Y finalmente salió el sol. Bajo un sol abrasador las Madres realizaron, esta tarde, su Marcha Nº 2168 en Plaza de Mayo, la primera tras la victoria de la fórmula Fernández – Fernández en las elecciones presidenciales del pasado domingo 27 de octubre. No fue un jueves cualquiera y se notaba en los rostros de las cientos de personas que se acercaron a acompañar a las Madres en una nueva cita con sus hijxs. Al completar las dos vueltas a la histórica Pirámide de Mayo fue momento de los discursos, en esta ocasión a cargo del periodista de Prensa Madres, Martín Smoje; el también periodista y Director de Radio Caput e Infosiberia, Juan Martín Ramos Padilla; y la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

El primero en hacer uso de la palabra fue Smoje quien celebró un nuevo jueves de ocupación política en Plaza de Mayo: “Llegó un jueves que estábamos esperando desde hace cuatro años y finalmente salió el sol. Fueron cuatro años de sufrimiento para un pueblo que el domingo fue a las urnas y le dijo basta a este modelo neoliberal nefasto que dejó en la calle a millones de argentinos”, recordó y subrayó que “no fue fácil pero se logó con solidaridad, lucha, lealtad pero sobre todo con organización”. Y en ese sentido advirtió que “no es fácil tener enfrente al poder económico, al Partido Judicial y a cierta parte del poder mediático”.

“Así llegamos al 27 de octubre que fuimos a las urnas y en honor a la memoria de Néstor Kirchner, el pueblo logró una victoria categórica. Una victoria que seguramente vaya a crecer una vez que termine el escrutinio definitivo”, destacó el periodista.

En otro tramo, Smoje pidió “no relajarse porque lo que vendrá a partir de diciembre no va a ser fácil”. Y para finalizar, consideró que “la fórmula para no marearse es seguir igual que cómo se llegó hasta acá: siendo solidario con el de al lado, leales a nuestras banderas pero sobre todo siguiendo el ejemplo de las Madres de Plaza de Mayo, que desde hace más de 42 años nos enseñan de qué lado de la mecha tenemos que estar si lo que queremos es una Patria con Justicia Social”.

A continuación tomó la palabra el Director de Radio Caput e Infosiberia, Juan Martín Ramos Padilla, quien agradeció la invitación “en este primer jueves tras un  domingo histórico en el que el pueblo se expresó en las urnas”. “Estoy feliz, ahora puedo decirlo, de poder mirar a la Casa Rosada y decir: `señores, tienen 40 días para desalojar la Casa de Gobierno”, señaló Ramos Padilla y agregó: “Fueron años muy difíciles donde intentaron deprimirnos, entristecernos y ahí siempre aparecían las madres para decirnos que no estemos tristes ni deprimidos y que tenemos que ir a Plaza de Mayo para seguir peleando. Y es cierto, porque cada vez que uno viene acá recibe una inyección de energía para luchar”.

“Ahora empieza otra cosa y debemos tomar el ejemplo de las Madres. Cuando ellas comenzaron a denunciar por el mundo entero lo que estaba haciendo la dictadura, los crímenes de lesa humanidad y el terrorismo de Estado que ocurría en Argentina. Las Madres lograron que en 1983 vuelva la democracia… y ese diez de diciembre ellas no se fueron a su casa, siguieron peleando todos los jueves hasta el día de hoy”, recordó el periodista.

Y agregó: “Ni siquiera en los días felices durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner dejaron de pelear. Ellas fueron claras y consideraron que el enemigo no estaba más en Casa Rosada pero el enemigo seguía estando, por eso no se puede dejar de pelear ni un solo día”.

“Esta semana me encontré con algunos compañeros que tenían expresión de fastidio que decían: `Che sacaron 40%, hicieron una buena elección´. Pero lo que tenemos que tener en cuenta es que al enemigo no se le gana por nocaut, el enemigo siempre sigue en algún lado”, advirtió Ramos Padilla y resaltó a las Madres que desde hace más de 42 años consideran a la lucha como una forma de vida.

Luego se refirió a la victoria electoral y al futuro que se avecina a partir de diciembre: “Tenemos en claro que no somos como ellos: ellos generaron tristeza, desocupación, hambre y dolor. Nosotros volvemos para construir, para luchar, para que no haya ni un solo pibe en el país al que le falte un plato de comida”.

En el mismo sentido convocó a “trabajar con muchísima responsabilidad a partir de hoy” y sostuvo que “el enemigo sigue estando en los medios hegemónicos de comunicación, en el poder financiero y en todos aquellos que se benefician con el hambre del pueblo”.

Y completó: “Los pibes tienen que poder comer en sus casas, con su familia y no en los comedores; como siempre nos dice Hebe. Tienen que poder ir a la escuela y no puede haber ni un solo pibe sin tiempo para jugar”.

Luego, al referirse al 40% que obtuvo la fórmula cambiemita, manifestó: “¿Qué hay que hacer con ese 40%? Porque yo me niego a pensar que son todas personas malas. Muchas han sido engañadas o se han equivocado y nuestra tarea es seguir trabajando para convencerlos y explicarles que tienen que sumarse a esta pelea para que el país tenga Justicia Social”.

Y, para finalizar su alocución, subrayó: “Cómo las Madres que trabajaron, jueves a jueves, durante toda su vida. Y es por eso que debemos asumir ese compromiso de por vida, porque esta Plaza debe ser eterna, para todos y todos; luchando por un país más justo”.

El cierre, como de costumbre, estuvo en la voz de Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. “Primero quiero agradecer a la gente de la izquierda que, a partir de las pocas ideas que tienen, toman las ideas de las Madres. Agradezco que tomen el jueves como día de lucha, agradezco que tomen las 15.30hs en Plaza de Mayo como único lugar. Gracias, compañeros, por entender que somos las Madres las que vamos adelante, las que ponemos la posta; ponemos la hora, el día de lucha y la Plaza donde se lucha”, apuntó Hebe.

Y, a continuación, se refirió al resultado de las elecciones y analizó el porcentaje obtenido por Mauricio Macri: “Ganamos en las urnas… y eso quiere decir que tenemos más votos que ellos. Pero no tenemos que olvidar que esos votos son los mismos que trajeron las botas. Son los mismos que trajeron a los milicos y los mismos que callaron cuando mataban a nuestros hijos, los mismos que no dijeron nada cuando mataron a tres Madres. Son los mismos del país del silencio; ese 30% es como un cáncer permanente del país que nos quiere comer las entrañas. Ellos siempre están ahí para decir quién es terrorista y quién no; quién roba porque usa la gorra al revés y quién no. Y los únicos que roban son ellos. Te roban todo lo que tenés, no solamente plata. Te roban la Patria, las tierras, el agua, los ríos, el petróleo; todo se roban”

“No quiero cortar la alegría pero pensemos bien. Ganamos en las urnas pero ahora se vienen tiempos muy difíciles y complicados. Por eso les pido a los que tienen trabajo y una manta para taparse, que no vayan de entrada a exigirle nada al Gobierno porque primero deberá ocuparse de los 14 millones de personas que no comen”, destacó.

Hebe de Bonafini criticó el aumento del precio del pan, noticia que ocupó las pantallas y el éter durante toda la jornada: “Hablaron del pan a 116, 160 pesos. Una locura. El pan que era lo más barato que había… lo único que comía el pobre: pan y mate cocido… ahora ni eso”. Y agregó: “Mientras los silos están llenos de maíz y trigo, los campos están llenos de vacas pero nunca son nuestras. Siempre son de ese 34% que maneja nuestra propia comida”.

“Entonces, es verdad que ganamos en las urnas, pero no alcanza. Tenemos que ser más inteligentes para luchar. Todos tenemos la obligación de hacer algo por la Patria. La Patria nos necesita a todos. Y todos tenemos que estar de pie”, manifestó, categórica, Hebe de Bonafini.

Luego leyó un fragmento de “El siglo del viento”, tercer tomo de “Memorias del fuego”, la trilogía escrita por Eduardo Galeano; uno de los autores más importantes del siglo 20 que con su obra dejó un legado a la historia de lucha de los pueblos latinoamericanos.

1979. Madrid

En una gran iglesia de Madrid, con misa especial se celebra el aniversario de la independencia Argentina. Diplomáticos, empresarios y militares han sido invitados por el general Leandro Anaya, embajador de la dictadura que allá lejos se está ocupando de asegurar la herencia de la patria, la fe y demás propiedades.

Bellas luces caen desde los vitrales sobre los rostros y vestimentas de señoras y señores. En domingos como éste, Dios es digno de confianza. Muy de vez en cuando alguna tosecita decora el silencio, mientras el sacerdote va cumpliendo el rito: imperturbable silencio de la eternidad, eternidad de los elegidos del Señor.

Llega el momento de la comunión. Rodeado de guardaespaldas, el embajador argentino se acerca al altar. Se arrodilla, cierra los ojos, abre la boca. Pero ya se despliegan los blancos pañuelos, ya los pañuelos están cubriendo las cabezas de las mujeres que avanzan por la nave central, y las naves laterales: las madres de Plaza de Mayo caminan suavemente, algodonoso rumor hasta rodear a los guardaespaldas que rodean al embajador. Entonces lo miran fijo. Simplemente lo miran fijo.

El embajador abre los ojos, mira todas esas mujeres que lo están mirando sin parpadear y traga saliva, mientras que se paraliza en el aire la mano del sacerdote con la hostia entre dos dedos. Toda la iglesia está llena de ellas. De pronto en el templo ya no hay santos ni mercaderes ni nada más que una multitud de mujeres no invitadas, negras vestiduras, blancos pañuelos, todas calladas, todas de pie.

Al terminar, Hebe completó: “Esto lo hicimos acompañadas de mujeres españolas que nos avisaron lo que iba a ocurrir, así que decidimos hacer esa actividad. Y fue así tal cual: el sacerdote con la ostia, el milico que no sabía qué hacer y los guardias tampoco. Pero nosotras sí… porque nos guiaba el amor a nuestros hijos”.

Para finalizar, emocionada, Hebe realizó un “pedido” a todxs lxs presentes en Plaza de Mayo: “Quisiera pedirles un favor a todos los que vienen a la Plaza. Y es que yo necesito encontrarme con mis hijos, por eso cuando llego necesito un poco de tranquilidad y silencio. La primera media hora déjenmela para mí y para mis hijos. Como yo no puedo marchar, igual quiero estar ahí. Las Madres marchan con mis hijos y yo quiero sentirlos acá. No sé si me entienden pero se los pido por favor. Muchas gracias y hasta el jueves que viene”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *