Este 2 de mayo, las Madres de Plaza de Mayo Carmen Arias y Josefina «Pina» de Fiore realizaron la Marcha de los Jueves N° 2403 junto a la militancia, con la participación de Martín Suárez, periodista de Tiempo Argentino y la AM530 Somos Radio, y Demetrio Iramain, quienes tomaron la palabra en el acto. En el cierre, escuchamos a Carmen.
Demetrio Iramain fue el primero en tomar la palabra, saludando a la militancia y haciendo referencia de manera irónica a la «Ley Pasta Base» presentada por el presidente macrista Javier Milei en el Congreso, que logró media sanción en Diputados.
Recordó el viaje a Brasil que realizaron nuestras Madres Hebe y Marta de Badillo en 1996, «a un campamento sin tierra en el interior de Mato Grosso, muy lejos de Brasilia, en el profundo interior de esa zona de Brasil, para aprender sobre la lucha del movimiento sin tierra», comenzó.
«Cuando las Madres fueron, aprendieron que el movimiento sin tierra, que lucha por tierras para los campesinos de Brasil, ocupaba tierras ociosas de los grandes latifundistas. Ante la represión, los vecinos evitaban el enfrentamiento y salían del campo. Se quedaban al borde del campo en la ruta, esperando nuevas condiciones para volver a ingresar. Sabían que si se enfrentaban a las fuerzas de represión, perderían incluso lo que habían logrado dentro del campo al fertilizar y sembrar. Finalmente, cuando volvían a haber condiciones favorables, ingresaban y a la larga terminaban ganando ese campo», describió.
«Lo notable que vieron las Madres dentro del campo fue que lo más importante para los campesinos en el centro del campamento era un espacio para la formación de sus militantes, un lugar para formar a los cuadros políticos que liderarían la lucha del movimiento sin tierra. Este ejemplo es tan notable que cuando las Madres regresaron a Buenos Aires, discutieron esta experiencia y analizaron profundamente la experiencia de los sin tierra», relató Demetrio.
«Poco después, comenzaron a pensar y, documentándose, emitieron un comunicado de apoyo a la lucha de los zapatistas que convocaron a un encuentro en la selva en julio. En ese comunicado, las Madres pidieron a todos los solidarios con la lucha zapatista que donaran horas cátedra y parte de sus actividades intelectuales en solidaridad con los zapatistas. Les pidieron que dedicaran tiempo de esas horas cátedra para explicar lo que estaba ocurriendo con el movimiento zapatista», continuó.
«Esta experiencia documentada de las Madres se utilizó años después para crear la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, inspirada en la experiencia de los sin tierra. Respecto al tiempo: nosotros siempre estamos corriendo, el sistema nos lleva a correr detrás de los acontecimientos, detrás de los hechos, siempre tratando de conseguir comida, trabajo, pagar el alquiler y luchando para ello. Está bien que sea así, pero al mismo tiempo debemos pensar a largo plazo», advirtió y concluyó, «Las Madres nos enseñaron a tener en cuenta esa otra dimensión del tiempo, y creo que esa enseñanza debemos tenerla en cuenta».
«Mientras tengamos la calle, la plaza, el pañuelo y a las Madres, tenemos esperanza, tenemos lucha y tenemos la guía de lo que hay que hacer. A la larga, este gobierno pasará y el pueblo seguirá adelante», cerró Demetrio.
Acto seguido, Martín Suárez tomó la palabra, saludando a las Madres y agradeciendo la invitación a la Marcha N° 2403. Aseguró que «marchando con las Madres cerca, sintiendo su energía, uno sale renovado de acá, y esto lo habrán escuchado mil veces, pero es realmente así».
Luego, hizo un repaso de todo lo que hicieron las Madres en estos 47 años de lucha para alcanzar logros como la AM530 SOMOS RADIO y la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, entre otras cosas. Hasta que llegó al presente donde habló del “enemigo” actual de las Madres, el gobierno macrista de Javier Milei.
“Siempre hablamos del ajuste de Milei, del ajuste de Mauricio Macri cuando era presidente. Está bien, hay que hablar, hay que insistir, pero no hay que olvidar que en el distrito porteño, aquí en la ciudad de Buenos Aires, se gestó prácticamente todos los males que estamos viviendo hoy en día. Si bien tenía un arrastre de la última dictadura cívico-militar, hablo de esta mal llamada ‘nueva derecha’ que instauró una forma de hacer política vetusta, con un mantra que se repite desde que la derecha es derecha y desde que la lucha existe en este país: ‘hay que ajustar en cultura, en salud y en educación’. Lo repiten como un mantra: cultura, salud y educación. Y fíjense qué casualidad, nos fijamos en el ejemplo del Teatro Colón, la cultura totalmente desdibujada con la eliminación de raíz, lamentablemente, del INCAA. Ahí están los trabajadores y trabajadoras resistiendo para que no cierren definitivamente las puertas del Gaumont”, denunció Suárez.
Más adelante, mencionó datos del Centro de Economía Argentina (CEPA) e informó que “en los últimos 8 años recortaron 64.000 millones de pesos en cultura, lo cual incluye un ajuste brutal en el Teatro Colón, un ejemplo no solo de la República Argentina sino a nivel internacional, un teatro modelo en todo el país y en todo el mundo”, señaló.
Detalló que “Sacaron los cursos de formación cultural para todas las escuelas primarias. Los chicos saben que es muy costoso ir al Teatro Colón, entonces la única posibilidad que tenían era con entrada libre y gratuita en sexto y séptimo grado, donde tenían una cursada intensiva sobre la importancia del Colón y su significado. Todo eso lo perdieron porque fue ajustado por el gobierno de (Horacio) Rodríguez Larreta”.
En otro fragmento, se refirió a la salud. “Nos encontramos con hospitales que, de no ser por sus trabajadoras y trabajadores, estarían en condiciones realmente más deplorables de las que están. Son hospitales que están totalmente desmantelados. También hubo un recorte en los últimos 8 años de 36.000 millones de pesos, lo que afectó tanto a insumos como a capacitación profesional. A los enfermeros no los reconocen como profesionales de la salud, una situación que no resiste el más mínimo análisis”, expresó Suárez.
“Es como si no reconocieras a un colectivero como profesional del transporte público de pasajeros, o a un comunicador que trabaja en los medios desde hace mucho tiempo. Aquí, a quienes salvan vidas, no los reconocen como trabajadores de la salud debido a la ley 6035 aprobada en 2018. Pero no es casualidad que no los reconozcan como trabajadores de la salud. Detrás de eso se esconde un ajuste brutal, que representa el 50% de su salario. Hoy, un enfermero debería estar ganando más de 800 o 900 mil pesos, pero en realidad reciben menos de 500 mil pesos cada mes debido a su estatus laboral”, manifestó Suárez.
Refiriéndose al “lado oscuro”, continuó con el ajuste en educación en la Ciudad, el distrito más rico del país. “Saben que aquí está la base de toda la lucha, no solo de este país que por suerte pasó el peronismo y aprendió a luchar en la calle, sino la lucha a través de la enseñanza académica”, sostuvo.
“En educación, aquí en la ciudad de Buenos Aires, en los últimos años se recortaron más de 70.000 millones de pesos. Ustedes dirán: ‘Bueno, pero a ver, hermano, ¿cómo repercute eso en la vida real?’. Bueno, hay 50.000 niños y niñas que no tienen vacante en la escuela pública. Cualquiera de nosotros que quiera inscribir a sus hijos en una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires debe hacerlo por el sistema de inscripción online. Automáticamente, si se inscriben 100.000, más del 7% quedará en una lista de espera porque no hay vacantes en la educación pública”, comenzó Suárez.
Como consecuencia, “al no haber vacantes por falta de construcción de escuelas, aparecieron los tan famosos CPI, que son los Centros de Primera Infancia”, relató. “No son escuelas, son centros de asistencialismo social que dependen del Ministerio de Desarrollo Social y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, no del Ministerio de Educación. Es decir, una educación para pobres, empobrecida, sin un programa educativo que los acompañe y sin ninguna de las garantías y derechos pedagógicos que le ofrece una cartera educativa como el Ministerio”, afirmó.
“Hemos escuchado muchas veces hablar de autonomía para la Ciudad de Buenos Aires. La Ciudad es autónoma para determinar sus estudios pedagógicos y hacer los recortes que deseen en sus programas educativos. La Ciudad es autónoma para despedir trabajadores de la salud, como ha venido haciendo sistemáticamente, y para no reconocerlos como profesionales. La Ciudad es autónoma para hacer recortes brutales en cultura. Pero la Ciudad depende del Estado nacional cuando solicita subsidios, cuando pide dinero, porque según ellos, la educación está como está por la falta de fondos de coparticipación del Estado”, afirmó, y para concluir, a modo de resumen, lanzó, “la Ciudad de Buenos Aires actúa como provincia pero se sigue defendiendo como un municipio. Y eso es lo lamentable”, levantando a la militancia.
Tras los aplausos a Martín Suárez, escuchamos a Carmen Arias, quien habló sobre la vez que Hebe fue postulada para recibir el Premio Nobel de la Paz y ella se negó porque el comité noruego encargado del prestigioso premio internacional no aceptó extenderlo a todas las Madres de Plaza de Mayo, como era el deseo de nuestra compañera eterna.
“Como las normas del comité noruego no permitían un premio colectivo, sino únicamente individual, terminaron dándoselo a Adolfo Pérez Esquivel. Por eso, cada reconocimiento que Hebe recibía a partir de entonces, lo hacía en nombre de las Madres y sobre todo, en nombre de los hijos. Para las Madres, el mayor reconocimiento es ser madres de revolucionarios, es haberlos parido”, aseveró Carmen al respecto.
En ese sentido, trajo al presente el discurso de nuestra compañera eterna en 2012, cuando Hebe fue declarada ciudadana ilustre del Partido de San Martín.
“Estoy orgullosa de que me hayan pintado la casa como ‘madre de terroristas’. Estoy orgullosa de haber tenido un pasaporte con el sello de terrorista. Había una época en que te daban el pasaporte con un sello y estoy orgullosa de eso.
Nosotros tenemos que escuchar más sobre política, y si no tenemos nada que escuchar, ni queremos ver televisión, escuchemos música, pero no permitamos que nos pudran la cabeza, compañeros
Las Madres aprendimos a amar lo que hacemos, a estar orgullosas de lo que somos, de nuestros hijos, de nuestro pueblo, de nuestra clase y a entregar lo mejor que tenemos, los pocos años de vida que nos quedan, a dejar para ustedes todo lo que tenemos…
Pero lo más importante que les queremos dejar es que sepan que siempre hemos defendido a nuestra clase social y que no vamos a traicionarla. Ustedes tienen que saber que las Madres estamos muy comprometidas con lo que hacemos.
El otro día me invitaron a participar en una campaña “por la seguridad democrática”. Y yo les dije a los chicos que me vinieron a ver que no estaba de acuerdo con el lenguaje que usaban, porque estaban utilizando el lenguaje del enemigo.
Yo no pido seguridad. A mí no se me ocurre hablar de seguridad democrática, no pasa por mi cabeza.
No tengo miedo de ir a una villa. Al contrario. Si les pasa algo a ellos, saben que pueden llamarme y yo entraré a cualquier hora y nunca me ha pasado nada en la vida, al contrario.
Entonces tenemos que cambiar. No debemos cerrar los ojos cuando nos proponen algo y decir como zombis ‘Esto va por ahí’. No. Por eso, cuando los chicos me pidieron que grabara lo que querían que dijera, que era pedir seguridad democrática, yo dije: «¡Soy una piba chorra, apunten, fuego!»
Trabajemos mucho con los niños pequeños, no solo para alfabetizarlos o ayudarlos con sus tareas. En los barrios, debemos enseñarles a esos niños por qué son pobres, demostrarles que no les tocó en la lotería ser pobres.
Son pobres porque hay un montón de hijos de puta que son demasiado ricos. Esto es lo primero que debemos enseñarles y aprender”, leyó Carmen.
“Pasa el tiempo, Hebe, y las Madres sentimos que debemos volver a repetir esas verdades tan simples, tan profundas, tan evidentes, pero que cuesta tanto consolidar”, completó la Madre de Plaza de Mayo.
Para el cierre de la Marcha, compartimos un momento especial con el Coro Cumpa del ECuNHi.