Ya llegó otro jueves. ¡Cómo pasan las semanas!. Será que nos pasan tantas cosas en el país que se comen los días, parece ayer que estábamos acá sentadas, y estamos acá otra vez. Acá en la cocina, de donde salimos, de la cocina a la plaza, de la plaza a la cocina. ¿Están preparando un gran acto de apoyo a Cristina? Así como una  pueblada, aunque no la condenen, ya la están condenando los medios. Tenemos que preparar un acto grande, tiene que ser grande, grande, grande, entre todos. Las Madres solas podemos convocar, yo soy la primera que lo voy a hacer, pero para mí es importantísimo que seamos muchos, que inundemos la ciudad. Hay que elegir un día especial, ya lo vamos a hacer, Cristina se merece eso y mucho más.

Como el compañero Fernando Borroni voy a hablar de la guerra que Israel le hace a los palestinos. No, que ‘están en guerra con los palestinos’, porque los palestinos no tienen para hacer la guerra. La Franja de Gaza se la van ocupando de a poco. Yo estuve en Palestina, dos veces, y conozco bien cómo es. En la Franja de Gaza viven, como si fueran ajenos, como si no fuera de ellos, en galpones. Y adentro de cada galpón; piezas para familias completas, los baños son para compartir entre montones de personas. Para bañarse; afuera en  piletones. Y los israelíes bombardean, y bombardean porque no tienen piedad, porque se quieren quedar con esas tierras, y como bombardean tanto, los palestinos se van corriendo, un poquito, como pueden. Entonces, los israelíes cortan árboles, y hacen enseguida una pequeña ciudad, y le ponen todo. En poco tiempo, con los yanquis, construyen una ciudad pequeña, todos los israelíes que se quieren cazar va a parar a esa ciudad, y tienen todo: supermercados, escuelas, universidades, cine, y guerra contra los palestinos. ¿Qué pasa que nadie habla de esa guerra? ¿Por qué hablamos tanto de la guerra que hizo Putin? Dicen que la hizo él. Nos quieren hacer creer que esta guerra la hacen los palestinos. ¿Por qué no se habla de esta guerra? Hace poquitos días, mataron cuarenta y cuatro palestinos, entre los que había quince niños. Con las bombas feroces, con el odio feroz que Israel tiene, ¿saben por qué? Porque tendrán muchas cosas, pero no tienen sangre. Los palestinos son aguerridos, y defienden pedacitos de tierra, pequeños, chiquitos. Los van corriendo, y les van pegando, y ellos siguen ahí, y hay pibes que no quieren tirar contra los palestinos, por eso no hacen el servicio militar. Y como no hacen el servicio militar los ponen presos, y entonces nacieron ‘las madres de negro’ para pedir por sus hijos que están presos por no querer tirar contra los palestinos. Hay mucha gente en Israel que no quiere la guerra, que les duele como nos duele a nosotros. No son todos los israelíes, no son todos Netanyahu. ¡Qué esperanza! Por eso es importante que hablemos, que contemos la verdad. Muy bien, Borroni que criticó a Página/12, que como tiene una comunidad en el diario, cuenta a medias lo que pasa, y lo cuenta mal.  Borroni con mucha altura, en el programa de Victor Hugo, hizo una crítica muy seria, y muy bien hecha para defender a los palestinos, como hay que defenderlos. Cuando uno los conoce, los defiende y los quiere más, y los ama más. Y si tenemos suerte, digo tenemos porque me siento parte de ese pueblo tan luchador, y tan increíble, les va a pasar como a los yanquis. ¿Saben qué le está pasando a los Estados Unidos? Cada vez se anotan menos jóvenes para hacer el servicio militar, y para estar en el ejército. El año pasado se anotó el 45% del 88% que se convocaba siempre. Y ¿saben cuánto fue este año? Entre el 13 y el 18%, no tienen soldados para hacer la guerra. ¡Qué bueno! Los jóvenes no quieren ir a la guerra, van a las escuelas a ofrecerles el oro y el moro a los pibes que están estudiando en la primaria y secundaria para que se metan en el ejército, y la juventud no quiere. No quiere volver tonta, herida, loca, trastornada, sin futuro, no quieren. No quieren para ellos esa juventud, hay que felicitarlos. Cuando no haya ejército, Estados Unidos no ocupará más países, no matará más gente, no tirará bombas atómicas. Y si no tiene ni petróleo ni nada de lo que les falta, por eso toma países, que salgan a pelear ellos, los cogotudos, los grandes, los militares, que nunca van. Mandan a la juventud a la muerte, y ellos se cansaron. Estoy contenta porque eso tiene que ver con la paz, porque no es un pueblo que quiere la guerra. Es un pueblo acallado y silenciado porque le dan, porque tienen, entonces son ricos, están bien, y les parece que las guerras son necesarias. Alguna vez cuando les falte el gas, la luz, y el morfi que, también les va a faltar, el pueblo se va a dar cuenta; qué es lo que hicieron hasta ahora, y cómo hay que ayudar y acompañar a cada joven que no se quiere anotar en el ejército. Es una maravilla, y hay que aplaudirlos como mucha fuerza. En el paso por las escuelas, los israelíes hacen una propaganda infame porque no les cuentan a los pibes qué es ir a la guerra, le doran la píldora de lo que van a conseguir si van al ejército, pero ya los chicos saben. Ya saben, si del 45% que se anotó el año pasado, este año muchos menos, quiere decir que la voz llega.

Ahora quiero hablar de una ley que hace rato que tendría que haber salido, que es la ley del tratamiento para el dolor, sobre todo, del cáncer. ‘Cáncer sin dolor’ se llama la ley. Tal vez parezca que no tiene que ver con este espacio, pero tiene que ver con mi vida, por eso se los quiero contar. Mi marido se enfermó de cáncer por la contaminación de la destilería de La Plata. Como la mayoría, de pulmón o de garganta, mi marido de pulmón con mucho sufrimiento. Y alguien me avisó que había un médico que hacía un tratamiento para el dolor, y yo inocentemente le dije al médico que trataba a mi mardio: ‘A mí me dijeron esto’. Me respondió: ‘No, señora, son ilusionistas’. Pero como soy medio cabezona, y mi marido estaba sufriendo mucho, sabía que se iba a morir, y yo quería que, por lo menos,  muriera tranquilo, encontré al Dr. Capanera. Él me cuenta que sí, que existe, que lo puede hacer, pero que no es ilusionista, y me explicó cómo hacían el tratamiento. Los laboratorios no quieren, porque ellos quieren vender fármacos, toda la mierda que te ponen en el cuerpo, aunque no te calme el dolor, no importa. Ellos ganan, ellos venden. Le pregunté a mi marido si quería probar el tratamiento y me dijo que sí, si era para disminuir el dolor.  Y miren lo que es el destino, este médico me preguntó: ¿Usted se acuerda de mí? Y yo le dije que no. Me contó que cuando yo me operé de la vesícula, él hacía tres meses que trabajaba ahí de anestesista, y me anestesió. Me agarró una alegría. Lo abracé. No sabía qué iba a pasar. Le hizo el tratamiento a mi marido y no tuvo un solo dolor en dos años. Y después pude devolverle con algo muy chiquito que fue firmar para que le den un préstamo y se haga una casa. Un gran hombre, un gran médico, un gran tipo que luchó, y luchó para imponer esa cosa tan increíble que es calmarle el dolor a los cancerosos. Ahora salió la ley: Cáncer sin dolor, no son ilusionistas. Ojalá que no haya nadie que tenga cáncer que me esté escuchando, y si tienen háganlo, que da muchísimo resultado. No compren más fármacos, ellos nos hacen ilusionar que con eso vamos a estar bien. Así que quiero terminar con esto porque es un homenaje que trabajó tantos años para que al final haya salido la ley. En buena hora.  

Fernando Borroni, periodista: “Hablamos de un genocidio lento contra el pueblo palestino, y el mundo no se detiene ante eso”

Quería hoy nombrar una vez más a Palestina, como tantas veces lo has hecho vos, Hebe.  Esta semana vimos lo que es el ejército israelí. Ese gobierno expansionista de Israel que ha bombardeado la Franja de Gaza con decenas de muertos, entre ellos niñas y niños. Nunca son noticia porque son Palestina.  Todos muertos en manos de un poder dominante que censura, que ocupa territorios, que criminaliza la resistencia. Cualquier muerto, en esa situación, es digna de ser denunciada, es digna de ser contada, pero parece que no. Parece que somos selectivos, el mundo es selectivo, el poder dominante, claro está. Pero también nuestros propios medios. Miren, si hacemos un repaso son 55 años de ocupación de las tierras de Palestina; la Franja de Gaza, Cisjordania. Hablamos de hombres y mujeres, más de 5 millones, que dentro de su propio territorio, Palestina, no tienen la libertad ni garantizados los derechos mínimos. Hablamos de 700 mil colonos, familias israelíes, que se meten en territorios palestinos, que los van ocupando y van avanzando. Hablamos de un genocidio lento, y el mundo no se detiene ante eso. Nuestros medios no se detienen ante eso, claro que miramos Rusia y Ucrania, y ahí hay páginas y páginas, días y días, zócalos de televisión, está bien, pero ¿por qué no Palestina? Estos últimos días murieron muchos niños, y niñas. No sé por qué hubo un rostro que a mí me impactó de sobre manera, no por encima del resto. Es el rostro de Khalil, una niña palestina. Me animé a escribirle esto, y lo quiero compartir con todos ustedes: ‘Tu rostro no tiene nombre, aunque las palabras te hayan nombrado con un nombre, tus padres te hayan puesto un nombre con el amor de la identidad. El mundo no conocerá ni de tu vida, ni de tu padecer, ni de tus últimas y temerosas horas porque ni tu vida ni tu nombre son y serán la noticia de un mundo al que nada le importa. Sobre todo, si aquello que sucede no se le parece, o aquello que sucede no lo roza. Y tú, niña con nombre, a quien nadie nombra, no te le pareces, no habrá tinta que te inscriba en las grandes páginas de la historia, que tallan la pluma y la espada de los dueños de la pluma y la espada. Donde los vivos solo mueren, si son sus muertos, con los que luego justificarán otros miles de muertos sin nombre. Las bombas solo estallan y desangran cuando caen sobre sus pares, si lo hacen sobre los sin nombre son apenas luces de bengala que iluminan las noches desde las pantallas de televisión, que encendemos desde un occidente tan ignorante como cómplice. Cuando quien te mata es el dueño de la vida y de la muerte de quienes viven contrarios a sus dioses terrenales, expansionistas y criminales, entonces, los asesinos dejan de ser asesinos y las víctimas dejan de ser víctimas o son números sin nombre. Qué difícil que se encuentre un dios que los perdone, claro, muchos se creen que son su propio dios, qué difícil será encontrar un infierno donde pueda arder esa monstruosidad, pero claro, muchos de ellos son quienes le pusieron el nombre al infierno.   Que el mundo sepa que se llamaba Khalil Abu Hamad, y que pagaste con tu vida llevar ese nombre en el alma, también de mujer, llamarte Palestina. Que el mundo sepa que son más de 50 años. Cómo cuesta comprender que las víctimas de ayer, que las víctimas de ayer puedan ser los victimarios de hoy, cómo cuesta comprender cómo olvidaron tan pronto el vaho del infierno. Siempre, siempre la mirada puesta, y la palabra para nombrar aquello que el poder determinó que sus vidas no valen, sobre todo si resisten por su libertad, por su dignidad, y por su verdad, como lo hace el pueblo palestino’.  

Demetrio Iramain sobre la causa vialidad que imputa a CFK: “Ya se le vieron todos los hilos de estas marionetas, de estos jueces y fiscales que animan ese juicio”.


El juicio a Cristina sigue en los medios, sigue en TN, en Clarín, en La Nación+, pero ya se le vieron todos los hilos de estas marionetas que lo animan, de estos jueces y fiscales que animan ese juicio. Todo lo que veníamos diciendo sobre el juicio, lo que Cristina viene diciendo sobre el juicio quedó comprobado el día domingo. El diario Página/12 reveló unas fotos en las que los jueces y fiscales que acusan a Cristina y, que quieren juzgarla, compartían un equipo de fútbol, y un partido en la cancha que tiene Macri en Los Abrojos, su quinta. No solo estaba el fiscal Luciani, no solo el juez Giménez Uriburu, sino también estaba el cuñado de Rodríguez Larreta que participa de este equipo. También el intendente de Cambiemos de la localidad de San Miguel, dando claras muestras de que hay una enorme confabulación entre el sector político de la oposición, de Juntos por el Cambio, y estos jueces y fiscales de Comodoro Py que quieren condenar, como sea, a Cristina. Por supuesto, que al otro día, Cristina hizo una presentación, a través de sus abogados, en el tribunal pidiendo que se aparten esos jueces y fiscales, porque no dan ningún tipo de garantía de imparcialidad. Algo básico que prevé el Código Procesal Penal es que los fiscales que tienen la función de acusar no tengan nada que ver con el juez, que es el que tiene la función de condenar, de juzgar esas pruebas y el alegato que hacen los fiscales. Acá quedó comprobado que son amigos, que son parte de lo mismo, que es un entramado que actúa sincronizadamente, y además con complicidades y relaciones políticas que prueban la manifiesta parcialidad que tiene ese tribunal. Cristina no solamente los denunció, no solo expuso esto, sino que insisto, pidió que sean recusados, que se aparten. El Código prevé que, en el caso de que sean apartados, todo lo que hayan hecho, sea nulo, con lo cual es muy posible que en algún momento esto ocurra. Ellos lo que quieren es condenarla a Cristina en la televisión, nada más. Tuvieron una posibilidad de hacerlo, aspiraron a hacerlo en un expediente judicial, y debido a estas revelaciones, es muy posible que eso no ocurra nunca. Sabemos muy bien que para el pueblo Cristina ha sido absuelta por la historia y cada vez es más reivindicada. 

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