Este jueves 29 de diciembre, junto a los compañeros Demetrio Iramain y Lauro Grande, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha N° 2333, la última del año.
Bajo un sol radiante, Demetrio dio la bienvenida a la militancia que marchó en la Plaza, y se refirió al año que se cierra, uno “muy especial, ahora sin Hebe, pero siempre acá en el corazón, en el ejemplo, en la conciencia, en la memoria, en los pasos, en sus pasos que quedaron para siempre en esta Plaza”, pronunció en dirección a nuestra eterna compañera Hebe de Bonafini.
Más adelante, se refirió a “la claridad para conducirnos políticamente” que trazó Cristina Fernández de Kirchner el pasado martes en un acto en Avellaneda. “Algunas cosas que dijo quería pasarlas por el tamiz también de lo que había dicho Hebe”.
En ese sentido, Demetrio recordó las palabras de la histórica presidenta de la Asociación, quien semanas atrás, luego del intento de asesinato de Cristina el pasado 1ero de septiembre, habló de no tener miedo. “Entonces contó la experiencia de las Madres para no tener miedo, sobre cuál era la receta”, para ello y sintetizó: “Nunca sentirse víctimas”.
“Las Madres nunca se sintieron víctimas, nunca se pusieron en ese rol. Nos enseñaron que ellas al llegar a la Plaza lo primero que se decían entre ellas, especialmente a quien por primera vez venía, ‘acá a llorar no, acá se venía a llorar. En la cara del enemigo, en la cara de los policías a llorar no’”, recordó Iramain.
“A la Plaza a luchar, no a sentirse víctimas, porque las víctimas son otros: los que no tienen para comer, los que no tiene trabajo, los que no pueden mandar a sus hijos al colegio porque tienen que mandar a trabajar, esas son las víctimas”, agregó.
En sintonía, comparó las palabras de Hebe con las que pronunció Cristina el martes, cuando “nos habló de no tener miedo, les exigió a los que amagan y reculan que no tengan miedo. Basta de tener miedo. Y ella nunca se puso en el lugar de víctima. Nosotros sabemos bien que Cristina es el objetivo número uno del partido judicial. La cacería política, judicial, mediática, es contra Cristina primeramente”, resumió.
Por último, Demetrio exigió “a quienes tienen el poder, quienes ejercen cargos en el Estado que funcionen de una vez en este país. Que dejen de tener miedo a las tapas de Clarín, a las causas judiciales que les pueden abrir en Comodoro Py como hicieron las Madres desde hace casi 46 años y como también lo hace Cristina”, cerró.
Acto seguido, llegó el momento de escuchar al Subsecretario de articulación y comunicación comunitaria del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Lauro Grande, quien agradeció a cada Madre de Plaza de Mayo y trabajador de la Asociación por la invitación.
Para comenzar su discurso, Lauro leyó un fragmento de la canción Defensa de la Alegría del escritor uruguayo, Mario Benedetti:
“Defender la alegría como una trinchera, Defenderla del escándalo y la rutina, De la miseria y los miserables, De las ausencias transitorias, Y las definitivas”, pronunció y expresó “eso es lo que nos decía Hebe”.
En el mismo tono, habló de recordar a Hebe “con alegría, con ese espíritu de audacia, de ir para adelante siempre”, y reiteró el pedido de “organizarse desde la base, en todas las barriadas, en todos los barrios, facultades, escuelas, barrios, cada esquina, para no esperar que nadie ni nada nos venga a decir lo que tenemos que hacer o cómo conducir nuestra lucha cotidiana”, afirmó.
“La lucha es organización popular contra los enemigos de siempre: son los mismos de 1810, que querían que seamos una colonia. Hoy siguen en el mismo lugar y la persiguen a Cristina como persiguieron a las Madres y a Hebe. Son los mismos de la dictadura militar”, sentenció Grande.
Siguiendo las frases de Hebe, Lauro recordó aquella frase que remitía a “la revolución se hace todos los días cuando nos despertamos a la mañana viendo que podemos hacer por el otro”, despertando el aplauso de la militancia y llamó a militar con “alegría, con amor contra el odio”, y agregó, “ellos quieren que estemos tristes, que odiemos, que nos embronquemos entre nosotros”.
Antes de finalizar, Lauro habló de cómo “el sistema quiere que seamos todos individualistas, que pensemos en nuestro propio ombligo permanentemente”, y en contrapartida mencionó como Hebe “quería siempre todo para los demás”, y cómo defendía las causas bajo esa consigna.
“Cuando algún pibe caía en una comisaría y no se sabía qué era, si alguien que participó de una marcha o un mantero, no importa. Era un pibe que era reprimido por la cana y Hebe iba a cualquier hora con las Madres, se subían a la camioneta y se iban a defender a un compañero o compañera que estaba preso. Ese es el camino
Además, llamó a la militancia a no tener miedo: “A ellos no le vamos a tener miedo, no le tuvieron miedo las Madres, los 30 mil, los que sobrevivieron, no le tiene miedo Cristina que se los dice todos los días con nombre y apellido: la banda mafiosa que la proscribe”, lanzó Lauro.
En ese sentido, agregó que Cristina “está proscripta por una banda mafiosa que comanda Héctor Magnetto del diario Clarín y nosotros eso lo tenemos muy claro: son una banda de mafiosos que quiere sacarle plata a toda la Argentina para dársela a (Horacio Rodríguez) Larreta, para que haga su campaña política”, denunció.
Antes de cerrar, aseguró que para la militancia “la alegría es nuestra trinchera”, que “el peronismo es con alegría”. Deseó un buen fin de año para todos y todas, y pidió “juntar pilas porque el año que viene le vamos a tener que dar con todo”.
Para finalizar, Carmen Arias saludó a los presentes, agradeció la presencia de todos y reconoció que este 2022 para las Madres “fue un año terrible” y lamentó nuevamente la partida de Rosa de Camarotti (“Rosita), y la propia Hebe, despertando una nueva ovación de toda la Plaza. “El año que viene aprontémonos a luchar porque el enemigo ya se está poniendo la camisa”, vaticinó.
Más adelante, leyó un fragmento del libro Pluma Revolucionaria, que recopila escritos y pinturas de las Madres, escrito por Hebe de Bonafini:
“Vos y yo escritura juntas en esta hoja, vos y yo con nuestros pensamientos, con mi vida interior, pero somos cuatro, vos, yo, el papel y la lapicera, que se desliza sobre la hoja con rapidez. ¿Cómo me siento? ¿Qué es escribir? ¿Por qué lo escribí?
Cuando empecé quería hacer todo muy rápido, como salía de mi cabeza, pero ahora después de tres años aprendí a reflexionar y pensar, que los qué y los cómo, que en mi apuro por vivir ya es mucho. Algunas cosas de las que escribí me parecen intrascendentes, tontas, pero otras me gustan sobre todo porque son parte de mi vida. Recién volví a leer “el sueño sobre la caja de botones” me pareció muy alegre y profundo, tengo desde ese momento muchas ganas de pintar la escena más fantástica del cuento cuando los botones salen de la caja y se corporizan.
La escritura me apasiona, cuando escribo mi pulso se acelera, mi corazón retumba, mi cabeza vuela, mi cuerpo desaparece, me siento liviana. Mis pensamientos van mucho más rápido que mi lapicera, todavía no he podido coordinar en un movimiento acompasado estas dos cosas.
Estar estas dos horas juntas me da fuerza y me siento segura de mis queridas madres compañeras. Estar sentadas todas alrededor de esta mesa me da la sensación de familia numerosa, con hijas que, como las de mi vientre, me vienen enseñando a compartir la mesa, no alimentos para el estómago, sino alimentos del espíritu, es algo maravilloso que nunca había imaginado, es casi tan fuerte como estar en la Plaza.
Proyectos, trabajo, futuro, acciones, escribir, leer, pensar, escuchar, plasmar en el papel sensaciones inéditas, ¡Que hermoso! A los 70 años me hace sentir como si tuviera sólo 15, con tantas ilusiones y tantas ganas de seguir pariendo en cada frase el amor más fuerte y más grande por donde estalle la amada revolución”.
Por último, agradeció una vez más la presencia de todos y todas e invitó a volvernos a encontrar el próximo jueves en la Marcha N° 2334.