Este jueves las Madres de Plaza de Mayo realizaron la marcha N° 2319 junto a Hebe de Bonafini, el compañero Demetrio Iramain, bajo el lema de la campaña Todos Somos Cristina en apoyo a la compañera Cristina Fernández de Kirchner que durará todo el mes de septiembre.

Además, recibimos la visita de Heber Ríos, Secretario Gremial del Consejo Directivo Nacional de Atilra, que realizó un discurso centrado en los despidos de que llevó adelante la firma Lácteos Vidal contra todos los empleados que decidieron hacer una huelga en la puerta de la planta.  

En un comienzo, tomó la palabra el compañero Demetrio, quien repasó las novedades de la causa que lleva adelante la investigación por el intento de asesinato contra Cristina, y habló de la “judicialización de la política”, en torno a la causa Vialidad.

El “Juicio nefasto”, como describió Iramain al proceso que encabezan los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, tuvo esta semana las exposiciones del alegato de la defensa de la vicepresidenta en la voz del Dr. Carlos Beraldi, abogado defensor de Cristina. “Desnudó con absoluta eficiencia, claridad, contundencia, todas las mentiras del fiscal en la acusación, todas las trampas del proceso judicial”, describió Iramain y advirtió. “Nada indica que esa contundencia vaya a cambiar la decisión de los jueces”.

Más adelante, agregó que Beraldi “demostró con tanta claridad las mentiras del fiscal en la acusación, y sin embargo sabemos que a los jueces nada de eso les importa porque hay otros actores por detrás, muy poderosos, que le dicen lo que tienen que fallar”.

A continuación, habló de la causa por el intento de magnicidio. “Ahí también tenemos que abrir bien grandes los ojos. Nos da muchas dudas esa causa. Se dictaron los procesamientos de dos de los cuatro detenidos, y en esos procesamientos la jueza los procesa por delitos comunes, por un intento de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, esa es la caratula. No hay ni una sola línea que hable de la intencionalidad política de los detenidos”, advirtió.

En ese sentido, explicó que, bajo la carátula de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, “los jueces no van a buscar pruebas sobre la complicidad política que tenían estos tiradores, estos asesinos. Si no en todo caso llegarán ahí si las pruebas lo indican. Pero una cosa es buscar las pruebas y esperar a que aparezcan. Queremos que los jueces vayan a buscar las pruebas porque están ahí”, aseguró.

A su vez, explicó que ante un proceso judicial el Estado brinda un defensor oficial, gratuito, “porque es muy difícil y caro, tener y pagar un abogado penalista para que lo defiendan a uno”. En el mismo tono, informó que Gabriel Carrizo, apuntado como uno de los líderes intelectuales del atentado, “no tiene uno, tiene tres abogados vinculados, de uno u otra manera, al PRO, cuya presidenta es Patricia Bullrich que no quiso repudiar el atentado”.

Por último, pidió a la militancia que acompañen a Cristina Kirchner que este viernes desde las 11 de la mañana llevará a cabo su defensa en la causa Vialidad.

El próximo en tomar la palabra fue Heber Ríos, Secretario Gremial del Consejo Directivo Nacional de Atilra, quien luego de agradecer “la guía” que representa para la militancia las Madres de Plaza de Mayo, denunció los despidos que llevó adelante esta semana la empresa Lácteos Vidal.

“Los compañeros y compañeras hace 42 días tomaron la determinación de llevar adelante una huelga en reclamo de mejoras salariales y denunciando las irregularidades de contrataciones en los contratos de trabajo de una enorme cantidad de compañeros y compañeras”, comenzó Ríos.

En ese sentido, explicó que, a partir de las denuncias de los trabajadores, la justicia laboral a través de distintas inspecciones “pudieron corroborar fehacientemente las irregularidades”. Sin embargo, apuntó contra el ministerio de Trabajo de la Nación, a quien acusó de estar “haciendo oídos sordos, mirando para el costado y no está viendo que los trabajadores hace 42 días que están sin cobrar su salario”.

“Gracias a Dios, producto de la enorme solidaridad que tienen todos los trabajadores y trabajadoras de nuestra actividad se generó un fondo de huelga y producto de eso los compañeros pueden acompañar las necesidades que tienen su familia”, explicó.

En el mismo tono, planteó que desde Atilra llevan adelante un conflicto con lo que denominó el Movimiento Empresarial Anti Bloqueo, que es “comandado por Patricia Bullrich, por Florencia Arrieto, que está criminalizando la protesta de los compañeros y compañeras”.

Al mismo tiempo, Ríos contó que cuenta con una “innumerable” cantidad de causas judiciales iniciadas por la patronal y este sector que es este Movimiento Empresarial Anti Bloqueo liderado. “Un conglomerado de abogados que responden a la línea del PRO y que intentan criminalizar y estigmatizar a los dirigentes sindicales”, acusó.

Antes de cerrar, explicó que la firma Lácteos Vidal funciona en Moctezuma, en el partido de Carlos Casares, por empresarios que “todas sus vidas se manejaron como patrones de estancia, donde los compañeros lo único que podían hacer es agachar la vista y hacer lo único que pretendían el sector empresario que es avasallar sus derechos, que no se sindicalicen”.

Asimismo, agregó que después de ocho años de soportar este tipo de manejos los trabajadores iniciaron una huelga y en el día de ayer todos los que se sumaron a la medida de fuerza recibieron un telegrama de despido.

Antes de finalizar, Ríos lamentó que “más allá de que lamentablemente parecería que hay un Estado ausente que no responde a los intereses genuinos de los trabajadores y trabajadoras, acompañamos la consigna Todos Somos Cristina” que llevan adelante Las Madres este mes.

“Los trabajadores y trabajadores de Vidal, y los afiliados a Atilra, también somos Cristina, porque nosotros si logramos dignidad fue durante la época de Néstor, Cristina, y aprendimos a militar y a generar una actividad sindical tan bastardeada”, agregó y apuntó contra los dirigentes sindicales “que están pelotudeando”, y que “piensan que a ellos no les va a pasar”.

En contrapartida, explicó que “nosotros somos de otra generación, que obviamente tenemos como faro a las Madres, nuestras queridas Madres que hace 45 años que vienen presentando pelea, que vienen defendiendo los ideales de nuestros 30 mil compañeros desaparecidos”, finalizó.

“Nosotros no vamos a bajar los brazos, así como las Madres no lo han bajado en estos 45 años. Lo menos que podemos hacer nosotros como laburantes es seguir luchando y seguir demostrando que hay otra forma de hacer política, otra forma de hacer sindicalismo, y hay dirigentes que ponen lo que tienen que poner”, concluyó.  

Para cerrar la marcha N° 2319, como todos los jueves habló Hebe de Bonafini, quien comenzó su discurso aclarando que “aunque les parezca mentira hoy no voy a criticar a nadie”, comenzó. “Voy a hablar de lo que nos pasó a las Madres porque es un momento donde parece que tenemos que estar quietos, callados, que hay que hablar con el enemigo”, señaló.

“Las Madres vivimos momentos muy duros”, continuó y recordó cuando la dictadura “cuando vieron que crecimos”, empleó distintos mecanismos para generarles miedo a las Madres, y buscar su disolución. “Lo primero que hicieron fue pedirnos el documento en la Plaza, y algunas Madres después no venían más. Entonces, un día decidimos darles todas el documento, cosa que los tipos supieran que estamos todas decididas”, explicó.

Viendo que no las podían doblegar, Hebe contó que los militares más tarde empezaron a encarcelar a las Madres. “Nos daban patadas en los tobillos, nos empujaban, nos ataban mal, no se animaban a más porque éramos las Madres pero tenían ganas de ahorcarnos, los tipos estaban hartos de nosotras”.

“Entonces nos empezaron a encerrar, una por una, algunas veces con un muerto, y como era tan terrorífico eso algunas Madres tampoco venían más, entonces decidimos un día ir muchas. Empezamos yendo como ocho o diez, pero no era suficiente. Al otro jueves preparamos una cosa bien hecha: había que bajar a la gente de un (colectivo de línea) 60, ocuparlo y que nos lleve a la comisaría”, contó.

Acto seguido, Hebe relató como las Madres bajaron a la gente del colectivo en la comisaría, pero esta vez “con un plan”, que consistía en entrar a la comisaría y cantar el himno “porque los vigilantes se tienen que cuadrar, entonces ni bien entramos cantábamos paradas el himno, y como ellos se cuadraban le cantábamos dos himnos”, recordó.

“Después empezamos a rezar un rosario pidiendo que no sean tan asesinos y torturadores y los tipos no sabían que hacer”. Toda esta aventura de las Madres culminó con lo que iban a buscar: “Eso resulto que no nos llevaban más presas porque no podían con nosotras a pesar de todo y contra todo”.

Más adelante, Hebe relató que, ante el problema de la falta de lugares para reunirse, porque la dictadura marcaba “las casas nuestras que eran puestas a disposición para tener una reunión”, las Madres decidieron juntarse en las iglesias, donde también eran echadas por algunos curas que “nos echaban y nos cerraban la iglesia”.

A partir de todas estas vivencias, Hebe relató que las Madres decidieron “ir a los parques”. Comenzaron en el Parque Botánico, “inventamos de todo para no dejar de hacer, porque lo más importante es que el enemigo no consiga meterte miedo para que no salgas más de tu plaza. El miedo es la peor reja, es la peor cárcel, porque los tipos te amenazan para que vos no sigas, para que vos no hagas”, sentenció.

“A las Madres nunca se nos ocurrió pensar en dejar. Muchas veces nos vaciaron las casas, hasta que llegó la solicitada y secuestraron, torturaron, violaron, y tiraron vivas al río a las tres mejores Madres, porque se había infiltrado Astiz, que era un capitán de la Marina diciendo que tenía un hermano desaparecido, y ahora hace poco por medio de Página 12 nos enteramos que también teníamos infiltrada a una mujer que se hacía pasar por Madre”, denunció.

“Fue muy difícil, muy difícil, pero nunca pensamos en dejar”, continuó Hebe en referencia a aquel terrible momento en que la Dictadura Cívico Militar arrancó la vida de Azucena Villaflor de Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco. “Cuando las secuestran a las Madres todas las familias dijeron ‘dejen, las van a matar a todas, no se dan cuenta que ya no vuelven, no van a aparecer’, y fue una batalla contra nuestras propias familias porque el miedo es una cárcel que te encierra, no te deja mover, no te deja pensar”, y a continuación la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo dio el “recetario” necesario que enfrentar al miedo: “No sentirse víctimas”, lanzó.

“Nosotros no somos víctimas de nada. Las víctimas son nuestros hijos, hijas, los trabajadores que no comen, las mujeres que no pueden mandar a sus hijos al colegio, los niños que no son felices, esos son las víctimas”, selló.

Por último, y en la misma línea que Hebe planteó para enfrentar al miedo, De Bonafini enumeró algunas de las jornadas de lucha y protesta por los desaparecidos, y mencionó la vez que tomaron la bolsa de comercio, las iglesias, catedrales, el Cabildo, y hasta la Casa de Gobierno cuando el presidente era Raúl Alfonsín. “Como nos citó, fuimos, y no estaba, dijimos ‘Bueno nos quedamos’ y fue un boom, las Madres tomaron la Casa de Gobierno, una locura”, recordó.

Para cerrar, lanzó munición gruesa contra Alfonsín, quien en un principio “pareció que no era nuestro enemigo, pero se transformó en nuestro enemigo. Porque hizo Obediencia de Vida y Punto Final, dos cosas que dijo que no iba a hacer. Más otro montón, como pintarnos la casa, declararnos terroristas, de todo”, recordó.

“No dejemos que nos metan miedo. El enemigo lo único que tiene para hacer es asustarnos. Casi la matan a Cristina, si yo muero por la bala del enemigo para mi va a ser un honor, la mejor muerte es que te mate el enemigo antes que te mate un auto, o un cáncer. No es una locura pensar así”, remarcó.  

“No dejemos que nos venza el miedo. No empecemos a sentirnos víctimas, no somos víctimas de nada. Víctimas son los niños que no sonríen porque no comen, son los pibes que matan por la espalda porque salen a robar para comer, son los indígenas que todavía no son calzados sus niños y van a la escuela prácticamente desnudos, sobre todo en el Chaco. El miedo es una cárcel sin rejas que no te deja mover. El miedo no puede estar para un pueblo. Este pueblo nunca fue miedoso, siempre salió a la calle”, concluyó.  

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