Lo dijo durante la transmisión de la marcha de los jueves número 2217, que nuevamente se desarrolló a través de las redes sociales. La presidenta de las Madres destacó los párrafos más salientes del documento vaticano, y los relacionó con la historia de lucha de la organización. Homenaje al Pañuelo Blanco, a 43 años de su creación.
“Me tocó muy de cerca la encíclica Fratelli tutti (Hermanos todos) del Papa Francisco, porque me pareció que había muchísimas cosas por las cuales las Madres venimos peleando desde hace 43 años”, señaló Hebe de Bonafini en su discurso correspondiente a la marcha de los jueves número 2217. “Las Madres no estábamos equivocadas, todo lo que decíamos está plasmado aquí”, amplió.
Como ocurre desde mediados de marzo, la movilización se desarrolló virtualmente, a través de las redes sociales, debido al aislamiento social obligatorio que rige por la pandemia de coronavirus, que impidió su realización en Plaza de Mayo. Además de Hebe intervino el poeta y periodista Demetrio Iramain, y se proyectó un video producido por el equipo de Prensa Audiovisual de Madres, en homenaje al Pañuelo Blanco, a 43 años de su surgimiento.
“Me voy a referir a lo que dijo el Papa y lo que nosotros estuvimos haciendo y pensando. Nadie le dio mucha bolilla a la encíclica, porque es tan buena y tan fuerte, que los medios la pusieron como una noticia de cuarta, cuando en realidad tendría que haber sido una noticia de primera línea”, calificó Hebe a la tercera encíclica de Francisco.
La titular de las Madres citó los que a su juicio fueron los párrafos más salientes del documento vaticano, emitido el pasado sábado 4 de octubre, y relacionó cada concepto con la lucha de la organización.
“Nadie se construye con ambiciones propias, personales, dice el Papa. Cuántas veces las Madres les decimos a los compañeros, a los más jóvenes sobre todo, que no vayan con ambiciones personales, que vayan para ver cuánto le pueden dar al otro, que es casi lo mismo. Las Madres nunca pedimos nada para nosotros. Por eso no cobramos la reparación económica, por eso no tenemos plata, ni tenemos proyectos de millones de pesos. Siempre lo fuimos haciendo con el esfuerzo personal y de compañeros. Todas vivimos en las mismas casas hace 40 años. Remendadas, arregladas, poniéndoles las ventanas… Nunca tuvimos ambiciones personales; nuestra ambición mayor era encontrar a nuestros hijos e hijas, no cobrar la reparación”.
También destacó la mención de Francisco a que “el bien común tiene que ser la justicia, la verdad y la memoria. Cuánto hemos luchado las Madres para que en el Poder Judicial la palabra Justicia sea una realidad. Sobre la verdad, decir la verdad, fue lo que les costó la vida a nuestras tres compañeras. Las persecuciones que hemos sufrido las Madres por decir la verdad. Y sobre la memoria, si hay alguien que tiene memoria en este país somos las Madres. Hace 43 años que estamos hablando y contando y explicando, no desde el horror, sino para contarles a los jóvenes qué pasó. Y cómo luchamos para que la Justicia llegue y nunca llegó, salvo algunos casos o condenas, pero que no cumplen con el castigo necesario”.
Asimismo, Hebe celebró otro párrafo que “parecía que lo decía para nosotros: al que sufrió mucho y padeció el horror no se le puede pedir el perdón social. Cuántas veces fuimos a curas que eran de la derecha total, que nos decían ‘ustedes tienen que perdonar’. Y cómo vamos a perdonar a quienes hicieron semejante horror y destruyeron familias enteras, miles y miles en este país. Estamos asustados porque la pandemia mató a mucha gente, ¿saben a cuánta gente mató la dictadura y nunca vi asustado a nadie? Más de cien mil personas, porque muchos se suicidaron o murieron después por desesperación, como nuestros maridos, casi todos a los 4 o 5 años, porque no pudieron bancarse lo que pasaba; nadie dejó de dormir ni de comer por eso”.
De igual modo, destacó que “para el Papa ‘la reconciliación es un hecho personal y nadie puede imponer al conjunto de la sociedad la reconciliación. No es posible decretar la reconciliación para cubrir la injusticia con un manto de olvido’. Cuánto peleamos las Madres contra la reconciliación, cuando había algunos organismos que la tenían como base de sus consignas. Nos parece que el Papa nos estuviera hablando a nosotras. Qué dijimos las Madres: no olvidamos, no nos reconciliamos, no perdonamos. Esa era una consigna de las Madres de hace muchísimos años. Y hoy sale en la encíclica. Yo sólo le digo gracias al Papa Francisco; no sé si nos interpretó o pensamos lo mismo sin darnos cuenta”.
Enseguida, celebró la parte en la que el Papa dice “qué fácil hoy dar vuelta la página y decir que hay que mirar para adelante, no se puede avanzar sin una memoria limpia, íntegra y luminosa. Cuantas veces nos dicen ‘bueno, basta, ya está Madres…’. A mí un político me dijo que las Madres estábamos pasadas de moda. Las Madres no somos una moda, somos parte de la historia viva, brillante, como dice Francisco. Somos las únicas que en seis meses, desde que está la pandemia, no nos hemos callado la boca, que salimos a denunciar el horror de lo que nos pasa”.
Luego remarcó un apartado dedicado al hambre, “que para las Madres ha sido muy importante. Estamos lejos de una globalización de los derechos básicos. Qué nos está diciendo: lo que decimos las Madres, que hay millones que se mueren de hambre y estamos lejos, por más que se dé plata y se den bolsones. Hoy hay ollas populares y yo no creo que la gente haga ollas populares si la comida le llega. A dónde está la plata que le dan a (el ministro de Desarrollo Social, Daniel) Arroyo, dónde la están poniendo que no llega la comida. El hambre está globalizado y naturalizado”.
También coincidió con que “los alimentos no son una mercancía, como dice la encíclica. Y en el país se han convertido en mercancía, porque cada vez están más caros y el gobierno no puede frenar lo que vale un kilo de queso Mar del Plata, 850 pesos, que nadie gana eso por día, ni por semana a veces gana eso la gente. Quién lo va a comprar, siendo que es un alimento básico, que sale de la leche, que sale de la vaca, que tenemos por millones en el campo, y que no son nuestras. Qué importante que se diga esto: no son mercancía, y en nuestro país sí lo son; si no tenés plata no comés, y cada vez más plata, y si no, comés de la limosna, que es muy triste. Cuánto hace que las Madres hablamos de esto. La alimentación es un derecho inalienable, y el hambre es criminal. Aquí los jubilados, o almuerzan, o cenan”.
Además, Hebe citó el tramo en que el Papa dice que “la política no debe estar al servicio de las finanzas. Miren qué claro. Cuántas veces las Madres hablamos por qué ganan tanto los políticos, por qué ganan tanto los jueces, por qué tienen tantos campos; por qué no se les puede sacar ni un peso a los que tienen mucha plata. Todos parecen financistas. Y a la única que han acusado de tener millones es a Cristina, que ha vivido siempre como dicen, que ha demostrado cómo se hace para vivir. Han excavado la Patagonia para encontrar las cajas fuertes de Cristina, y a dónde están, ¡por favor! Y la siguen acusando…”.
Seguidamente se preguntó Hebe “por qué tenemos que negociar con el Fondo Monetario, que le prestó la plata a otro. Porque si a mi vecino le prestaron 200 mil dólares, no me la van a venir a cobrar a mí porque yo no tengo nada que ver. Y este no era un vecino, se la prestaron a un enemigo, por más que haya llegado por los votos. Yo no tengo por qué pagar deudas que no son mías; ¿no está en la Constitución eso acaso?”.
Cera del final, la presidenta de las Madres se refirió al tema Venezuela y contó que el día anterior “fue un día sumamente importante porque me llamó la nueva embajadora en Argentina de parte del presidente Maduro, para decirme que estaban muy agradecidos los venezolanos por la defensa que habíamos hecho las Madres”.
Según Hebe, sin embargo, “no hicimos ninguna defensa, cumplimos con honor lo que le debemos a ese pueblo. No quiero repetirlo, pero quiero agradecerle a la señora embajadora, que me llamó con mucha deferencia anoche, y gracias a Nicolás Maduro, que se ocupó de mandarle un agradecimiento. No tenés nada que agradecerme, Maduro, para nada. Ojalá todos los argentinos hubieran podido levantar la voz como la levanté yo. Hay muchas críticas. Me quisieron explicar muchas cosas. A mí no me van a convencer. Yo la tengo bastante clara”.
Asimismo, se refirió a los nuevos negocios inmobiliarios que planea el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Hoy también me hablaron para decirme que Larreta está vendiendo las tierras más caras, al borde del río, para juntar plata”, advirtió Hebe, y relacionó el hecho con la situación catastral en la Provincia de Buenos Aires. “Ellos viven en montón de countries que figuran como terrenos baldíos y no pagan impuestos. Ellos también son ocupas. Critican a la gente que tomó tierras, pero ellos son ocupas”.
Por último abordó el tema de las pistolas Taser, “que todos los intendentes ahora quieren comprar. Yo las quiero probar con los hijos de los intendentes, porque dicen que no matan”, propuso.
“A mí que me pongan los hijos de los intendentes, que me den una pistola así yo le pego un balazo a cada pibe, y si no se mueren que las compren”, graficó Hebe. Y concluyó: “A mí no me van a convencer que no matan”.
Homenaje al Pañuelo Blanco
Al comienzo de la transmisión, fue proyectado un corto documental realizado conjuntamente por los equipos de Prensa y producciones Audiovisuales de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, en homenaje al Pañuelo Blanco, a 43 años de su surgimiento, durante una procesión de la comunidad católica a la Basílica de Luján. El material, que recoge emotivos testimonios de las Madres Hebe de Bonafini, Juanita de Pargament y Visitación de Loyola, contiene imágenes de archivo inéditas.
Enseguida, el militante de las Madres Demetrio Iramain, abordó las “dimensiones ética y moral en la praxis política de las Madres” y se preguntó si ambas pueden entenderse “separadas, como si una pudiera ser sin las otras y viceversa: hasta acá la política; desde aquí los principios”.
“Desde la perspectiva de los pueblos, ¿qué sería la política sin ética, sin moral, sin ideales? ¿Cómo podría ser?”, inquirió.
“Cambiar la vida, transformar revolucionariamente la realidad, luchar para mejorar las condiciones materiales y subjetivas de las clases trabajadoras, son planteos morales. Políticos, claro; pero éticos, también”, señaló Iramain, al tiempo que afirmó que “todo lo humano nos atraviese es parte intrínseca de nuestra condición social, y las Madres se hicieron cargo de ese imperativo desde 1977. Salieron a la calle a exponer lo único que les quedaba en pie que eran sus propias vidas, en defensa de los hijos propios. Pero en ese desafío, abrazaron a los hijos de los demás. A los trabajadores”.
Hacia el final expresó que “el pañuelo blanco nos interpela a todos, todos los días” y planteó el interrogante respecto de si “seremos capaces como ellas de aguantarnos los costos que demanda llevar con coherencia, altivamente y hasta las últimas consecuencias, la pelea”.
“Ojalá estemos a la altura de ese símbolo extraordinario que las Madres dejan en el techo del país, mirándonos desde arriba, a los ojos: el pañuelo blanco”, finalizó.