Este jueves 4 de diciembre, en el marco de la Semana de Hebe de Bonafini, las Madres de Plaza de Mayo Sara Mrad, Carmen Arias, Pina de Fiore e Irene Molinari inauguraron la Cátedra Libre Hebe de Bonafini, acompañadas por Cristina Caamaño y por el ministro bonaerense de la Comunidad, Andrés “el Cuervo” Larroque.
Más adelante, tomó la palabra Cristina Caamaño, rectora universitaria, quien celebró la creación de la Cátedra y subrayó la necesidad de seguir pensando a Hebe desde la acción colectiva y la disputa política, nunca desde el bronce.
En el mismo tono, las y los presentes siguieron un video con imágenes y palabras de Hebe de Bonafini, esa presencia que —aunque ya no esté físicamente— sigue marcando el camino de las Madres con firmeza y convicción.
Con el mismo ímpetu, Andrés “Cuervo” Larroque cerró el acto junto a Carmen Arias, Madre de Plaza de Mayo, recordando que la lucha no admite pausas y que para Hebe la política siempre fue acción concreta en defensa del pueblo.
Más adelante, Larroque comenzó señalando que la Casa de las Madres es “un lugar sagrado”, y celebró la creación de la Cátedra como un ámbito fundamental para ordenar y proyectar el pensamiento nacional y popular, especialmente el de Hebe, a quien definió como la dirigente política más lúcida de la Argentina contemporánea.
En el mismo tono, subrayó que Hebe no surgió de ninguna elite iluminada, sino de una humilde ama de casa que, junto a las Madres, se transformó en faro para un país huérfano, golpeado por el terrorismo de Estado, las traiciones políticas y la oscuridad neoliberal.
Con el mismo ímpetu, reivindicó a las Madres que nunca se rindieron, ni siquiera cuando se buscó amedrentarlas. Recordó que Hebe repetía una y otra vez que la clave era “seguir, seguir y seguir luchando”.
Más adelante, Larroque repasó cómo las Madres resistieron el retorno democrático sin concesiones, enfrentaron la impunidad de los 90 con las Marchas de la Resistencia y estuvieron en primera línea el 19 y 20 de diciembre de 2001, abriendo la puerta a un nuevo ciclo nacional y popular. Allí afirmó: “No podemos pensar a Néstor y a Cristina sin ese 19 y 20 y sin Hebe al frente de la represión”.
En el mismo tono, destacó la transformación que significó la llegada de Néstor Kirchner, “hijo de las Madres”, cuando el Estado asumió la política de Memoria, Verdad y Justicia que hasta entonces sostenían exclusivamente en la calle.
Con el mismo ímpetu, reivindicó a Hebe como una gran estratega política, capaz de leer el clima de época con una rapidez y claridad únicas. No especulaba, no calculaba: “Vivía en la verdad”.
Más adelante, cuestionó a un sistema político que intenta reducir a las Madres a figuras meramente simbólicas, sin aceptar su potencia política: “Lo que nunca aceptaron es que las Madres hagan política”.
En el mismo tono, remarcó una idea que atravesó todo su discurso: a Hebe no hay que pedirle más; ahora nos toca a nosotros. El mejor homenaje no es la nostalgia, sino la organización y la lucha.
Con el mismo ímpetu, habló de la crisis que atraviesa el país bajo el gobierno de Milei —por más que a Milei y su junta les moleste— y describió la dramática situación social: comedores que se quintuplican, demanda alimentaria que se dispara y un Estado nacional ausente.
Más adelante, llamó a no convertir los años de Néstor y Cristina en un recuerdo congelado, sino a reconstruir un presente y un futuro que devuelvan dignidad, como hicieron ellos.
En el mismo tono, insistió en que el pueblo argentino ya tiene un instrumento de organización: el peronismo. Y que la tarea es regenerarlo, revitalizarlo y volver a construir una mayoría capaz de frenar la pesadilla neoliberal y derrotarla en 2027.
Con el mismo ímpetu, destacó la figura del Gobernador bonaerense Axel Kicillof como emergente político nacional, reivindicando su coherencia frente al gobierno de Milei y señalando que su actitud se convirtió en una luz de esperanza para todo el país.
Por último, Larroque volvió al corazón de su mensaje: honrar a Hebe desde la acción, no desde homenajes vaciados. “El mejor homenaje no está en las palabras, está en la lucha”, cerró, acompañado por el aplauso y la emoción de toda la sala.

