El Sumo Pontífice nos envió una carta donde nos expresa su más sentido dolor por la partida de su amiga, nuestra presidenta Hebe de Bonafini.
Agradecemos la profunda ternura del Papa Francisco.
Gracias por su bendición y oración.
Seguimos juntos marchando
A las Madres de la Plaza de Mayo.
Queridas Madres,
En este momento de dolor por la muerte de Hebe de Bonafini, madre de la
plaza, quiero estar cerca de Ustedes y de todas las personas que lloran su partida.
Supo transformar su vida, como Ustedes, marcada por el dolor de sus hijos e hijas
desaparecidos en una búsqueda incansable por la defensa de los derechos de los
más marginados e invisibilizados. Recuerdo, en el encuentro que tuvimos en el
Vaticano, la pasión que me transmitía por querer darle voz a quiénes no la tenían.
Su valentía y coraje, en momentos donde imperaba el silencio impulsó y
después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia. Una
búsqueda que la llevó semanalmente a marchar para que el olvido no se apoderase
de las calles y de la historia y, el compromiso con el otro, fuera la mejor palabra y
antídoto contra las atrocidades que se padecieron.
En esta, su última marcha, la acompañamos con la oración pidiéndole al
Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien
realizado; y, a Ustedes, las conforte y acompañe para seguir siendo las Madres de
la Memoria.
Rezo por Ustedes; por favor, no se olviden de rezar por mí. Que Jesús la
bendiga y la Virgen Santa las cuide