Eduardo Hidalgo: un indispensable
Hace un rato me enteré que ha muerto Eduardo Hidalgo. Ayer me habían avisado que estaba muy mal.
Eduardo Hidalgo sea, tal vez y para muchos, un desconocido.
Pero quiero que sepan que fue un hombre que peleó en Bahía Blanca contra viento y marea, y que ayudó a las Madres todo el tiempo, a las Madres de Bahía y a nosotras, las de Buenos Aires. Que preparó los actos más grandes en su ciudad. Que armó un pequeño museo. Que promovió juicios. Que no paró.
Eduardo era de esos compañeros que son indispensables. Siempre con discreción y humildad. No lo hacía para aparecer, lo hacía porque lo sentía.
Él amaba a sus compañeros que habían desaparecido. Los amaba con una fuerza que a mí me llamaba la atención.
Para nosotras nunca va a morir. Lo vamos a llevar siempre en nuestro corazón. Va a estar en cada Plaza. En cada voz que se levante.
Me dio mucha pena, mucha tristeza. Sé que tiene un hijo, a quien voy a llamar. Pero a veces en estas ocasiones es muy difícil decir algo.
Sólo quiero decirle que va a estar en cada marcha de la Plaza, en cada vez que nombramos a un indispensable, va a estar él.
Hebe de Bonafini