Jueves 23-06-2022

La marcha 2306 de las Madres de Plaza de Mayo se realizó en forma virtual desde la sede de la Asociación, ubicada en Congreso.  En el encuentro, Hebe de Bonafini y Demetrio Iramain pronunciaron sus discursos.

Hebe de Bonafini: “El peronismo nunca fue de limosnas, jamás. Siempre dio trabajo

Siempre me cuesta mucho empezar a hablar, y quiero que sepan que nos cuesta a todos hablar acá porque hay una gran parte de la mesa vacía. Y ese vacío que veo todo el tiempo me hace pensar en tantas caras, y anoche pensé mucho en Juanita que era una gran compañera para viajar, estaba siempre contenta, no tenía problemas, todo venía bien. ¡Qué compañera que fue! ¡Qué compañera! Y faltan tantas, y por eso me cuesta más empezar a hablar. El discurso de Cristina fue maravilloso, como todos los discursos de Cristina. Tan explicativos, tan claros, tan combativos, y hay tantos puntos que están medio oscuros, u oscuros del todo. Yo me puse contenta porque hay muchas cosas que parece que uno las dice, y que no pasa nada, sin embargo, pasó. A partir del discurso de Cristina, hay un revuelo tremendo, hay algunos grupos que tienen 600 mil planes, que les deja una renta bastante suculenta. Y me parece muy bien el plan de Zurro, me parece bárbaro. Zurro es un intendente del palo que es fantástico, y trajo un plan que es superinteresante, que sean los intendentes que repartan, que sean los intendentes que administren, pero los van a administrar, de una manera muy increíble, dándoles trabajo. Qué interesante. El peronismo nunca fue de limosnas, jamás, siempre dio trabajo, y él plantea eso; trabajo. Y me parece que es muy fuerte, darles trabajo, a algunos que no saben harán un curso para algunas necesidades que tenga la intendencia, pero lo que les van a dar es lo que se ganan con el esfuerzo, como siempre pasó. El trabajo es lo más digno, llegar a casa con algo que se ganó con esfuerzo. Mi papá siempre decía: ‘Mira, lo que tenemos, lo tenemos por el esfuerzo de tus padres’. A mí se me grabó en la cabeza, nunca se me hubiera ocurrido que mi padre recibiera nada de limosna, uy, dios me libre. Tenía un orgullo con eso, y el peronismo le devolvió el orgullo al trabajador, le devolvió el orgullo. Había trabajo, no había limosna. Y el trabajo trajo casas, y viviendas, y una educación, y universidades, y escuelas, y casas lindas, chalets. ¿Para los negros chalets?, decían los ricos. Van a quemar los pisos, van a quemar las puertas. Bueno, como piensan los de Larreta, no se crean, que no piensan lo mismo. Ahora, los de Larreta se han peleado, uy vieron, parece que Macri ya tiene a su candidata. Están como locos, se están peleando, pero a las piñas. Está bien que se peleen, porque no les va tan bien

como dicen.  Había un señor que hizo un acto, hizo una bandera, todo el periodismo, y no fue ni el perro. Milei. ¿Quién es Milei? No fue nadie.  El discurso de Cristina sigue dando que hablar, tenemos tela para rato porque dijo cosas muy importantes, y me parece muy bueno el plan de Zurro. Por más que el Evita conteste, por más que conteste el PO, por más que quieran cortar la ciudad. Señores, se acabó el curro. El Evita dijo que va a formar un partido político, ay, qué miedo que le tenemos. ¿No le da vergüenza, Pérsico? ¿No te acordas lo que eras cuando eras joven? Traidor. Mira, si un día cuento, qué te haces ahora el agrandado. Nunca fuiste buena persona, nunca fuiste honesto. Por eso me parece muy bien el plan de Zurro, ojalá lo tomen y se haga. Y otra cosa, que viene quedando en el camino, también, porque el presidente se ocupa de hablar mucho y hacer poco. Habla mucho y hace muy poco…y está el tema de Vicentín. El otro día habló un profesor, Javier Ortega, y explicó tan bien lo de Vicentín. Como se desangra el Paraná, dice. Como se desangra el Paraná, y lo que nos parecía antes tan terrible, Cargill y todas esas marcas, que fue lo primero que vi: ¿Cómo? ¿Cargill tiene encadenado el puerto y no puedo bajar a verlo? Los compañeros me dijeron: No, hace años que tiene encadenado el puerto, Y todas las empresas encadenan y vos no podes bajar a tu puerto, a tu río, y a nosotros nos pareció un horror. Ahora, parece, que Cargill es una Carmelita descalza, según dijo este hombre, al lado de los que vienen. Están dejando entrar a una empresa que se llama Glenco. Es la que ha hecho que aumente tanto el aceite, es la que se ha quedado con todo el maíz, y el trigo, y todo lo que hace el aceite, y ha hecho que aumente porque son ellos los dueños ahora. Mirá, si el Paraná se desangra, el presidente habla mentiras todo el tiempo, inaugura cosas que no hizo él, pero dice que las hizo él, el Paraná se desangra. Y este profesor explicó, perfectamente, qué es lo que hay que hacer para que Vicentín, que ahora parece una carmelita descalza, no quede en manos ese tipo. Pero, parece que ya tienen todo muy arregladito para quedarse con todo, y el presidente mira para otro lado, parece que no se acuerda, que se haga ver porque se olvidó de Vicentín. ¿Se olvidó presidente? ¿Se olvidó de que la gente no come? ¿Se olvidó de los precios cuidados? ¿Se olvidó de las góndolas vacías? ¿Se olvidó de que los chicos no tienen estufas en las escuelas? ¿Se olvidó, presidente? Hágase ver por el neurólogo. Seguro que ya tiene Alzheimer.

Demetrio Iramain sobre la causa vialidad: “Están desesperados por ver a Cristina Fernández condenada, sentada delante del banquillo de los jueces”

El lunes, Cristina, en Avellaneda, hizo una intervención extraordinaria, por lo clara, por lo contundente, sobre temas que a veces son difíciles de desentrañar, como son la política económica, y el proceso inflacionario que vive la Argentina. Y parte de la intervención hizo luz sobre algo que estaba oculto hasta este momento, que era el capítulo judicial que tiene esta situación inflacionaria que vive la Argentina. Cristina dijo que parte del proceso de endeudamiento viene acompañado de un aumento de las importaciones, Y nos explicó cómo se fugan las divisas a través de las importaciones. Por un lado, las exportaciones se facturan de menos, se sub facturan, y por el lado de las importaciones se sobre factura. ¿Por qué? Porque está permitido que un empresario pueda comprar bienes al extranjero, bienes de capital, para armar su industria, para comprar máquinas, para desarrollar la tecnología, para eso sí que puede conseguir dólares, al precio oficial. Pero lo cierto, es que no lo hacen para eso, lo hacen para vender bienes de consumo final, bienes de lujo. Compran aviones, compran yates, compran autos de carrera, a 127 pesos por dólar, los venden y tienen grandes ganancias. Por supuesto, que siempre es la misma gente, el mismo grupo económico que puede comprarlos. El Estado quiere frenar este proceso, y entonces, ¿dónde consiguen el permiso para poder hacerlo? Con los jueces, van a la justicia, al Fuero Contencioso Administrativo y Federal, y consiguen recursos de amparos para que les permitan importar, con dólares muy baratos, estos bienes. Insisto, el Estado intenta frenarlo, pero cuando salen los amparos no se puede porque la justicia tiene la facultad de poder determinarlo. Algo que es absolutamente contrario a la Constitución. Ninguna constitución en el mundo, y tampoco la nuestra, le asigna a un juez del Fuero Contencioso Administrativo y Federal a dictar política económica, porque es lo que en definitiva terminan haciendo. Me puse a investigar un poquito a ver quiénes eran estos jueces. Hay tres juzgados, sobre doce, que tiene el Fuero Contencioso Administrativo y Federal, donde los empresarios, a través de un rulo, que se llama Fórum Shopping, presentan denuncias, varias denuncias, por un mismo proceso de importación frenado, y cuando cae en el juzgado 6, 8 o 9, de esos doce que tiene el fuero, ahí van con el recurso de amparo. En muy pocas horas esos juzgados habilitan la importación, insisto, de estos dólares para traer elementos de lujo. Fue tan alevoso lo que denunció Cristina, tan claro de entender, y tan desconocido, por tantos millones de personas, que claro, al día siguiente vino la venganza judicial, la Corte Suprema, ordenó que Cristina sea enjuiciada por la única causa que todavía queda abierta, de tantas que le armaron, que es la causa vialidad. Una causa que empezó hace varios años, en la cual apenas se inició Cristina dijo: ‘¿Quieren investigar la obra pública en el sur? Bueno, hagamos una auditoria, pero de toda la obra pública, en todo el país, desde el año 2003’ para probar que las obras, en muchos casos, estaban en manos de empresas amigas del poder que se han beneficiado, por ejemplo Calcaterra, o Nicolás Caputo o el mismo Techint. A esos nunca se los enjuicia, nunca los toca. Las obras que se pusieron a mirar con lupa fueron las obras que se hicieron en el sur, en la Patagonia, el trazado de rutas, la repavimentación de la ruta 40. Debieran estar agradecidos, los jueces Bonadio, el fiscal Marijuan porque cuando fueron a buscar el dinero enterrado en la Patagonia (y nunca encontraron) lo pudieron hacer muy fácilmente gracias a esas rutas hechas por los gobiernos de Néstor y Cristina. Nunca hicieron esa auditoría, y ahora la Corte, en venganza, rechazó el pedido que se haga esa auditoría, y que se inicie el juicio con las pruebas que hay. Están desesperados por ver a Cristina condenada, sentada delante del banquillo de los jueces, y lo que no saben es que a Cristina ya la absolvió el pueblo. Tanto es así que fue presidenta dos veces,  es vicepresidenta de este gobierno, y  es la líder más importante de la política argentina de los últimos años. Es así porque desde un simple acto ante trabajadores, sigue marcando la agenda política de la Argentina. Contra eso no van a poder estos jueces.

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