Este 24 de julio, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha de los Jueves N° 2467 en la histórica Plaza, junto a militantes, compañeras y compañeros. La jornada estuvo cargada de contenido político, memoria activa e internacionalismo. Presente en la Plaza, la Madre de Plaza de Mayo Josefa «Pina» de Fiore acompañó a quienes se reunieron para seguir levantando la bandera de los 30 mil. Desde Venezuela, las Madres Carmen Arias y Sara Mrad (filial Tucumán) marcharon también, demostrando que la lucha no conoce fronteras. Ambas se encuentran allí como parte de una comitiva integrada por Demetrio Iramain y Cristina Caamaño, representantes de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, acompañando el proceso electoral que tendrá lugar este domingo en el país bolivariano.

La apertura de la jornada estuvo a cargo de Manuel Marín, prensa de la Asociación. “Las Madres están allá haciendo el aguante, haciendo lo que tienen que hacer donde hay una aventura, donde hay una lucha contra el imperialismo”, explicó. En diálogo con los y las presentes, Marín evocó palabras de Hebe de Bonafini —“todas las marchas son distintas”—, y se refirió a esta como una marcha especial: “una parte de las Madres está en otro territorio, luchando también allá”.

Marín aprovechó para responder a los dichos del futuro embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas: “¡Patria sí, colonia no! (…) Ese gusano cubano ya empezó a decir cosas sobre Argentina. Y nosotros lo vamos a estar esperando. A este tipo y a todo lo que representa: el nuevo Plan Cóndor, la dominación continental”.

“Una de las cosas que más les costó a las Madres fue entender que sus hijos no fueron perseguidos por un régimen militar. Fueron perseguidos por un plan económico. Y ese plan lo pensó la CIA. Y ese plan lo ejecutaron los yanquis”, remarcó. En esa línea, denunció que hoy continúa ese mismo programa de saqueo: “El Estado argentino está colonizado, pero subestiman al pueblo argentino. Siempre subestiman a los pueblos de América Latina… y siempre terminan yéndose”.

A continuación, tomó la palabra Diego Belauzaran Colombo, militante, comunicador y creador de contenido político. “Primero agradecer por haberme invitado hoy acá. Estaba pensando qué decir en esta plaza, que es un ritual. Porque cada palabra que se dice acá corre entre la militancia, nos hace a los militantes y construye la historia nacional”, comenzó.

Diego —o «Diega», como lo conocen muchxs— habló desde la praxis heredada de las Madres, y en particular de Hebe: “Cada uno de esos manifestantes tiene la determinación política que heredamos de la praxis política de Hebe de Bonafini. Y esa determinación política es la que quieren disciplinar y borrar. Por eso llevan cinco policías por cada compañero que va a la ronda del Congreso. Porque somos demasiado fuertes. Y nos tienen miedo”.

Trajo también una lectura sobre el rol de las Madres en momentos de indiferencia social: “Aun cuando una sociedad les hacía oídos sordos, cuando se decía ‘algo habrán hecho’, ellas siguieron con la convicción de que tenían su verdad. Porque vieron cómo desaparecieron a sus hijos en sus casas. Esa verdad es la misma que tenemos nosotros hoy: que este gobierno viene a robarnos los recursos naturales. Viene a hacer de nuestro país una colonia más”.

En la segunda parte de su intervención, Diega profundizó en una crítica filosófica y política a los modos de vida heredados de la modernidad occidental, la colonialidad y el capitalismo. “Nos han enseñado y hemos aprendido a vivir de una forma en la que ya no se puede vivir más”, dijo. Denunció el colapso ecológico, la auto-disciplina subjetiva inducida por el algoritmo y la necesidad de construir una nueva forma de pensar: “El occidentalismo colonizó América con la idea de un ‘ser universal’. Quien no se adaptaba, debía ser colonizado o aniquilado. Pero ahora el disciplinamiento ya no viene solo desde afuera, sino desde adentro. El algoritmo coloniza nuestros deseos”.

Además, denunció la hipocresía de discursos como el del libertario Ramiro Marra, quien dijo que los jóvenes no se van a jubilar: “Y tiene razón, pero no por las razones que cree. Porque Milei quiere subir la edad jubilatoria a 70 años, pero en Argentina el promedio de vida es de 61. Es una estafa. Nos van a hacer pagar los aportes para que nos muramos antes de cobrar la jubilación”.

Frente a eso, propuso una respuesta clara: “A Marra le tenemos que decir que sí, nos vamos a jubilar. Pero nos vamos a jubilar haciendo una revolución. Impositiva. Y que paguen las jubilaciones los monopolios, los capitalistas, los que nos quieren robar la dignidad”.

Hacia el cierre, propuso construir un nuevo movimiento político, que supere viejas estructuras: “Con todo el respeto que me merece Cristina, el PJ no es suficiente. Necesitamos algo nuevo: que sea anticapitalista, comunitario, que recupere saberes indígenas, feministas, populares. Una fuerza que no repita fórmulas, sino que esté en movimiento, en estar siendo, como dicen las cosmovisiones indígenas”.

Y remató con una propuesta concreta: “Propusimos cinco puntos, pero quiero mencionar uno solo. Una empresa estatal de alimentos. Porque en este país falta justicia. Y no puede haber justicia si no hay comida. Las cuatro comidas diarias tienen que estar garantizadas por el Estado. Que Axel la impulse desde la provincia. Que el pueblo vuelva a tener una política que lo represente”.

Continuando con la Marcha, tomó la palabra la Madre de Plaza de Mayo “Pina” de Fiore, presente en la Plaza con la sonrisa de oreja a oreja que la caracteriza. Saludó a toda la militancia con emoción y dejó unas palabras sencillas pero profundamente conmovedoras:

“Yo quisiera decir dos palabras… hace muchos años que estoy en esta Plaza. He dormido acá con Hebe, todo. Así que esperemos seguir como hemos seguido siempre. Para mí, un fuerte abrazo para todos. Cada uno de ustedes es uno de los desaparecidos. Un beso para todos. Buenas… hasta la próxima semana”. El cierre de sus palabras fue recibido con un fuerte aplauso y el corazón lleno.

Cerca del cierre de la jornada, Manuel acercó a la Plaza un saludo de las Madres que se encontraban en Venezuela participando del Congreso Mundial por la Paz y contra el Fascismo. Desde allá, enviaron un mensaje grabado, colmado de emoción y compromiso.

Sara Mrad tomó la palabra para transmitir todo lo que estaban viviendo en ese país hermano:

“Hola, compañeras, compañeros. Estamos enviándoles desde Venezuela un abrazo inmenso, colmado de todas las emociones que estamos viviendo en este querido país con la organización de este encuentro por la paz y contra el fascismo. Algo que las Madres hemos acorazonado tantos años”.

Luego, Carmen Arias completó el mensaje, visiblemente conmovida por el recibimiento:

“Bueno, como dijo Sarita, estamos en un acto al que nos invitaron de una forma maravillosa. La verdad que la forma en la que nos están tratando da toda la emoción. Y bueno… en un rato somos candidatas a hablar también nosotras, así que espero que estén todos bien”.

Y para culminar la Marcha, retumbó en la Plaza el enorme discurso que Sarita pronunció recientemente en la Tribuna Antifascista de la Plaza Simón Bolívar. “Hace un momento, por ahí, una jovencita me preguntó si podía abrazarnos. Yo le dije que sí. ¡Si a eso hemos venido! Nosotras traemos el abrazo del pueblo castigado de la Argentina, con un gobierno, con el presidente Milei, que está haciendo llorar con el hambre, la pobreza, la destrucción de la educación, la destrucción de la salud”, expresó. Y agregó: “Miren si no íbamos a estar aquí, compartiendo con todos ustedes este abrazo para el presidente Maduro, con el recuerdo invencible de Chávez, de Néstor Kirchner, de Fidel, con esa creación en la Argentina que pudimos, en ese tiempo de esos presidentes inconmensurables, darle un freno al ALCA”.

“Compañeras, compañeros: nosotras traemos ese abrazo, pero también el abrazo de la lucha. Las Madres nacimos a reclamar, en aquel año 77, por la vida de nuestros hijos. Con el tiempo, nos parecía que era mezquino reclamar solamente por mi hijo. Entonces socializamos la maternidad para luchar por todos nuestros hijos que han sufrido el atropello del secuestro y la tortura, pero también de esos hijos que todos los días nos nacen, porque hay presidentes como Javier Milei que, si bien no los secuestran físicamente, sin embargo, les secuestran el plato de comida”.

Con fuerza, celebró el encuentro: “Por eso estamos aquí, además compartiendo con ustedes la alegría de la militancia, la alegría de la esperanza, y sobre todo, compartiendo con los músicos que han estado, porque para las Madres la cultura y el arte también son una herramienta imprescindible para la construcción social. Esa construcción social firme, decidida, clara, con convicciones, como tenemos que tener los pueblos latinoamericanos y los pueblos del mundo para señalar al imperialismo y a todos los fascistas que hoy se creen dueños del mundo”.

Luego reflexionó: “Hay una teoría política que dice que cuando lo viejo muere, algo nuevo está naciendo. Y también escuchamos decir: el capitalismo se va muriendo. Sin embargo, lo que vemos es que no termina de morir, que se transforma, que muta y que se vuelve más cruel, más sádico. Por eso las bombas en la querida Palestina. Por eso el hambre en nuestros países. Y lo peor de todo es esa cultura que están instalando, de que en países como el nuestro, la Argentina, no creamos en la política”.

Y cerró con una consigna que atraviesa 48 años de historia: “Compañeras y compañeros, la lucha es eterna y es política. Eso nos tenemos que convencer, tenemos que instalarlo. Así lo hicimos las Madres”. Antes de despedirse, compartió un breve poema de José Martí que levantó a la plaza en aplausos:

“El amor madre a la patria
no es el amor a la tierra ni a la hierba que pisan nuestras plantas.
Es el odio invencible a quien la oprime
y es el rencor eterno a quien la ataca”.

La última Marcha de los Jueves de julio 2025 volvió a ser un grito colectivo por los sueños de los 30 mil, pero también un puente entre pueblos que luchan contra la injusticia. Desde la denuncia a la represión del gobierno argentino hasta la solidaridad con Venezuela, Palestina y Cuba, cada intervención sumó una voz más al clamor por un mundo más digno. Como decía Hebe: “Todas las plazas son distintas”. 

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