«El Día de la Madre o el Día de la Familia, se lo queremos dedicar las Madres a las madres que nadie conoce. A esas que nadie conoce, que en definitiva seria como… acordarme de mi abuela, porque era una de las que siempre lavó ropa ajena. Voy a leer un poema de Roque Dalton, que habla de eso, de las mujeres que lavan ropa ajena. En nombre de quienes lavan ropa ajena y expulsan de la blancura la mugre ajena. En nombre de quienes cuidan hijos ajenos y venden su fuerza de trabajo en forma de amor maternal y humillaciones. En nombre de quienes habitan en vivienda ajena que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel. En nombre de quienes comen mendrugos ajenos y aún los mastican con sentimiento de culpa. En nombre de quienes viven en un país ajeno, las casas y las fábricas y los comercios y las calles y las ciudades y los pueblos y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes son siempre de otros y por eso está allí la policía y la guardia. Cuidándolos contra nosotros. En nombre de quienes lo único que tienen es hambre, explotación, enfermedades, sed de justicia y de agua. ¡Y de agua! Persecuciones, condenas, soledad, abandono, opresión, muerte. ¡Sí, muerte! Yo acuso a la propiedad privada de privarnos de todo.»
«Roque Dalton.»


No alcanzan las palabras para explicar el amor de las Madres por sus hijxs. Madres de 30.000, Madres de todxs.


¡Feliz Día, Madres!
¡Gracias por su lucha!

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