Bajo un sol radiante las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha de los Jueves N° 2439 junto a la militancia, Manuel Marín y Natalia Salvo, abogada laborista, docente, presidenta de la Corriente 7 de Julio y columnista de la AM 530 SOMOS RADIO. Para el cierre, escuchamos a Carmen Arias.
En un comienzo, Marín comenzó su intervención recordando un hecho significativo que se cumplirá la semana próxima: el 16 de enero se cumplirán 9 años de la injusta detención de Milagro Sala, líder de la organización Túpac Amaru. «Hoy se cumplen 3.281 días de su prisión, una injusticia que no solo afecta al pueblo jujeño, sino al pueblo argentino en su conjunto», señaló Marín, haciendo énfasis en que la detención fue orquestada por el gobierno de Mauricio Macri junto con Gerardo Morales en 2016.
Con un tono crítico, destacó que muchas de las causas judiciales en su contra se han caído por falta de pruebas, aunque evitó profundizar en los aspectos legales, dado que más tarde hablaría sobre el tema la abogada Natalia Salvo. Sin embargo, afirmó que «el delito de Milagro Sala fue el de levantarle el autoestima a su pueblo». A continuación, enumeró los logros de la organización liderada por Sala, como la creación de hospitales, cooperativas textiles y de construcción, farmacias, piletas climatizadas y monumentos. «Milagro Sala le dio una pileta a chicos que nunca habían visto una», remarcó, arrancando un fuerte aplauso de los presentes.
En su discurso, Marín vinculó esta persecución a la lucha histórica por la dignidad del pueblo, recordando una frase de Javier González Fraga, exfuncionario del macrismo: «Le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse celulares e irse al exterior». Según Marín, esta declaración es «un ataque directo a nuestra autoestima» y parte de un intento sistemático de convencer a los argentinos de que no merecen una vida digna.
«Claro que merecemos», expresó con firmeza. «Estamos en un país con todos los recursos, con todos los talentos. Tenemos campeones del mundo, tenemos un Papa y, sobre todo, tenemos a las Madres de Plaza de Mayo. No podemos permitir que nos hagan creer que no merecemos vivir dignamente».
Para cerrar, citó al pensador peronista Arturo Jauretche: «El arte de nuestros enemigos es desmoralizarnos. Los pueblos deprimidos no vencen». En este sentido, enfatizó que «nada grande se puede hacer con tristeza», llamando a combatir la desmoralización con alegría y orgullo. «Estamos acá para avisarle a toda la derecha, a todos los que andan en la Casa Rosada, que vamos a militar este año con más orgullo que nunca. ¡Viva la patria, compañeros!», concluyó entre aplausos
Acto seguido, tomó la palabra Natalia Salvo, presidenta de la corriente de abogados laboralistas «7 de Julio». Con un tono firme y reflexivo, se dirigió a la plaza para compartir una visión crítica sobre el rol del poder judicial y su impacto en los derechos populares.
«Este espacio me llena de profunda emoción y fuerza», expresó al inicio, resaltando la importancia de la convocatoria. Salvo planteó un desafío para los presentes: reflexionar sobre el poder judicial, al que definió como un instrumento que debería estar al servicio de los pueblos, en lugar de ser una herramienta de opresión.
Con ese enfoque, destacó que cada conquista social, desde la educación pública hasta las vacaciones pagas, fue fruto de decisiones políticas y luchas populares. «Estas conquistas tienen nombres y apellidos», aseguró, evocando el sacrificio de quienes dieron su vida por esos derechos.
La abogada también recordó un episodio emblemático de la historia argentina: «La Noche de las Corbatas», en julio de 1977, cuando abogados laboralistas fueron desaparecidos por defender derechos laborales que incomodaban al poder económico. Para Salvo, este hecho es un símbolo del ataque sistemático a quienes cuestionan las desigualdades del sistema.
«No quieren que disfrutemos ni que tengamos ocio. Nos quieren avergonzar de reclamar lo que nos corresponde», enfatizó, trazando un paralelismo con las luchas obreras del siglo pasado, como la Semana Trágica. En ese entonces, los trabajadores enfrentaron al mismo sistema que hoy sigue perjudicando a los más vulnerables, subrayó.
El eje de su discurso se centró en la actual composición y accionar del poder judicial. Salvo criticó duramente a la Corte Suprema de Justicia, a la que acusó de gobernar mediante fallos que anulan políticas públicas en beneficio de sectores concentrados. Citó como ejemplo la reciente decisión sobre el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, que calificó como «una extensión de los intereses de Macri y su mesa judicial».
La oradora recordó con indignación las palabras que los militares decían a los abogados desaparecidos durante la dictadura: «Ahora la ley somos nosotros». Esta frase, señaló, sintetiza la necesidad de que el pueblo se reapropie del derecho como herramienta de lucha. «Interpelar al poder judicial es esencial», insistió, reivindicando el impacto de la resistencia popular en momentos críticos, como ocurrió durante el corralito en 2001.
Más adelante, Salvo denunció el avance del individualismo como la principal arma del sistema para desmovilizar a la sociedad. «La solidaridad y el compañerismo son destruidos para reforzar un individualismo que nos desmoraliza», lamentó, aunque también reconoció la capacidad de lucha colectiva como el antídoto para este problema.
En el tramo final, alzó su voz contra las manifestaciones de fascismo contemporáneo, como la persecución a mujeres, disidencias y minorías religiosas. Salvo destacó que, pese a estos retrocesos, las mujeres siempre han liderado las luchas populares, tomando como ejemplo a las Madres de Plaza de Mayo.
«Por los sueños de los 30.000 desaparecidos y por el legado de las Madres, quienes nos enseñaron que el camino siempre es colectivo», concluyó Salvo, generando aplausos y una ovación en la plaza.
Para cerrar, Carmen Arias se dirigió a la multitud con la firmeza y la pasión que siempre la caracterizan, con una introducción cargada de contexto y significado. «Hoy quiero traerles un discurso que hizo Hebe en esta Plaza el jueves 9 de enero, como hoy, pero del año 2020», señaló, recordando un momento de lucha de nuestra compañera eterna.
Arias explicó que estas palabras de Hebe habían sido pronunciadas antes de que comenzara la pandemia, en un contexto en el que Axel Kicillof, quien llevaba menos de un mes como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, ya era objeto de ataques y operaciones. «Axel había logrado una ley en la legislatura de la provincia para gravar a las grandes fortunas de los terratenientes. Entonces le empezaron a hacer la guerra», agregó Carmen, haciendo una pausa antes de citar a Hebe de manera directa.
Sin más, Carmen leyó el discurso de nuestra eterna compañera Hebe:
«No nos tiene que llamar la atención lo de Axel. Era claro que le iban a hacer la vida imposible. La Provincia de Buenos Aires es un bocado de cardenal para cualquier político turro y atorrante que viene a robar, porque siempre hay para robar en la provincia. Y ya se han adueñado de la provincia estas pocas familias.
Las Madres tuvimos que intervenir varias veces en las denuncias contra estos señores que explotan, marginan y tratan como animales a sus trabajadores. La primera vez nos tocó ir a un lugar donde los compañeros que trabajaban vivían abajo de unos toldos rotos con su familia. Nos hicieron ir compañeros que se habían jugado sacando una foto. En ese entonces no existía eso de la selfie y todo eso, pero con una foto mostramos a unos nenes de tres años recogiendo, entre la mierda de las gallinas, los huevos. Todos descalzos.
Nos fuimos a la hora después de hacer un lío que ni se imaginan. Después empezaron los juicios. Nunca supimos cómo terminó, pero al menos tuvieron que armarle un poco una casa como la gente. No tenían agua, no tenían baño, no tenían nada.
Hay millones, no miles, millones de trabajadores que se llaman ‘golondrinas’. Van de un lado al otro: la cosecha del ajo, la cosecha del limón. Y los tienen así, como si fueran lo peor. Entonces, por esa gente, no quieren que les saquemos ni un mango. Porque ellos están acostumbrados a tratarnos así, como lo peor. Para ellos, somos lo peor.
¿Y qué pasa? Que haya venido un gobernador que se puso de punta y dijo ‘Les vamos a sacar algo, apenas algo, de los millones que tienen’, no lo pueden soportar. Pero ¿saben qué? Ellos no van a pasar a la historia, y Axel sí. Eso es lo que tenemos que tener claro. Axel está haciendo historia, pero no la hace solo. La hace junto a nosotros. Y las Madres nunca lo vamos a dejar».
Con un cierre lleno de convicción, Carmen Arias retomó la palabra para enfatizar la vigencia de estas palabras. «Como dijo Hebe, Axel no está solo. Nos tiene a nosotros y nos tendrá siempre», afirmó, arrancando aplausos y cánticos de apoyo en la Plaza.
En su intervención, Carmen no solo rindió homenaje a Hebe, sino que también recordó a todos que la lucha no se detiene. Los ataques al gobernador son apenas una muestra de la resistencia de ciertos sectores a ceder privilegios, una resistencia que las Madres han enfrentado durante décadas. Con ese ímpetu, el discurso culminó como un llamado a no bajar los brazos, porque, como señaló Carmen: «Por los sueños de los 30 mil, seguimos de pie».