Cundo anoche escuché la noticia se me heló la sangre. Me quede sin habla. Llamé a mis compañeras y no pude dormir pensando hasta cuándo la OEA, junto a Luis Almagro y sus secuaces, van a seguir engañando a los pueblos con la fama de defender nuestras vidas, cuando la OEA las entrega atadas de pies y manos a los EE UU para dominarnos y robarnos todas nuestras riquezas, asesinando a mansalva al pueblo que trata siempre de evitar el golpe de estado.

Hacen desaparecer a miles y miles, encarcelan, torturan y empobrecen.

Perdón, hermanos nuestros, porque un presidente argentino, Mauricio Macri, y su banda, aportaron armas dar el golpe de Estado contra Evo Morales y matarlos.

¡Perdón, perdón, perdón, por no habernos dado cuenta que en las filas de nuestro ejército todavía tenemos traidores!

Queremos ayudarlos. Las Madres de Plaza de Mayo no estamos dispuestas a guardar silencio.

Las disculpas solas no sirven. Esperamos que se apliquen las penas más severas. No queremos esperar a que los juzgue la historia. Los queremos juzgar y condenar aquí y ahora, como corresponde a tamaño crimen.
 
Hebe de Bonafini

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