Srxs. Jueces Federales de C.A.B.A.

Hebe María Pastor de Bonafini, DNI 3.111.352, con domicilio declarado en autos, en el marco de la Causa N° 6204/2011, ante uds. manifiesto:

Será comprendido, tarde o temprano, que la meta de verdad y justicia nunca fue la finalidad de este proceso, y resulta evidente después de casi 10 años de acumular papeles y negarnos constantemente derechos. Pero el tiempo no puede ser más desperdiciado para mí. Ya no más.

Se cometieron violencias ilegales evidentes. Se negaron garantías y derechos de defensa, rechazaron pruebas, soporté las notorias incongruencias y falsas acusaciones, se impidió revisar resoluciones, se cambiaron todos los jueces, se ordenó allanar y detenerme, se suscribieron declaraciones mendaces, se excedieron todos los plazos razonables, entre otras cosas infames, por fuera del derecho.
Nos someten a una fuerza oculta, sobre la que nunca se tiene acceso, defensa, control ni salida, cual ficción laberíntica literaria.

No hay ningún Juez natural y legítimo en la causa, expulsados mafiosamente los iniciales y puestos otros ilegalmente, que incluso denuncié por ser parte de un sistema de persecución, asociado con medios y servicios de inteligencia ilegal, el cual siquiera simula su apariencia democrática, sino que aviva un régimen de facto, autoritario y con claro ánimo de persecución ideológica y de alquimia moral. Esta es la verdadera naturaleza que subyace detrás del proceso. Un plan que no nació de una idea doméstica, sino importado para la región.

Resulta redundante además tener que decir que no sólo no existe ningún crecimiento patrimonial, hasta rechazamos toda indemnización por el asesinato de los hijxs, y luchamos contra el ánimo de usura del ser humano, y si lo hay es justamente en los que insisten en su afán por la posesión y nos atacan, los que planearon apresarme, me prohíben salir del país, allanaron la casa y pretendieron secuestrar hasta las imágenes y registros históricos injustificadamente, con el único objetivo de difamar durante una década, y que pretenden perpetuar sin límites.

En fin, un juicio “dibujado” con calumnias.

Es en vano ya pretender una discusión jurídica en estas condiciones, es subestimar e insultar. No es justo, ético ni equilibrado proponer una reflexión lógica y un sentir sincero por medios institucionales violentos y corruptos; no es escapar de la pelea, es poner en evidencia una falsa discrepancia de dialéctica jurídica y una cobarde y desigual disputa, que no está al alcance de esta parte, no por la inferioridad de vigor, sino por no malgastar la vida en una artificial confrontación, de mentiras, engaños y marcada amnistía histórica.

Una causa que tiene su fuente creadora en una cuestión puramente de ideología política y persecución personal, no se va a desentrañar en el terreno y esfera que lo ejecuta.

La distracción del ímpetu vital de la sociedad por el palacio de Comodoro Py, convertido en un teatro atroz, una ópera tosca de este tiempo, del que no deseo formar parte de su elenco adúltero, el que ejerció otra miseria planificada y que sólo infunde odio y violencia. Es esta la mayor calumnia y el más cruel saqueo, la distorsión de la historia sobre el pueblo, al cual prefiero intentar sacudir su conciencia, y que hoy padece más que nunca las injusticias sociales y anímicas de la época.

La justicia escapó hace años de esos palacios, es esta una realidad que resulta lamentable, pero que nos aqueja a todxs. Que conserva rémoras monárquicas, vitalicias, antidemocráticas y todavía aloja versadas cultivas de inquisición y arrogancia, y continúa derramando sangre en otras formas.

Por los jueces, no se trata de cantidad sino de humanidad. No me resigno a vivir en una sociedad donde se comprendan valores éticos de justicia, pero hoy lo siento distante.

Indagar en la verdad nos hará libres, dicen, pero no la encontrarán aquellos que entienden la jurisdicción tiránica como la verdad, en lugar de la verdad como voluntad de vida.

Tenemos entonces, una responsabilidad humana superior a una vulgar contienda judicial corrompida, a quienes la historia sola hará confesar sus elocuentes bajezas.

Si la experiencia de vida nos demuestra que no hay siempre felicidad, seamos entonces al menos siempre valientes.

Espero se alcance una pronta comprensión al silencio interior de los jóvenes, que son todo el tesoro y quienes deben despertar del síntoma, para obtener conciencia del tiempo que viene después de nosotros. Nadie podrá sacudirse la vergonzosa complicidad de lo callado, pretextando que no sabía nada.

Sé muy bien que no seré comprendida en este tiempo, incluso duramente criticada. Nada hay oculto que no vaya a ser descubierto, pero sabrán que no tengo mucho tiempo de sobra, y quiero dedicarlo enteramente a la libertad y amar lo que es en la vida.

No está en mí la posibilidad de eludir decisiones arriesgadas, como las que condujeron a marchar orbitalmente fuera del sentido del tiempo en la plaza, como destino natural.

Por último, no podrán decir que me fugo de la justicia, porque me he desvelado en forjarla en cada momento de mi vida, y desde hace muchos años la tengo muy presente. Si otra vez buscan detenerme, estaré en mi casa, y para siempre como todos los jueves en la Plaza de Mayo a las 15:30hs.

Son estas, entonces, las razones, que complementará el tiempo, por las que decido vivir sin su espada inminente acechando, y que no implican de modo alguno una abdicación a mi ánimo de justicia, sino su opuesta complementariedad.

Los saludo cordialmente.

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