Las Madres de Plaza de Mayo Carmen Arias y Josefa Pina de Fiore cerraron el 2025 en la Plaza de Mayo este 25 de diciembre, en la Marcha de los Jueves N° 2489, junto a Demetrio Iramain, la militancia y Daniel “el Tano” Catalano, secretario general de ATE Capital. En un día atravesado por la Navidad, la Plaza volvió a ser ocupada políticamente, como ocurre “pase lo que pase” desde el 30 de abril de 1977.

En ese marco, Iramain recordó que “no importa qué día sea en el calendario, si cae jueves, las madres marchan en la plaza”, y remarcó que no se trató de “una misa”, sino de “una ocupación política de la Plaza de Mayo que todos los jueves a las 3:30 se realiza pase lo que pase”, incluso en contextos de estado de sitio, crisis institucional o cumbres internacionales.

Más adelante, Demetrio Iramain envió “un saludo muy grande” a Cristina Fernández de Kirchner, a quien definió como “injustamente presa” y atravesando “un problema de salud”, y repasó episodios poco mencionados de la historia de las Madres ligados a las fiestas de fin de año. Entre ellos, recordó el ayuno en la Catedral de Quilmes tras la Marcha de la Resistencia de 1981 y el deseo de “dedicarle la Navidad a los hijos e hijas ayunando allí”.

Asimismo, evocó las palabras de Hebe de Bonafini, quien había contado las ganas de “dedicarle a los hijos que faltaban esa festividad luchando”, algo que finalmente se concretó el 31 de diciembre de 1999, cuando las Madres amanecieron el año 2000 en la Plaza con una consigna que, según Iramain, “todavía nos sirve para utilizar en todo momento y lugar: la única lucha que se pierde es la que se abandona”.

En el mismo tono, destacó que las Madres “no siguieron al pie de la letra lo que hicieron sus hijos”, sino que “se animaron a hacerlo nuevo”, construyendo una síntesis propia que las convirtió en “las madres de todos y todas”. Finalmente, llamó a organizarse para “sacar a este gobierno asesino”, subrayó que “no es joda” la tarea política que viene y planteó como horizonte “volver a gobernar este país como mínimo a partir del 10 de diciembre de 2027”, con la libertad de las y los presos políticos como una de las primeras medidas.

En el mismo sentido, Daniel “el Tano” Catalano afirmó que compartir la Plaza con las Madres es “una experiencia generacionalmente importante” y reivindicó que durante décadas ocuparon el espacio público “con política, debatiendo, abriéndonos la cabeza”. A la vez, cuestionó la “indiferencia” de amplios sectores de la dirigencia y sostuvo que, si hubiera honestidad con la militancia de los 70, con la resistencia y con los gobiernos de Néstor y Cristina, “no estarían ocupando el tiempo en hacerse zancadas, en putearse”, sino organizando al pueblo para “derrotar a Javier Milei”.

Con el mismo tono, denunció el ajuste, la represión, la persecución a quienes viven en la calle y la violencia policial, y llamó a construir “la incomodidad más grande que podamos”. Además, convocó a movilizarse el 10 de febrero frente al tratamiento de la reforma laboral y advirtió que “económicamente estamos peor que en el 2001”. Frente al negacionismo y la burla, fue categórico: “Ese debate ya lo ganamos. Son 30.000 y no podemos permitir que se burlen de la resistencia”, y aseguró que la respuesta sería “con más organización, con más lucha, con más firmeza”.

Por último, en el cierre de la Marcha, Carmen Arias agradeció la presencia en un día en el que “uno se imagina que quiere estar en su casa con la familia” y volvió a enviarle un abrazo a Cristina, deseando “que la veamos pronto en su casa y libre”. Luego compartió una anécdota que la había conmovido profundamente: el encuentro con Bastian, un niño de 11 años que le pidió que le explicara “la lucha de las madres”, y a quien vio escuchar “con una convicción” que emocionó incluso a quienes estaban alrededor.

Desde allí, afirmó que “no estamos perdidos” y rechazó los discursos que responsabilizan a los jóvenes por el triunfo de Milei. Con el mismo ímpetu, reiteró su deseo de que “se vaya antes” y dejó claro que las Madres no iban a aflojar: “el jueves que viene, que es primero de año, acá vamos a estar. Llueva o truene”. Como cada semana, cerró con una consigna que volvió a resonar en la Plaza: “Fuera Milei y Cristina libre.”

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