

Ayer, muy tarde, porque no estaba en casa, me enteré que hoy te van a hacer un homenaje en la Cancillería. Pero como no puedo ir quería, de alguna manera, estar presente.
Nunca olvidaré que en mi primer viaje a Estados Unidos, en la primera fila, escuchándome, estabas vos.
Cuando terminé de hablar te levantaste, me abrazaste fuerte y me dijiste «quiero hablar con usted».
Y fue allí, en tu oficina, donde nació con fuerza indestructible nuestra eterna amistad.
Mi emoción de hoy es igual a la de aquel día. Mientras, y hasta que nos encontremos, esperame en alguna estrella, como siempre, mirándome dulcemente.
Hebe de Bonafini
Presidente de la Asociación Madres de Plaza de Mayo