En la Marcha de los Jueves N° 2480, las Madres de Plaza de Mayo Carmen Arias, Pina de Fiore y Visitación de Loyola, que acaba de cumplir 101 años de edad, siguieron luchando junto a Demetrio Iramain y la militancia que semana a semana acompaña la ronda. La Plaza volvió a ser ese espacio de ternura y coraje donde el tiempo gira al revés y la historia sigue andando.
Desde el micrófono, Demetrio Iramain abrió el encuentro recordando que, como decía Hebe de Bonafini, “cada jueves es único, cada jueves es el mejor, cada jueves es como si fuera el último”. Y este jueves, remarcó, fue particularmente especial. “Recibimos nuevamente en esta plaza, en su plaza, a nuestra compañera Visitación de Loyola. Tenerla acá es tener a los libres para la liberación”.
Entre los aplausos, Iramain también saludó la presencia de Dora Taján, hija de la entrañable compañera Azucena Díaz, y pidió que este domingo “todos y todas vayan a votar para empezar, a través del voto popular, a echar a este gobierno criminal”.

Con la emoción a flor de piel, Demetrio contó que había preparado un texto “para no pifiarle a las palabras” y se dispuso a leerlo. Lo tituló “Visitación y el tiempo”, una dedicatoria que la plaza escuchó en silencio y conmovida.
“Visitación Folgueiras de Loyola, nuestra Visi, cumplió el pasado viernes 17 de octubre 101 años de vida. Lleva 48 años y medio de lucha y un siglo más un año de edad física. Y hoy la tenemos con nosotros y nosotras aquí, en su Plaza de Mayo. La sola enunciación de este dato nominal, objetivo, estremece. Visi mira por arriba del hombro al siglo que nos precede a hoy. Lleva de acá para allá todo el tiempo que pasó entre que nació y hoy, guardado en la cartera, y sigue”, leyó, con la voz entrecortada.
Demetrio describió con ternura y admiración la fuerza cotidiana de Visitación: “Venció la desaparición de su hijo; la partida de su compañero de vida, Mario; la mudanza de Hebe, que se cambió de dirección en el momento más inoportuno; recientemente la de Azucena Díaz. Y así como antes había batido a la pandemia, sigue, continúa, persiste. Visi va”.

Pintó su presente con imágenes llenas de vida: “Se alista en la peluquería, lee el diario Página 12 en papel todos los días, se informa, discute, sigue de cerca todo lo que pasa y lo que no en la Casa de las Madres. Todo a sus 101 años. Visi ama la vida. Está profundamente enamorada de ella, como si recién acabara de nacer y salir al mundo, a este mundo que conoce y la desvela desde hace un siglo. A su edad, que no parece, Visi es como una púber haciendo tiempo para ir a bailar”.
El texto avanzó sobre el contraste entre el tiempo político y el tiempo vital de las Madres. “El domingo que viene hay elecciones en todo el país. Cada dos años, el cumpleaños de Visitación coincide con los comicios, sean ellos presidenciales o de medio término. La cita cívica bianual contrasta con el compromiso vital, cotidiano, de Visi. No hay veda para su lucha política. Las Madres votan todos los días, y todos los días eligen y son elegidas”.
Demetrio recordó que “no todas las madres que tienen hijos e hijas desaparecidos son Madres de Plaza de Mayo. Ni siquiera la mayoría de ellas. No todas eligieron este camino: el más largo, el más difícil, el más duro, pero el más justo, el más generoso y el más desprendido”. Y citó a Hebe: “Nosotras no precisamos candidatura; la mejor nos la dieron nuestros hijos: ser madre de revolucionarios”.

Luego, extendió esa herencia a la militancia: “Ahora también nos toca a nosotros y nosotras, a todos los que estamos aquí en esta Plaza, ser hijos de las Madres de Plaza de Mayo. No en términos filiales, de sangre, sino políticos, ideológicos. Tenemos que merecer las Madres que nos tocaron. Tenemos que honrar el privilegio de ser contemporáneos de su marcha. Tenemos que animarnos a ser como Visitación, como Pina, como Carmen. Como Hebe”.
Más adelante, reflexionó sobre el papel de las Madres frente al tiempo y la historia: “Si hay un logro extraordinario, preciso, inexpugnable, en la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, es haber dado vuelta el tiempo. Se le pararon de mano a la muerte, a los años, a la derrota, al olvido, y le opusieron el tiempo. Lo usaron a su favor. Así como marchan en redondo, giran marchando alrededor de la Pirámide y en el sentido contrario a las agujas del reloj, las Madres convirtieron al tiempo en un aliado. El disvalor en ventaja. La desesperación en sabiduría”.
Y continuó: “Vienen de ayer, ejercen el presente, para mañana. Y ese mañana dura mucho, mucho. Ansiosas, no se impacientan. Saben que el tiempo por venir es más largo y más intenso que el que ya pasó. Enseñan que en su envés, las horas que fueron llevan escrito las que vendrán. Así, hoy es la raíz cúbica de ayer al cuadrado de mañana”.

En un cierre cargado de poesía, Iramain expresó: “Las Madres aprendieron que en el olvido, donde el aire pesa y cada minuto dura dos, no hay más tiempo: hay la mitad. El mes que viene es el año pasado. Por eso ellas hacen al revés. Su antes de ayer es mañana, y nunca ya no tiene jamás. Cada instante de Visitación es el primer minuto de siempre”.
Y concluyó: “Gracias por tu vida, Visi. Por tu ejemplo, tu entrega, tu amor. Te necesitamos unos mil años más, por lo menos. A cada paso que damos, es el primer segundo de esa época que está adelante. Se llama futuro. Vayamos todos a su encuentro, compañeras y compañeros. La lucha de Visitación se lo merece”.
Más adelante, fue Carmen Arias quien tomó la palabra frente a la Plaza colmada. Con emoción, recordó el cumpleaños compartido con Visitación Folgueiras de Loyola: “Buenas tardes, compañeros, compañeras. Es más que emocionante la plaza de hoy. Tener a Visi acá al lado es un premio, es una emoción enorme”, expresó.

Agradeció además los mensajes recibidos por su propio cumpleaños: “Quiero agradecer a las personas que me saludaron, que me mandaron mensajes, que me escribieron el día de mi cumpleaños. No di abasto a contestarles a todos. Muchísimas gracias”, dijo entre aplausos.
Con la misma energía que caracteriza a las Madres, Carmen señaló que la jornada era de festejo y de compromiso: “Hoy festejamos nuevamente nuestro cumpleaños con Visi. Estamos reemocionados todos”, afirmó, antes de llamar a la acción frente al contexto político.
“Vamos a hablar de lo que se viene. Faltan tres días nada más para las elecciones. Como decimos todos los jueves y a cada rato: por favor, que no falte nadie a votar, porque estas próximas elecciones nos van a marcar. Las tenemos que ganar sí o sí”, subrayó.

En el cierre, Carmen dejó un mensaje claro y contundente, de los que condensan el espíritu de las Madres: “Votemos por los jubilados, votemos por los discapacitados, votemos por la salud pública, votemos por la educación pública, votemos por Argentina y no por Estados Unidos. Patria sí, colonia no. Patria sí, colonia no. Patria sí», concluyó.
En el cierre de la Marcha, tomó la palabra Visitación Folgueiras de Loyola, “Visi”, la Madre que acababa de cumplir 101 años y que, una vez más, emocionó a todos con su fuerza inquebrantable. Con la voz firme y el pañuelo blanco bien alto, habló desde el corazón:
“¿Qué quiere que le diga con toda esta gente, con toda esta fuerza, con toda esta lucha? La vamos a seguir peleando con todo, pero defendiendo nuestra bandera, que no la van a pisotear ni la van a cambiar por nada”, afirmó ante una Plaza que la ovacionó.

Con la pasión que la caracteriza, insistió en que no hay descanso posible mientras haya injusticia: “Para eso estamos, para luchar con fuerza, con coraje y no dejarlo pasar a este sinvergüenza. Solo luchar. Que Cristina esté libre y que tengamos un presidente con fuerza, que los tenga bien agarrados y luche por ellos”.
Entre aplausos y cánticos, Visi volvió a demostrar su enorme ternura y compromiso colectivo: “Por eso estamos, por toda esta gente tan hermosa y tan linda. Los amo, los quiero y luchamos por Cristina, que sea libre, y que nuestro presidente sea Axel Kicillof”.

Con la energía de siempre, cerró su intervención dejando un mensaje que condensó una vida entera de entrega y convicción:“El país hay que defenderlo con coraje, con amor, con cariño, con toda la fuerza que tenemos. Y el domingo que tengamos un nuevo presidente, Axel Kicillof. Así lo esperamos. Los quiero mucho a todos y con este coraje, con esta gente, la vamos a ganar. Claro que sí. Gracias.”
Visi volvió a marchar y a hablar como siempre: con el cuerpo entero, con una fe profunda en la lucha y en el pueblo. A sus 101 años, sigue marcando el camino.

