Las Madres realizaron, esta tarde, su marcha 2116 en Plaza de Mayo, como cada jueves desde hace casi 41 años. Lo hicieron junto a decenas de compañeros y compañeras, que las esperaron con banderas, pañuelos colgados alrededor de la Pirámide, y diversos cantos.
Tras la marcha, en el ya habitual espacio de La Hormiguita Colorada, hicieron uso de la palabra los periodistas Luis Zarranz, de Prensa Madres, y Gustavo Cirelli, director de la revista Contraeditorial. La presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, fue la encargada de cerrar los discursos.
Zarranz comenzó refiriéndose al reciente triunfo del candidato “fascista y nazi”, Jair Bolsonaro en Brasil. “Hablar de Brasil y de Bolsonaro es, también, hablar de Argentina porque siempre nos referimos a la Patria Grande”, sostuvo el periodista. “Hace un ratito se supo que Sergio Moro, el juez que puso preso a Lula, va a ser el ministro de Justicia de Bolsonaro. Se les nota mucho, realmente”, agregó. También, expresó: “Primero lo sacaron de la cancha a Lula, lo metieron preso, lo proscribieron y, finalmente, el juez que estuvo detrás de esa maniobra va a asumir como ministro de Justicia”.
“Su equivalente en Argentina es Claudio Bonadio, que no necesita asumir ninguna cartera, porque con el cargo de juez federal que tiene, le alcanza para llevar adelante persecuciones que poco tienen que ver con la Justicia”, completó.
En otro tramo, se refirió a los despidos y a la profundización del ajuste del gobierno de Macri. Afirmó que en las diversas ramas de la industria se habían generado “4200 despidos en el último mes”. “El gobierno avanza en su plan de ajuste. Las Madres vienen diciendo que es necesario estar en la calle, acompañando a los trabajadores despedidos. Tenemos que poner en práctica la solidaridad, a partir del ejemplo del pañuelo blanco, todos los días, todas las horas y todos los minutos”, finalizó.
Cirelli, visiblemente emocionado, agradeció a las Madres por el espacio y consideró que era “uno de los momentos más importantes” de su vida. “No puedo disociar comunicación de emoción; transmitir las emociones es un compromiso político”, expresó y compartió una “infidencia” en la que reveló que al recibir la convocatoria para hablar en la histórica Plaza de Mayo, lo primero que atinó hacer fue comunicarse con su compañera para compartir con ella la invitación. Cirelli explicó que no pudo compartir su alegría en ese momento pues su compañera se encontraba al frente de una clase en un penal bonaerense. “Es un penal bonaerense donde fueron confinados los presos políticos durante la última dictadura. Y pensaba en que si ella estaba dando clases en ese lugar solo era posible porque las Madres ya habían abierto el camino”, reveló.
El director de Contraeditorial recordó su juventud y los actos frente a la cárcel de Villa Devoto donde se exigía la libertad de los presos políticos. La mención cobró mayor relevancia al mencionar que días atrás tuvo la posibilidad de entrevistar a dos presos políticos del actual gobierno: el ex vicepresidente, Amado Boudou; y el primo del ex presidente Néstor Kirchner, Carlos.
También hizo mención al 35º aniversario del regreso de la democracia. “Debemos resignificar la palabra `democracia´ porque los que hoy gobiernan la están utilizando; estos chetos, re chetos, Pichettos usan la palabra democracia con un objetivo claro: hambrear al pueblo”, señaló y nombró los tres ejes del gobierno actual: “Vinieron a profundizar la dependencia con el Fondo Monetario Internacional (FMI); vinieron a hambrear al pueblo con una brutal transferencia de recursos que excluye a gran parte de la población; y, además, pusieron en marcha un plan sistemático de represión”.
El periodista consideró que nada de esto hubiese sido posible sin “el brutal blindaje mediático que le permite al Gobierno hacer lo que hace” y condenó a los medios hegemónicos que publicaron “un parte de inteligencia” sobre el ciudadano turco detenido durante la represión policial que intentó poner fin a la movilización contra el Presupuesto 2019. “Es muy grave, están persiguiendo a alguien por su ideología”, denunció y explicó que la mencionada nota del pasquín de Héctor Magnetto estigmatizaba a Anil Baran “por tener ideología marxista guevarista”.
Gustavo Cirelli consideró que el país atraviesa una “emergencia comunicacional que explica cómo las víctimas votaron a sus victimarios”, y agregó que “esa emergencia ocurre por el cierre de medios, la persecución a periodistas y los despidos”. En ese sentido, Cirelli manifestó que “el mayor ataque a la libertad de expresión es un periodista desocupado”.
Ante la cercanía del año electoral que se avecina, el ex director de Tiempo Argentino sostuvo que “la dirigencia del campo nacional, popular y democrático tiene un desafío muy importante para poner un freno a la derecha en el país y en el continente”. Además, advirtió a la dirigencia que “las Madres van a estar mirando”.
También hizo mención a “dos imágenes” que lo marcaron: “Las Madres con las máscaras de gas que nos advertían lo que más tarde sucedió; y otra, Rosa de Camarotti resistiendo el secuestro de un monumento en Plaza Congreso, frente a la sede de la Asociación”. Para finalizar, enfatizó: “Las Madres pueden defender un monumento y también pueden defender esta plaza; nos cuidan a todos, esta pesadilla no será eterna, ya va a pasar porque siempre estuvieron, están y estarán las Madres”.
Por su parte, la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, centró sus palabras en el profundo vínculo que une a las Madres con la Plaza. Inicialmente, pidió que “no pregunten porqué estoy analizando esto hoy”. “Nuestro pueblo todavía no ha entendido, porque no es fácil entender, por qué las Madres tenemos tanta pasión por llegar a la Plaza, cada jueves, por qué es tan importante, por qué, en 42 años, no faltamos un jueves. Por qué, aunque la Madre esté mal, como Juanita que vivió hasta los 101 años y se dormía sentada, igual quería venir a la Plaza”, reflexionó.
Posteriormente, recordó a algunas integrantes de la Asociación –Ana, Chela, María del Carmen, Elisa–, que, en determinado momento, no pudieron seguir yendo a la Plaza: “Se desesperaban por hacerlo. ¿Qué es la Plaza para una Madre? ¿Qué es lo que sentimos las Madres viniendo a la Plaza?”, se preguntó.
“No es una ilusión el encuentro con los hijos en la Plaza. No es una locura. Es tal la conexión que tenemos con ellos que, realmente, no queremos faltar, aunque estemos muy mal, que nos permite sentirlos, otra vez, dentro nuestro, como antes de nacer. Sentirlos vivos aquí porque cada uno de ustedes los representa”, afirmó entre aplausos.
Además, expresó: “Voy a insistir mucho sobre este tema porque hay gente de todo el mundo que nos hacen reportajes, hay análisis y tesis de todo tipo pero nadie ha analizado cuál es el milagro, dónde está el milagro de que las Madres no faltemos nunca a la Plaza, y cuando no podemos venir, lo miramos por teléfono”. “No es una locura, es un gran milagro que, a los 90 o más años, sigamos con esta pasión. Nuestra boca cruzó el océano pero no lo hicimos solas, lo hicimos acompañadas por estos hijos que nos quisieron quitar, los quisieron matar, los hicieron desaparecer y no pudieron”, finalizó.