertad a los presos políticos; nacionalización de las empresas privatizadas y la banca; reducción de las dietas de los legisladores y jueces a un máximo de 1.500 pesos;  inmediata eliminación de todas las jubilaciones de privilegio; trabajo digno para todos.

Cuando se gobierna con Estado de sitio es porque los gobernantes le temen al pueblo movilizado. Las Madres de Plaza de Mayo le advertimos a usted y a toda la dirigencia política corrupta, que el pueblo tiene el derecho de combatir la represión y ejercer la justicia que se le niega”, leyó Carmen Arias.

Además, tomó otro texto de las Madres que relata en primera persona el devenir de la jornada que terminó definitivamente con la Alianza.

Al mediodía del miércoles 19 de diciembre de 2001, la declaración de estado de sitio por el balbuceante De la Rúa era casi un hecho. Las Madres de Plaza de Mayo preveíamos un escenario muy conflictivo para el día siguiente. Tanto, que pensamos que podía hacérseles casi imposible marchar a las tres y media de la tarde como cada jueves desde hacía (por ese entonces) 24 años.

Para ganar tiempo y ocupar la Plaza de Mayo con suficiente antelación, lanzamos una declaración convocando al pueblo a la Plaza para las 12 horas del jueves 20 de diciembre. La excusa de superficie era repartir una carta pública dirigida al presidente, que íbamos a entregar en la Mesa de Entradas de la Casa de Gobierno después de la marcha de cada jueves.

El objetivo mayor era bien distinto: garantizar nuestra tradicional marcha alrededor de la Pirámide y frustrar la previsible represión. Sólo la dictadura militar nos había impedido marchar en la Plaza, pero no era la primera vez que la “democracia” radical se parecía al régimen de los generales.

Lo que pasó después es por todos conocido: De la Rúa declaró el estado de sitio, y el pueblo ganó las calles desde la noche del miércoles 19 de diciembre y durante toda la madrugada del 20.

En la mañana del jueves, después de haber acompañado al pueblo en su espontánea salida a calle, las Madres decidimos adelantar la convocatoria prevista para las 12 cuando vimos por televisión las escenas que estaban ocurriendo en la Plaza de Mayo.

Cientos de jóvenes que, como oleadas interminables, seguían cayendo a protestar, y otros que permanecían en las calles aledañas desde la noche anterior, se enfrentaban cuerpo a cuerpo con la policía y varios de ellos eran detenidos.

Al llegar a la Plaza para solidarizarnos con ellos, las Madres armamos como pudimos nuestro puestito para repartir volantes. Con antelación, decidimos no llevar periódicos ni libros para vender, sino apenas los volantes y folletos de la por entonces Universidad Popular. Probamos las pilas del megáfono nuevo, pero no tuvimos tiempo de usarlo. Eran más o menos las 10 y media de la mañana. Varias compañeras no alcanzaron a enterarse del adelantamiento de la convocatoria realizada el día anterior, y cuando llegaron a las 12 ya había ocurrido todo.

Cuando una fila de oficiales de la Guardia de Infantería se nos paró por delante, con sus armas, cascos y escudos, y mientras una docena de nosotras respondía con cánticos e insultos, una formación de la División Policía Montada nos embistió por detrás, golpeándonos desde la cima de sus caballos con sus fustas, al tiempo que los efectivos de Infantería nos tiroteaban de frente.

Sobre un total de 14 Madres presentes, con edades de entre 70 y 90 años, 7 de nosotras resultaron heridas con balas de goma y golpes de bastón.

El desbande fue generalizado, menos para nosotras las Madres que, con Hebe a la cabeza y a pesar de los caballos y los balazos de goma, seguimos gritándoles “asesinos”, “hijos de puta”, “cobardes”.

Las imágenes del cobarde ataque que recibimos recorrieron el mundo entero en tiempo real, provocando que a partir de allí la salida a la calle resultara ya incontenible.

Las escenas de golpizas, balaceras y detenciones violentas se multiplicaron, y también las muestras de resistencia popular. La carta a De la Rúa no pudo ser entregada, pero las horas en su cargo del último presidente radical estaban contadas.

Nosotras, las Madres, fuimos las únicas que mantuvimos nuestro anuncio público en abierto desafío a un régimen en retirada feroz, aun cuando el estado de sitio prohibía expresamente la protesta.

Cuando aquel 20 de diciembre la retirada de la Plaza era ya inevitable, quienes allí estábamos debíamos hacer lo obvio: cubrirnos entre nosotras, cuidarnos de los balazos, esquivar los bastonazos, y salir a como dé lugar.

Contra Hebe la policía se ensañó particularmente, y a Beba ya se le deben haber borrado las marcas de los perdigones de goma sobre sus pechos, disparados a tres metros de distancia. Quizás menos.

La salvación, llegó cuando de la nada vimos la combi del móvil de exteriores de FM La Tribu. Suficientemente grande y con un conductor especialmente valiente que se paró sobre la avenida Rivadavia, frente a la Catedral, y nos hizo subir a todas las Madres.

Entre quienes subieron se encontraba nuestra compañera Cotita, que ya había pasado los 90 años de edad.

A las tres y media de la tarde, otras Madres que no llegaron a tiempo al mediodía se hicieron lugar entre la muchedumbre, los gases, las corridas, y marcharon como cualquier jueves.

Su obligación militante era ganar el centro de la Plaza y marchar. Lo lograron. La imagen de la marcha circular alrededor de la Pirámide mientras en las calles adyacentes a la Plaza de Mayo había muertos, también dio la vuelta al mundo.

 El megáfono nunca apareció”.

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