El Papa Francisco saludó, esta mañana en el Vaticano, a un grupo de mujeres que portaban pañuelos blancos en sus cabezas, en el marco de la celebración del Día de la Madre en Argentina y de los 40 años de las Madres de Plaza de Mayo.
Francisco realizó el saludo luego de la canonización del beato Mateus Moreira y sus compañeros mártires, quienes fueron asesinados en 1645 por soldados calvinistas holandeses en la región del nordeste brasileño.
Su Santidad había invitado al grupo de mujeres y compañerxs italianos que tenían previsto realizar una marcha en la Plaza San Pedro (en alusión al Día de la Madre), a que presenciaran la ceremonia desde la primera fila. Tras ella, se acercó a saludar y conversar con el grupo de personas que participaba de la actividad.
La marcha en la Plaza San Pedro había sido pensaba por las Madres y un grupo de apoyo de Italia, para conmemorar, allí, el Día de la Madre. La presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, le había escrito una carta al Papa para consultarle si esto era posible. Francisco le respondió que sí, pero que dado que habría una ceremonia que implicaba ciertas reglas de seguridad, enviaría a un sacerdote a buscar al grupo de mujeres con pañuelos blancos para hacerlas ingresar y ubicarlas en la primera fila de la misa de canonización presidida por el Sumo Pontífice.
Así fue como sucedió. Mientras el grupo de apoyo italiano estaba en la Plaza San Pedro agrupados bajo un cartel con la consigna “No pasarán” –con la que las Madres vienen haciendo referencia, en alusión a las permanentes persecuciones por parte del gobierno argentino– un emisario del Papa los condujo hasta la ceremonia, donde, luego, se concretaría el saludo.