Este jueves 25 de septiembre, en una Plaza de Mayo cargada de dolor y exigencia, tuvo lugar la Marcha de los Jueves N° 2476 de las Madres de Plaza de Mayo, con la presencia entre otras de las Madres Carmen y Pina, de Demetrio Iramain y de Dolores Sigampa, mamá de Ezequiel Demonty. El acto se desarrolló en un contexto de conmoción nacional por los brutales femicidios de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, que fortalecen la urgencia del reclamo por justicia y memoria.

En primer término, tomó la palabra Demetrio Iramain, poeta y docente de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo, quien abrió con una noticia cultural que celebró con emoción junto a las Madres. “Las Madres firmaron un convenio con la Unión de Músicos Independientes que va a permitir poner en plataformas de música varios materiales producidos por ellas que hoy no están disponibles. Y el primer lanzamiento va a ser mañana: la canción que grabó La Renga para las Madres en el Festival de Ferro en 1997, cuando cumplían 20 años”. Recordó que aquellas jornadas de rock no sólo habían sido un hecho cultural inmenso, sino que con lo recaudado se pudo comprar la primera sede de lo que, tres años después, se convertiría en la Universidad de las Madres. “Ese material estaba agotado, nunca subido a plataformas, y a partir de mañana va a estar disponible para todos y todas”, destacó.

Más adelante, con el mismo ímpetu, Iramain se refirió a los femicidios que sacudieron al país: “Estamos todos realmente muy consternados, muy rabiosos, con los dientes apretados por lo que pasó. Siempre los cuerpos los ponen las mujeres y los ponen los pobres. Siempre terminan poniendo la vida nuestras compañeras”. Desde esa certeza cuestionó el discurso represivo que buscó instalarse como salida inmediata: “El problema del narcotráfico en la Argentina no se va a resolver con mayor policía en las villas. Eso, en vez de dar solución, agrava los problemas”.

En ese sentido, denunció la hipocresía de los gobiernos que se muestran duros contra el narco pero sólo van contra los eslabones más débiles: “Si quieren enfrentar realmente al narcotráfico, no hay que perseguir a los kioscos ni a los soldaditos que arriesgan la vida. Hay que ir a los peces gordos, a los que lavan la guita. Y ahí nadie se anima a apuntar”. Y recordó: “La última vez que tuvimos un proyecto serio para atacar la criminalidad compleja fue con Alejandra Gils Carbó, la única procuradora general del pueblo”.

En el mismo tono, sostuvo que la salida no está en más policías ni en más cárceles, sino en fortalecer al Estado con políticas sociales: “Para eso tenemos que tener más solidaridad, más organización comunitaria. No podemos seguir perdiendo vidas así. Esas compañeras son nuestras, no me importa lo que hacían con sus vidas en privado. Lo que tenemos que analizar es el contexto”.

Con fuerza, reivindicó el programa Entramados, lanzado por Axel Kicillof, que busca dar una respuesta integral a los jóvenes de barrios populares tentados por el delito: “Ese programa lo tenemos que potenciar y lo celebramos, porque Axel se hace cargo de que los que están en peor situación son los pibes y pibas de los barrios. Pero el Estado no es la policía: tiene que estar con trabajo, educación y salud”.

Finalmente, advirtió sobre la manipulación mediática y el intento de instalar un discurso xenófobo tras los femicidios: “Ayer veía con mucho dolor cómo pedían fuera los extranjeros, porque uno de los detenidos es peruano. No, los jefes del narcotráfico viven en barrios privados, con todos los lujos. No nos equivoquemos”. Y cerró con un llamado directo: “El 26 de octubre tenemos una razón más para ir a votar en contra de este gobierno criminal, sacarlos de una buena vez y empezar a construir una alternativa política que dé respuesta integral a todo lo que está pasando en nuestros barrios”.

Luego fue el turno de Dolores Sigampa, mamá de Ezequiel Demonty, quien compartió con la Plaza una historia atravesada por el dolor y la violencia institucional. “Un gusto estar acá con las Madres y compartir la historia que es herencia de la dictadura que se llevó a los 30.000 compañeros”, comenzó. Y enseguida recordó lo ocurrido el 14 de septiembre de 2002: “A mi hijo lo detuvo ilegalmente la Policía Federal de la comisaría 34, junto a otros dos chicos que salían de un baile. Los torturaron, los golpearon y después los tiraron al Riachuelo. Lo estuvimos buscando una semana”.

Más adelante, relató cómo ese crimen destruyó a su familia y la obligó a salir a luchar. “Yo quería que me devolvieran a mi hijo. Una vez dije: ‘Me lo devuelven y no hago más nada’. Pero me lo devolvieron muerto. Lo encontramos en el Riachuelo el 21 de septiembre, después de una semana desaparecido, y ahí empezó la lucha verdadera”. Esa búsqueda derivó en un juicio histórico: “Fueron condenados los nueve policías que participaron del brutal asesinato. Hoy sólo queda uno preso: Somoano, hijo de un comisario. Siempre dije que él aprendió del padre, como nosotras aprendimos de las Madres de Plaza de Mayo”.

En ese marco, evocó el miedo de los primeros tiempos y el acompañamiento que recibió: “Al principio tenés miedo de todos, el primero que ves es un policía y pensás que te va a volver a hacer daño. Hasta que conocí a Gustavo Lesbegueris, que era defensor del pueblo, y nos guió en la búsqueda”. Y también recordó a las compañeras de la lucha: “Rosita Bru, mamá de Miguel, me llamó cuando me quebré después del juicio y me dijo: ‘Nena, levantate porque esto sigue. Hay otras madres que necesitan de nosotras’”.

Con el mismo ímpetu, conectó su historia con la realidad actual: “Nosotras vivimos en barrios populares y la violencia institucional la sufrimos de toda la vida. Hoy por hoy tenemos un gobierno sociópata, un desquiciado, y una ministra de Seguridad que da asco nombrarla”. Denunció además la brutalidad policial que persiste: “Esta policía de ahora es primero tirar, después preguntar. Así nos siguen matando a los pibes y a las pibas, y ellos salen a defenderlos”.

Finalmente, Sigampa vinculó los femicidios recientes con un mensaje mafioso: “La policía tiene que ver, porque el mensaje que dieron no es para nosotros. La nena más chiquita fue el sacrificio para mandar un mensaje a alguien más arriba. Es muy fuerte lo que pasó”. Y concluyó con un llamado colectivo a seguir el ejemplo de las Madres: “Esta lucha tiene que seguir. Ellas dejaron todo por sus hijos, como lo tenemos que dejar nosotras contra la violencia institucional, para que no nos sigan matando a los pibes”. La Plaza respondió con un cerrado grito de memoria:

—30.000 compañeros detenidos-desaparecidos
—¡Presente!
—Ahora
—¡Y siempre!

Más adelante fue el turno de la Madre de Plaza de Mayo Carmen Arias, que al comienzo de su intervención en la Plaza entonó junto a la militancia el “Feliz cumpleaños” para Kicillof, que cumplía años este mismo jueves 25 de septiembre. Fue un gesto de afecto hacia quien las Madres reconocen como un aliado en la defensa del pueblo frente al ajuste y la entrega.

Más adelante, Carmen tomó el micrófono conmovida por la noticia de los femicidios que sacudieron al país. “Nuestras condolencias a las familias de estas tres chicas que fueron asesinadas tan brutalmente por un grupo de narcos, y esperemos que las personas de este país que tienen la obligación de encontrar y castigar a los culpables lo hagan como corresponde”, expresó. Y lanzó un fuerte cuestionamiento al rol de la ministra de Seguridad: “Que la Bullrich se dedique a maltratar a los jubilados o a las personas que están los miércoles en la calle, y de esto se lave las manos… esperemos que hagan lo que les corresponda”.

Con el mismo ímpetu, Arias apuntó contra Javier Milei y su gobierno: “¿Qué vamos a hablar del presidente que tenemos? Está paseando por Estados Unidos vendiendo el país totalmente. Ya está medio vendido, ahora lo están vendiendo del todo para que los pobres cada vez seamos más pobres”. En esa línea, retomó lo dicho por Demetrio Iramain y llamó a no bajar los brazos en las urnas: “Hay que fijarse bien a quién vamos a votar el mes que viene. Que nadie deje de ir a votar y que sepa bien a quién vota para levantar este país, porque si no vamos a estar cada vez más en la ruina”.

Carmen dejó clara su posición respecto al futuro inmediato: “Yo quisiera que se vaya antes del 27, pero si no se puede antes, que salga en el 27 y lo terminemos del todo”. Su mensaje cerró con un aplauso colectivo que reafirmó lo dicho a lo largo de la tarde: las Madres siguen marcando el camino de resistencia, por los sueños de los 30.000.

Por último, Pina tomó el micrófono para saludar a la militancia que cerró la Marcha de los Jueves N° 2476 acompañando a las Madres y cantando las consignas de siempre.

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