Este sábado 30 de abril se cumplen 45 años de lucha, y las Madres convocan a acompañarlas desde las 16, en Plaza de Mayo. La consigna es «recordar, reivindicar y abrazar a todxs aquellxs que no dejaron nunca de luchar».
Asociación Madres de Plaza de Mayo. Marcha 2298= 45 años de lucha
Jueves 28-04-2022
En la marcha 2298 hablaron: Sara Mrad, de la filial Tucumán de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, y como es habitual, Hebe de Bonafini y Demetrio Iramain. Estuvo presente Renato Di Nicola con parte del grupo de apoyo a las Madres en Italia, ‘Kabawil-El otro soy yo’.
Hebe de Bonafini: “Ojalá este sábado esta plaza estalle en un grito de fe y un toque revolucionario, ¿por qué no?”
Nosotros queremos darles ‘un gracias enorme’, y un abrazo muy sincero a los compañeros que nos enseñaron a amar el rock. A mí me preocupaba mucho porque no entendía lo que decían. ¿Qué dicen estos chicos? ¿Cómo puede gustar tanto esa música? Entonces, le dije a un compañero que se llamaba Jáuregui que me trajera algo para escuchar en mi casa, a ver si yo entendía por qué a los jóvenes les gustaba tanto el rock. Y me trajo Hermética. ¿Qué es esto? ‘Son ladridos’ decía yo. Tráiganme otra cosa. Y así empezó el interés por saber y por comunicarnos con ellos, y fue algo maravilloso porque primero tocaron y cantaron en la plaza cuando no nos dejaban hacer un acto. A “Encuentro de rock para contar” vinieron 100 mil jóvenes, prohibieron la marcha, y nosotros preferimos así para que no haya milicos. A cada rato nos venían a avisar que los chicos quemaban un banco. ¡Mentira! Las Madres no dejábamos entrar a ningún policía, por lo menos con uniforme, habría de civil, pero de policía no dejamos entrar a nadie, y los jóvenes estaban recontentos de esa actitud de las Madres. Fue un día hermoso. Los primeros que dijeron que sí fueron los compañeros de La Renga y yo les dije a los chicos: ‘Ustedes canten y disfruten, yo voy a hablar al final, si tienen ganas de escucharme se quedan si no se van. Yo voy a hablar igual’. Y no se fue ni uno, se quedaron todos. Ahí empezó este amor inmenso e intenso entre las Madres y el rock. Cuando se enteraron de que las Madres necesitábamos dinero para poner la universidad, organizamos un recital junto a Daniel Grinbank, un gran hombre, que ayudó muchísimo a las Madres, no solamente con los festivales de rock, sino con dinero cuando estábamos en malas condiciones. No lo pudimos contactar para que viniera hoy, pero queríamos homenajearlo a él porque hizo mucho. Empezamos con esto de los festivales que parecía un sueño muy loco, demasiado grande, canchas de futbol llenas de gente, y todo tan bien preparado, parecía imposible. Yo quiero homenajear desde aquí y decirle mil veces gracias a los compañeros que tocaron en Ferro: Divididos, La Renga, Las Pelotas, Bersuit Vergarabat, Animal, León Gieco, Ataque 77, Los Piojos, Todos tus muertos, Actitud María Marta, Los Caballeros de la Quema, Malón, y Rata Blanca. Y en Rosario Central, que también ahí fuimos, Molotov y Los Fabulosos Cadillacs. La verdad es que no tengo palabras más que de agradecimiento a estos músicos que fueron capaces de hacer recitales para que las Madres pudiéramos comprar ese local para la universidad. La Renga fue la primera banda que tocó. Nosotras que, no entendíamos mucho, invitamos a La Renga y a los Zupay, los dos el mismo día en La Plata. Era muy loco, nadie entendía nada qué hacían Los Zupay con La Renga. Fue una cosa muy graciosa porque entró La Renga, y copó el escenario, era tan alegre. Los compañeros de Los Zupay estuvieron fantásticos porque se sumaron a esa alegría. Los chicos de La Renga nos decían: ‘Madres no estén tristes, estamos acá para ayudarlas, para acompañarlas’. Así que no nos olvidamos, y este jueves es para ustedes, queridos compañeros.
Voy a hablar un poquito de política porque hace falta. El presidente no se acuerda de las cosas, se junta siempre con los ricos. Para mí que se olvida. ¿Qué habla con ellos? Ya se juntó 6 veces. Hoy salieron los precios cuidados de la carne, ¡qué suerte el que la puede comprar! En las escuelas pagan 33 pesos por el almuerzo de un niño y en la Casa de Gobierno gastan casi mil por persona. La gente que no come no entiende eso. ¿Con 33 pesos qué le dan de comer? Solo basura. Miren, todo lo que hay para decir, todo lo que hay para discutir. Todos los jueves hay algo para decir, y también algo para soñar.
Soñamos con que este sábado reviente de gente y que todos los que vayamos a hablar digamos lo que nos pasa desde las tripas. Tenemos la esperanza de que vamos a volver a ganar. No nos llevemos por las encuestas, las encuestas son intencionadas, y dependen de quien las haga.
Gracias eternas a los compañeros del rock que nos siguen acompañando, y que siguen estando. ¡Hasta el sábado! Y ojalá este sábado esta plaza estalle, en un grito de fe y un toque revolucionario, ¿por qué no?
Demetrio Iramain: “En esos años en que se hablaba del ‘fin de la historia’, las Madres hablaban bien fuerte de revolución”
En esta semana de tantas actividades de las Madres para celebrar su aniversario, las Madres previeron dedicarle este jueves al movimiento de rock, que ha sido tan solidario con las Madres de Plaza de Mayo tantas veces. Cuando las Madres los convocaron fueron el puente para que ellas puedan hablar con aquella juventud de los años 90′, a la que yo mismo pertenecía, y yo mismo me sentí convocado por el movimiento de rock, y por supuesto, por las Madres de Plaza de Mayo. Eran años muy difíciles, especialmente para los más jóvenes, eran años en que se hablaba del ‘fin de la historia’, había caído el muro de Berlín, y entonces nos decían que el capitalismo era irreversible, que había que acomodarse ante esa situación, y las Madres decían que no, hablaban bien fuerte de revolución. Eran los años en los que los milicos pedían perdón por televisión. Balza hacía una autocrítica falluta, mentirosa, y todos los organismos de derechos humanos decían que estaba muy bien y agradecían. Agradecían los Juicios de la Verdad, donde los milicos iban a los tribunales y declaraban sus aberraciones, y había que agradecerles por lo que contaban. Las Madres repudiaban eso, y exigían condena, y así empezaron a surgir los Juicios Éticos, y Políticos, aquí en esta plaza. Y eran los años en que a la juventud había algo que no le cerraba, y que solo las Madres expresaban. Las Madres y el rock. Ellas lo vieron primero que nadie, y por eso convocaron al rock, y el rock -solidariamente y políticamente- respondió. Fue una decisión política, no fue un encuentro –nada más- artístico o cultural. Fue un encuentro político: el del movimiento del rock con las Madres, y que posibilitó, que ellas puedan hablar, cara a cara y sin mediaciones, con esa juventud que estaba convidada a descreer de la política. Entonces, un poco en nombre de aquella juventud de los años 90′ que se acercó a la política, y le hizo caso a Hebe cuando dijo: ‘Sean rebeldes, pero guárdense un poco de rebeldía para la lucha’ le decimos: Madres, muchas gracias, a 45 años de su primera vez en esta plaza, gracias por habernos enseñado el camino.
Sara Mrad: “Venimos del norte, a esta plaza tan cargada de historia, a esta plaza donde, en cada rincón, se escucha la voz de Hebe, y de tantas luchas populares”
Hablar en esta plaza para mí no es sencillo, venimos del norte, a esta plaza tan cargada de historia, a esta plaza, en cada rincón, se escucha la voz de Hebe, y de tantas luchas populares. A veces tengo la sensación de que cuando hablo acá la historia me está escuchando. Y vengo de Tucumán, de esa provincia pequeñita, tan dulce para los dueños de los ingenios azucareros, y tan amarga para los trabajadores del azúcar. Vengo de ese Tucumán donde las primeras desapariciones no fueron en la década del 70, sino antes, cuando ‘el familiar’ se atrevía a llevarse a los trabajadores que enfrentaban a sus patrones. Esa famosa leyenda mito del familiar, ese perro encadenado que secuestraba personas. Vengo de ese Tucumán lastimado con la dictadura de Onganía, donde se cerraron 11 ingenios, vengo de ese Tucumán insurgente, que luchó contra esa dictadura y que acunó a nuestros hijos en ese pensamiento revolucionario que concluyó en el Tucumanazo. Esa lucha de unión obrera-estudiantil que nuestros hijos, y nuestras hijas llevaron adelante. Vengo de ese Tucumán donde el primer centro clandestino de detención en el año 1975 fue una escuela. La escuela Diego de Rojas. Y para esa época en que comenzaban las desapariciones, los secuestros, los familiares nos empezamos a reunir en alguna iglesia para ver qué podíamos hacer, y corría el año 76, y 77, y nos empezamos a enterar de que había Madres que venían a la plaza, que se reunían acá. Y empezamos a intentar tomar contacto con ellas. Así lo hicimos. Armamos una agrupación que se llamó, en ese momento, Madres de detenidos-desaparecidos de Tucumán, adheridas a Madres de Plaza de Mayo. Más tarde, en un encuentro, que hacíamos a nivel nacional, resolvimos ser filial de la Asociación. Por aquellos tiempos era terrible, el terror que había calado tan fuerte en mi provincia. Recién la primera marcha la hicimos en el año 1981 para el día de las madres. Les cuento esto porque no se conoce mucho la historia de las filiales, y a nosotras nos costó mucho salir cada jueves. Acá también, pero en Tucumán, al ser una provincia chica, donde nos conocemos todos, nos fue mucho más duro. Salir cada jueves a la plaza era tremendo. También, desde entonces, nunca dejamos, nunca nos apartamos de la huella que nos dejaron nuestros hijos, de esa lucha revolucionaria. Nuestros hijos no solo nos enseñaron a luchar, nos enseñaron a amar, es otra forma de amor. El amor revolucionario, esa fuerza, esa capacidad que tiene de construcción, y de compartir, porque las Madres de la Asociación, no nacimos para llorar nuestras desgracias, nacimos para salir a la calle, para lucha, porque así nos enseñaron nuestros hijos, que había que enfrentar el neoliberalismo. Y aquí estamos para mostrarle a nuestros funcionarios, a nuestros gobiernos que el neoliberalismo es tan cruel como matar con balas. Matar por hambre es más cruel todavía, y hoy estamos sufriendo en los barrios, los pies descalzos y los estómagos acalambrados de nuestros niños. Por eso, estoy aquí para recordar estos 45 años de lucha, compartirlos con mis compañeras, con mis compañeros, con ustedes, y traer a esta plaza a todas mis compañeras de Tucumán.
Queridas Madres. Mi primera Plaza fue en 1978. Tenía 12 años. Ibamos con mí Viejo (Mario). Desesperados. Con dolor. Con miedo. Ese día fue el encuentro. Toda una vida. Hoy, tengo 55 años. Este viernes a la noche hablaré de ustedes en la radio del pueblo cuando baje del Parque Nacional los Alerces (Chubut).
A donde quiera que voy llevo el orgullo de haber sido bautizado como «Chapita» luego de haber sido lastimado por los seguidores de la UCDE. Hoy, en Parques Nacionales se me conoce como «Chapa», y les envío un abrazo muy grande.
Walter Daniel Fernández
Jefe del Centro de Informes del Parque Nacional los Alerces
Villa Futalaufquen, Chubut.
Patagonia Argentina.