Este 25 de abril, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha de los Jueves N° 2402, junto a la militancia, Alejandra Boschini, trabajadora no docente de la UNMa y Demetrio Iramain, quienes tomaron la palabra en el acto. En el cierre, escuchamos a Carmen Arias.
En un comienzo, tomó la palabra Demetrio Iramain quien “por supuesto” se refirió a la Marcha Federal Universitaria que se llevó adelante este martes en contra de las políticas de ajuste del gobierno macrista de Javier Milei: «Y por supuesto, teníamos que hablar de esta extraordinaria movilización popular que hicimos todos y todas el día martes”, señaló.
Previamente, en dirección al nefasto mensaje que esgrimió la vicepresidenta Victoria Villarroel contra nuestra compañera eterna Hebe de Bonafini, Demetrio disparó: “Alguna decía ‘lo que se perdió Hebe’, no se perdió nada, sembró. Esa marcha fue el comienzo de la pueblada de la que nos habló aquí. Yo no sé de qué se burla, Hebe está sonriente, feliz de ver que su siembra de 47 años empieza a cosecharse y cada vez nos multiplicamos más. El pañuelo blanco de las Madres, la figura de las Madres, está cada vez más alto”, sentenció.
Más adelante, continuó, “pensaba que esa marcha extraordinaria que el gobierno al principio quiso tratar de desmovilizar dando algún dinero para las universidades, y que me parece que lo que hizo eso fue multiplicar aún más la presencia. Porque la comunidad que se movilizó, el pueblo se movilizó, y no solo aquí en Buenos Aires sino en todo el país”, celebró.
“No salió solamente por la universidad, salió por un proyecto de país. Si se abortan las universidades, también se aborta para todo el país. Va mucho más allá de poder pagar la cuenta de luz de las universidades nacionales”, completó Demetrio.
En el mismo tono, aseguró que en la marcha “estaban allí no sólo los que van a la universidad hoy, sino los trabajadores que aspiran a que sus hijos vayan a la universidad mañana, o sus nietos, o los que no pudieron ir pero sí quieren que este país tenga una posibilidad de futuro. Y la única posibilidad de futuro es, entre otras, a través de la educación, a través también del trabajo, por supuesto que sí, del trabajo bien remunerado. Son los trabajadores que hacen la patria, eso siempre nos lo han dicho las Madres de Plaza de Mayo, y están unidos, y eso es lo que le molesta al gobierno. El pueblo, los trabajadores, los estudiantes, sintetizándose cada vez más para salir de este laberinto al que nos quieren llevar y encontrarle una salida política a esto”, agregó.
A su vez, el compañero de las Madres apuntó contra el periodismo y el oficialismo que a modo de denuncia salió a instalar que la marcha del martes fue política. “Claro que fue una marcha política. ¿A quién se le podía ocurrir que no lo sea? Era una marcha bien política, bien transformadora, bien de futuro, bien revolucionaria, porque nos quieren achicar la posibilidad del futuro cortando las universidades, y esta marcha es todo lo contrario”.
Además, dijo que “el futuro sabemos que es revolucionario o no será. No hay posibilidad de un futuro que no se proponga transformar revolucionariamente esta sociedad, lo enseñan las Madres todos los días. No hay que tenerle miedo a esa palabra, no hay que achicarse, y no soñar en pequeño, no tenemos que aprender a soñar en grande como nos enseñaron las Madres, incluso en las peores circunstancias como estamos atravesando”, aseguró Demetrio.
Para cerrar, se refirió a la vulgar propuesta del gobierno macrista de Milei de auditar las universidades, en una especie de amenaza que esconde de manera cobarde la denuncia de que las universidades hacen un supuesto uso espurio de los fondos del Estado. Cuestión que nunca pudieron probar, ni demostrar.
“El gobierno dice que va a auditar las cuentas de las universidades, ¿Por qué no audita quiénes son los que fugaron la guita de este país, quiénes son los que nos están impidiendo tener un futuro y un presente como el que nos merecemos, y que nos permita construir ese futuro? Eso es lo que tiene que auditar el gobierno y no lo hace”, arrojó.
“Y en el caso de la Universidad de las Madres, le digo al gobierno que puede venir a auditar todo lo que quiera y se va a encontrar con cero peso, porque no ha entregado ni un centavo a la Universidad de las Madres, y sin embargo, la Universidad de las Madres sigue en pie, sigue dando clases, siguen sus trabajadores al pie del cañón todos los días sosteniendo lo necesario para que la Universidad de las Madres siga, por el gran compromiso que tiene”, cerró Demetrio.
Más adelante, tomo la palabra Alejandra Boschini, que lleva cuatro meses sin cobrar, producto del brutal ajuste de Milei.
En un comienzo, la trabajadora no docente de la UNMa saludó a todos los presentes, a las Madres, y especialmente nombró a Cristina Caamaño, “rectora y compañera” de la UNMa, y comentó cada una de las tareas y actividades que desarrolla ella, y sus compañeros y compañeras, dentro de la casa de estudio de las Madres.
“Lo que nosotros hacemos habitualmente, mientras cobramos, es que todas las cuestiones que tienen que suceder en nuestra universidad sucedan. Empezamos por las inscripciones, seguimos por los seminarios, continuamos por las inscripciones a materias, por los acompañamientos de las trayectorias en el campus, por las actas, por los cierres de cuatrimestre, por las mesas de exámenes, y todas esas actividades y muchísimas más. Porque hay otras que desarrollan otros compañeros no docentes que están en el área administrativa o en la secretaría general. Todas sustentan las garantías en términos de derecho para cada uno y cada una de nuestros estudiantes”, relató.
“Todas esas tareas, a pesar de 4 meses sin cobrar, las seguimos realizando. Y esto tiene que ver porque no somos simplemente trabajadores, nosotros militamos un proyecto. Este proyecto que hizo nacer, proyecto que hacen que hoy nos acompañen Carmen y Pina”, advirtió y aseguró que “esta lucha recién comienza, esta lucha a nosotros nos fortaleció porque nos permitió organizarnos para optimizar las tareas y los recursos que tenemos, que son casi ninguno”.
“Así que por este camino vamos, esta lucha empieza, esta universidad va a estar de pie, se va a ser cada vez más visible. Hoy estamos acá caminando en esta Plaza, nosotros estamos todos los días a media cuadra con las puertas abiertas, porque las puertas de esta universidad no las va a cerrar nadie. Si este gobierno pretende deteriorar, desangrar y hacernos desaparecer, no lo va a poder, porque la lucha recién comienza y la vamos a resistir con el alma, con el corazón, y encarnando el sueño de Hebe”, sostuvo Boschini.
Para terminar, la trabajadora de la UNMa exigió al presidente que haga “girar los fondos que nos corresponden por ley. Este es un reclamo que hacemos con muchísima dignidad porque en esta universidad no se deja de trabajar, hay clases todos los días, y los docentes también están sin cobrar y seguimos sosteniéndola con toda la fuerza”, concluyó.
Por último, escuchamos a Carmen Arias, que hizo un repaso de la ardua tarea de las Madres para tener espacios en los medios de comunicación. “Supimos muy temprano en nuestra lucha, que para llevarla adelante debíamos poder comunicar nuestros objetivos”, rememoró.
“Hicimos un boletín en 1980, un Periódico en 1984, una revista en el año 2000 y después dos revistas más. Y también tuvimos distintos espacios en programas de radio amigos.
Hasta que en 1999 tuvimos nuestro primer programa propio, en FM La Tribu, y luego nuestra radio propia, la AM530, desde noviembre de 2005.
En 1994, Hebe hacía una columna, que se llamaba “Cuídese, pero no se salve”, en la Radio Futura de La Plata, dentro del programa ‘Los Cosos de al lado’”, relató Carmen.
En ese sentido, Carmen trajo al presente las palabras de nuestra compañera eterna en una de esas columnas, en pleno gobierno de Carlos Menem “con su plan de ajuste brutal”:
“Quiero contarles cuándo empezó el ajuste en este país, y quiero empezar por La Rioja, porque en 1867 en La Rioja comenzó la tortura.
El coronel Pablo Irarzábal empezó a tomar declaración y a torturar a los Llaneros Rebeldes de la provincia de La Rioja.
Les tomaba declaración, o sea: los clavaba en el cepo y los hacía caminar con los pies desollados o los desollaba, según la ocasión, con un cuchillo filoso.
El puerto de Buenos Aires emplea diversos instrumentos de «persuasión» contra las provincias alzadas. «Persuasión», le decían.
Uno de los más eficaces es el llamado «Cepo Colombiano». Se arma el cepo, doblado, se coloca al preso, se lo ata en arco con tientos húmedos, entre dos fusibles, de tal manera que al secarse los tientos, la espina dorsal cruje y se rompe en pedazos.
En La Rioja el ajuste empezó en 1867 y como dije, ya usaban esa palabra: “persuasión”.
¿Y ustedes saben que ahora usan la misma terminología? Persuasión y disuasión. 40 millones de dólares para reequipar a la policía, comprar armas, municiones y equipamiento general, para disuadir protestas y manifestaciones.
¿Vieron que no cambiaron tanto las cosas? Persuasión, quería decir atarlos en el cepo, arquearlos hasta matarlos. Disuadir es armar a la policía con municiones, para disuadir protestas y manifestaciones.
Hoy el presidente dijo que acá no hay ajuste, que sólo hay transformación, y yo busqué en el diccionario la palabra ajuste.
Y qué quiere decir: significa apretar, oprimir, escatimar. Mientras que la palabra “transformación”, significa hacer cambiar de hábitos y costumbres a las personas.
El presidente nos quiere acostumbrar a no comer, a no enfermarnos, a no ir a la escuela.
¿Y con qué nos quiere acostumbrar a eso? Con el ajuste, que es apretar, oprimir y escatimar.
¿Vieron cómo todo cierra?”, leyó Carmen, reafirmó: Hebe tenía razón.
“Qué bien le vendría a este gobierno lleno de burros, una clase abierta de Hebe, para que aprendan un poco de historia argentina y sobre todo, historia de las luchas populares argentinas, porque está visto que no saben nada, y creen que podrán llevar por delante al pueblo sin que haya resistencia. Se equivocan. Este gobierno pasará, y el pueblo quedará para siempre. Como Hebe”, remató Arias.
Sin más, Carmen saludó a toda la militancia e invitó a todos a la Marcha N° 2403 del próximo jueves 2 de mayo.