Bajo un sol radiante las Madres realizaron, esta tarde, su marcha número 2068 en Plaza de Mayo, más de 40 años después de la primera vez que acudieron allí, en 1977, desesperadas ante la desaparición de sus hijxs.
Cientos de personas acompañaron el pañuelo blanco durante las dos vueltas a la pirámide de la histórica Plaza de Mayo.
En el espacio de los discursos, tras la marcha, hicieron uso de palabra el periodista Demetrio Iramain, director de la revista ¡Ni un paso atrás!; el referente de Radio Encuentro de Viedma, Néstor Busso; y la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini.
Demetrio comenzó ponderando la presencia de docentes de la Fundación Valdocco, que trabaja con jóvenes con problemas de adicciones y en la comunidad wichi, junto con el cura Juan Carlos Molina: “Realizan un gran trabajo territorial, en Chaco y Santa Cruz, y también tienen una sede en Haití, y hoy están aquí marchando con nosotros”, expresó.
Luego, se refirió a la jornada de movilización de ayer, en contra de la reforma laboral que promueve el gobierno. En ese marco, sostuvo: “Estuvo todo el pueblo movilizado. Hay un nuevo sindicalismo, combativo, que tiene que hacer poner colorado el triunvirato de la CGT. Eso se volvió a expresar ayer y ahí estuvieron las Madres. Estamos muy contentos con esa movilización”. “El pueblo está construyendo nuevos y mejores dirigentes. Más allá de las traiciones de senadores y diputados, confiamos en la fuerza de nuestro pueblo organizado que más temprano que tarde va a recuperar lo que perdimos en estos dos años”, añadió.
En otro tramo de sus palabras, el periodista hizo mención a las obras que tiene previstas el Gobierno de la Ciudad sobre la Plaza de Mayo: “Hay un compromiso de la palabra por parte de las autoridades de la Ciudad de que el plan de obra que comienza en enero no va a afectar la realización de la marcha. Se han comprometido a que los jueves, a las 15:30, como ocurre desde hace 40 años, se va a poder seguir realizando la marcha en las mismas condiciones: se va a poder armar el puesto, van a ingresar las camionetas”, señaló.
Además, agregó: “Por las dudas, queremos recordarle al Gobierno de la Ciudad que en el 2005 una ley de la Legislatura porteña, (la Nº 1653) declaró como ‘Sitio Histórico’ al área que rodea a la Pirámide de Mayo, donde están emplazados, y así lo dice el texto de la ley, los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo. Es obligación de este gobierno y de los que vengan, respetar y hacer cumplir la ley. Así que si deben levantar las baldosas debe saber que los pañuelos tienen que permanecer pintados: el pueblo los va a pintar todas las veces que sea necesario”. Hebe interrumpió su discurso para agregar que “estas mismas baldosas, de ser levantadas, las vamos a llevar a la Casa de las Madres y el pueblo va a volver a pintarlos”.
Luego, en un emotivo acto, Hebe les entregó un pañuelo de venecitas a Néstor Busso y Olga Castro, referentes de Radio Encuentro de Viedma, Río Negro, que recientemente inauguraron un canal de televisión abierta y que acompañan a las Madres desde hace muchísimos años.
Tras la entrega, Busso hizo uso de la palabra: “Es un inmenso honor el reconocimiento de las Madres en nombre de todo el equipo de la radio y la tevé. Estamos junto a compañeros de FARCO, las radios comunitarias con presencia en todo el país y de la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular. Estamos convencidos de que la comunicación popular son el instrumento de expresión para nuestro pueblo. Los medios comerciales y hoy los medios públicos visibilizan a las mayorías. Nosotros queremos ser los micrófonos y las pantallas para que todos y todas puedan expresarse, especialmente los más pobres. ¡Gracias, Madres! ¡Es un honor! ¡Somos hijos de las Madres!”
El cierre estuvo a cargo de la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, quien destacó la coherencia de Néstor Busso: “Ellos nunca cambiaron el rumbo ni el pensamiento. Por eso las Madres quisimos darle este pañuelo que representa el corazón de las Madres de Plaza de Mayo”. Y continuó: “El pañuelo debe estar en aquellos lugares en los que se lucha. Y Radio Encuentro es un lugar de esos, lleno de gente joven que trabaja. Como no podemos ir seguido a Viedma decidimos entregarles un pedazo de nuestro corazón”.
Luego, Hebe se refirió a lxs jóvenes de Fundación Valdocco que por la mañana visitaron la sede de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. “Estoy conmocionada y orgullosa de que haya jóvenes en lugares tan inhóspitos que a veces ni siquiera sabemos que existen”, reconoció Hebe y explicó que estos hombres y mujeres del Chaco “soportan 50 grados de calor, en ocasiones sin agua. Pero lo hacen con amor y los wichi transmiten el amor a la tierra y a todo lo que ella nos da”.
Hebe, visiblemente emocionada, debió frenar su discurso durante unos segundos y reveló que se encontraba “avergonzada”. Lxs cientxs de personas que hoy acompañaron a las Madres se convirtieron en un aplauso de amor y contención a las Madres. “Perdón y gracias por todo lo que hacen por nosotros. Ustedes nos hacen mejores, gente como ustedes nos hacen mejores”.
A continuación Hebe relató un hecho ocurrido al principio de la semana: “Nos habían regalado un Gauchito Gil. Le hicimos una casita linda y lo pusimos en la plaza, frente a la Casa de las Madres. Íbamos a plantar un árbol pero no pudimos. A las tres y media de la madrugada del miércoles se lo llevaron”. Y prosiguió: “Como la policía no nos puede secuestrar se llevaron al Gauchito. Lo secuestraron por orden de Larreta”.
La presidenta de la Asociación agregó que tras realizar las correspondientes consultas “nadie sabe dónde está”. Lxs presentes abuchearon al Jefe de Gobierno porteño y a la Policía de la Ciudad por la medida. Hebe, entonces, replicó: “La única respuesta posible es que cada unx de nosotrxs lleve un Gauchito Gil y armemos una gran casa llena de Gauchitos que no puedan secuestrar”. La propuesta fue celebrada por lxs presentes.
Y concluyó: “Lo único que le pido al Gauchito es que les cague la vida. Que les rompa las piernas, el Gauchito sabe cómo”.
Luego se refirió a la muerte de Rafael Nahuel, el joven de 27 años asesinado por la espalda en las inmediaciones del Lago Mascardi: “Macri dice que ellos dialogan, que no levantan la voz. Y claro, lo que levantan son pistolas y ametralladoras” y agregó: “Aunque digan que Santiago Maldonado murió ahogado no les vamos a creer. Quizás se ahogó pero después de haber sido torturado. Como hacían con nustrxs hijxs. No nos van a engañar”.
Y continuó: “Macri, ¿todavía no te diste cuenta con quienes estás hablando, no viste ayer al pueblo en las calles? ¿Cuándo van a disfrutar ustedes como lo hicimos ayer nosotros? Abrazándonos, gritando y diciendo todo lo que dijimos. Nunca, Macri, nunca. No les da. Tendrán mucha plata y poder pero cuando ya no puedan comprar más jueces les va a ir mal, va a reventar todo”.
Para finalizar, Hebe compartió un poema de Pablo Neruda, poeta chileno asesinado por al dictadura pinochetista en septiembre de 1973, según indicó un informe realizado por los peritos poco más de dos meses atrás en el marco de la investigación de los crímenes de lesa humanidad cometidos por las Fuerzas Armadas chilenas.
“Pensé que no iba a tener que leer este poema de nuevo. Pero hago mías las palabras de Neruda”, finalizó Hebe de Bonafini.
Pablo Neruda – Los enemigos
Ellos aquí trajeron los fusiles repletos
de pólvora, ellos mandaron el acerbo
exterminio,
ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayó con su bandera,
y el joven sonriente rodó a su lado herido,
y el estupor del pueblo vio caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte,
pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el crimen,
pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía,
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.
No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
No los quiero de embajadores,
tampoco en su casa tranquilos,
los quiero ver aquí juzgados
en esta plaza, en este sitio.
Quiero castigo.