En el anteúltimo jueves del año, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la Marcha de los Jueves N° 2436 con la presencia de Demetrio Iramain y Pablo Llonto, periodista, abogado, y compañero cercano de las Madres que recibió en vida el pañuelo por parte de nuestra compañera eterna Hebe de Bonafini. Al cierre, Carmen Arias tomó la palabra junto a Josefa “Pina” de Fiore.
En el inicio de la jornada, Demetrio Iramain saludó a la militancia presente y, como es habitual, comenzó con los anuncios: “A partir de hoy, tenemos en el puesto de las Madres y en la Casa de las Madres la revista Contraeditorial, que vuelve a salir en papel. Es una publicación que, desde su inicio en pleno macrismo, siempre dedicó una página a las Madres de Plaza de Mayo, incluso en los peores momentos de persecución”. Recordó que esta iniciativa permitía a las Madres compartir “su historia, su presente y su futuro” cuando la adversidad arreciaba. Invitó a los presentes a adquirir un ejemplar: “Todo lo que se recaude será para las Madres, porque cada aporte cuenta para sostener esta lucha”.
Con el mismo tono, remarcó la importancia de la solidaridad para seguir adelante, en un año donde las Madres enfrentaron un “hostigamiento brutal”. Haciendo referencia a las contribuciones de la militancia, expresó: “No importa si lo que pueden aportar es mucho o poco, porque entre muchos que ponen poquito hacemos un montonazo. Así es como las Madres han llegado hasta acá, gracias a la comprensión, la solidaridad y el amor de ustedes”.
Más adelante, Iramain compartió una invitación especial: “Mañana, a partir de las 19:30, en el auditorio de la Casa de las Madres, tendremos un brindis organizado por la comunidad de la Universidad Nacional de las Madres. Es un encuentro promovido por los estudiantes, quienes finalmente lograron conformar una comisión provisoria que los representa. ¡Esto es un logro enorme!”. Con entusiasmo, agregó: “Habrá música, algún video y precios populares en el buffet. Los esperamos a todos para compartir este momento de unidad”.
El discurso luego giró hacia una reflexión histórica sobre diciembre, un mes cargado de significado político. Iramain destacó dos fechas fundamentales: el 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando la rebelión popular marcó un quiebre histórico, y el 15 de diciembre de 2005, cuando Néstor Kirchner anunció la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. “Estas dos fechas conversan entre sí. La decisión de Néstor fue, de algún modo, la continuidad institucional del grito de las calles en diciembre de 2001”, afirmó.
En este sentido, resaltó el rol de las Madres en ese contexto: “Hubo un genocidio en la Argentina para imponer al Fondo Monetario Internacional. Esa deuda fue la herramienta para condicionar toda nuestra política económica, con impactos profundos en lo social, lo cultural y lo educativo. Néstor, con su decisión, cerró ese ciclo abierto por la dictadura de Martínez de Hoz”.
Con el mismo ímpetu, recordó un hito importante: la última Marcha de la Resistencia, realizada en enero de 2006. “Las Madres tomaron la decisión de dejar de hacer estas marchas porque, como dijeron entonces, ‘el enemigo ya no está en la Casa de Gobierno’. Fue un gesto decidido de apoyo a Kirchner, y aunque muchos no lo comprendieron, fue un momento clave en la historia de nuestra lucha”, señaló.
Hacia el final de su intervención, Iramain trazó un paralelismo entre esas luchas del pasado y las del presente. “Muchos piensan que las soluciones van a venir el año que viene si votamos bien. Compañeros, eso es un error. La historia nos enseña que los grandes cambios no vienen de las urnas, sino de la lucha en las calles. Perón vino después del 17 de octubre, Cámpora vino después de la resistencia peronista, y Néstor vino después de la rebelión de 2001”.
Para cerrar, citó las palabras de Hebe de Bonafini: “Tenemos que hacer la pueblada, tenemos que movilizarnos, tenemos que salir a la calle. Las respuestas no van a venir de un juez ni de un voto, van a venir de la lucha”. Su mensaje fue claro: “Es desde la organización y la resistencia donde construiremos las condiciones para el cambio que nuestro pueblo necesita”.
Acto seguido, Pablo Llonto ofreció un discurso que combinó memoria histórica, reflexión política y un llamado a la acción. Desde su experiencia y compromiso con la lucha de las Madres, trazó un recorrido por los momentos más oscuros de la historia reciente, las luchas actuales por la justicia y las posibles soluciones para transformar un sistema judicial que, según él, sigue siendo profundamente antidemocrático.
Llonto comenzó su intervención recordando la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, que logró la renuncia del presidente Fernando de la Rúa. “Fue una lucha necesaria contra un gobierno tiránico y entregador”, afirmó. Pero pronto se centró en una palabra que, según él, define tanto aquel momento como la historia de las Madres: “injusticia”. “La injusticia fue algo que las Madres conocieron de cerca. La vivieron cuando recorrían los palacios de tribunales, presentaban habeas corpus y denunciaban las desapariciones de sus hijos e hijas. La respuesta de la mayoría de los jueces y juezas era el rechazo, el silencio, la indiferencia”, recordó con énfasis.
A pesar de ello, Llonto también destacó los avances obtenidos en los últimos años gracias a la perseverancia de los organismos de derechos humanos. “Hace pocos días, en Neuquén, se logró un fallo histórico: la condena a 11 años de prisión de un juez y un fiscal de la dictadura que no hicieron lo que debían cuando las Madres clamaban por justicia”, comentó, marcando este hecho como un ejemplo de que las luchas no son en vano.
Sin embargo, advirtió sobre los límites del sistema judicial actual. “La solución no va a venir solo de los tribunales; va a venir desde las calles, desde la militancia, desde nuestra lucha colectiva”, afirmó, coincidiendo con las palabras de Demetrio Iramain en el mismo acto. En esta línea, insistió en que no hay que abandonar la batalla en el ámbito judicial, pero tampoco depositar en él una confianza ciega: “La justicia, en definitiva, está hecha por hombres y mujeres que toman decisiones políticas. Y esas decisiones, muchas veces, están lejos de la justicia que buscamos”.
Llonto aprovechó la ocasión para comparar la situación argentina con otros países de la región. “En México, los compañeros y compañeras están dando pasos importantes hacia una revolución democrática dentro del sistema judicial. Tuvieron que lograr una reforma constitucional para permitir que, el año que viene, el pueblo pueda votar por primera vez en la historia a los integrantes de uno de los poderes del Estado que nunca fue democrático”, explicó. También recordó los intentos de democratización que Cristina Fernández de Kirchner impulsó durante su mandato, como el proyecto que proponía el voto popular para elegir a los consejeros del Consejo de la Magistratura. “Ese proyecto, que apenas contenía un gramo de democracia, fue frenado por la Corte Suprema. ¿Por qué? Porque a los sectores de poder no les interesa democratizar nada”, cuestionó.
La crítica de Llonto no se limitó al pasado. Señaló que la Cámara Federal de Comodoro Py recientemente reabrió una causa para investigar a exintegrantes de organizaciones armadas de los años 60 y 70, algo que consideró un intento de reinstalar la teoría de los dos demonios. “Es un acto de injusticia tremendo. Esos compañeros y compañeras ya sufrieron la justicia de las dictaduras. Muchos pasaron años en cárceles y padecieron torturas, vuelos de la muerte y centros clandestinos. Los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles, pero estas persecuciones no lo son. Por eso vamos a seguir peleando para que esos fallos injustos no prosperen”, aseguró.
En este marco, Llonto lanzó una propuesta que, según él, debe ser debatida en el campo popular: implementar el voto popular para elegir jueces y juezas. “Hay quienes no están de acuerdo, incluso en nuestro espacio, pero lo que digo es: discutamos. Porque el poder judicial es el único poder del Estado que no es democrático, y eso permite que hoy tengamos vacantes sin llenar y que Milei intente meter jueces de la Corte por decreto. Es hora de que avancemos hacia una justicia que responda al pueblo”, enfatizó.
Finalmente, Llonto cerró su intervención destacando el rol transformador de la Universidad Nacional de las Madres en la formación de abogados y abogadas con una mirada distinta sobre la justicia y los derechos humanos. “La UNMa no solo es un espacio de formación académica, sino también un pilar en nuestra lucha. Por eso, les pido que inviten a sus hijos, hijas, nietos, nietas y compañeros a inscribirse en nuestras cinco carreras. Porque necesitamos más profesionales comprometidos, formados desde una perspectiva de derechos humanos”, concluyó.
Con su intervención, Llonto no solo revivió la memoria de las luchas pasadas, sino que también trazó un horizonte de transformación para el presente y el futuro. Su llamado a democratizar el poder judicial y a fortalecer los espacios de formación como la UNMa resuena como un desafío para toda la militancia, reafirmando el compromiso colectivo con la justicia que las Madres han liderado durante décadas.
Para cerrar la Marcha de los Jueves N° 2436, Carmen Arias tomó el micrófono con la fuerza que caracteriza a las Madres y trajo al presente un discurso que nuestra compañera eterna Hebe de Bonafini pronunció durante la Marcha de la Resistencia N° 21, en los días previos al 19 y 20 de diciembre de 2001. Este fue el mensaje de Hebe:
“Esta marcha la empezamos por primera vez en el 81, esta es la número 21, pero claro, en este momento que vive el país tiene como mucho más contenido, ¿no?
Combatimos la falta de trabajo, combatimos la riqueza, la falta de trabajo que es un crimen y este plan económico del gobierno que es de terror, que es un golpe de Estado donde perdemos todos, menos los ricos y los bancos, que son los que siempre quedan bien parados.
Mueren 100 niños por día por este plan. Por eso esta marcha es de resistencia y piquetera.
Hicimos un piquete en la Plaza de Mayo esta tarde. Me dio mucha emoción y tristeza ver a la juventud.
Emoción de ver que luchan, que no se resignan, que no se callan, que no se quedan, que son dignos.
Y tristeza porque serían jóvenes que podrían estar trabajando, estudiando, produciendo para el país, y no tener que estar pidiendo trabajo, así, con esa fuerza.
Los que gobiernan, los jueces y los políticos, han pasado a ser nuestros enemigos. Antes teníamos un solo enemigo, bien identificado, que eran los militares. Y ahora los militares se han transformado también en políticos.
Que están sentados en el sillón de Rivadavia. Y que se creen que el país es una estancia. Una estancia de la que el dueño es Estados Unidos. Y ellos son solo los capataces. Y nosotros, peor que los animales.
Nadie se ha acercado a conmigo por parte de este gobierno. Y si lo hicieran, ni los recibiría.
¿Qué tengo que hablar con ellos?
Vos imagínate: ¿qué tengo que hablar con un gobierno que hace lo que hace? Yo no tengo ningún interés de dialogar con ellos. Realmente el diálogo se hace con el igual. Y para mí el gobierno es nuestro enemigo.”
Carmen Arias retomó el espíritu del mensaje de Hebe, reafirmando su vigencia en el presente. «Todo eso que dijo Hebe en 2001 vale para hoy», expresó con firmeza. La comparación con la realidad actual no fue casual: Carmen enfatizó que, al igual que en aquel entonces, el gobierno actual representa un enemigo al que las Madres no dialogarán, ni negociarán, sino que combatirán con todas sus fuerzas.
Con ese espíritu inquebrantable, Carmen cerró la jornada recordándonos que la lucha de las Madres sigue viva, comprometida con los sueños de los 30 mil y con el mismo ímpetu que las llevó a resistir en los momentos más oscuros de la historia argentina.