La Plaza de Mayo volvió a recibir el pañuelo blanco, como todos los jueves desde hace más de 40 años, en la marcha 2067 de las Madres. Como sucede cada semana, lo hicieron acompañadas por cientos de personas que dieron dos vueltas alrededor de la Pirámide, acompañadas por diversos cánticos. Tras ello, en el espacio de La Hormiguita Colorada, hicieron uso de la palabra el periodista Luis Zarranz, coordinador del área de Prensa de la Asociación, y la presidenta de la organización, Hebe de Bonafini.

Zarranz se refirió a los medios de comunicación hegemónicos: “Su hegemonía pretende consolidarse con despidos y precarización, obviamente con un objetivo aleccionador que excede a los propios afectados”, sostuvo. “El poder de los medios consiste en fijar sentidos e ideologías, formar opiniones y trazar líneas predominantes del imaginario social, y para hacerlo deben ocultar cantidades de hechos. Su negocio no es lo que cuentan sino lo que ocultan. Por eso, son dispositivos de control social”, completó.

En esa línea, el periodista postuló: “Se ha hablado hasta el cansancio sobre las cadenas nacionales de la ex presidenta; la cadena nacional de hoy es el discurso único que poner en riesgo la democracia”. “Estos medios son un peligro para la democracia”, añadió.

Luego, enumeró distintas “operaciones de ocultamiento y distracción”: entre ellas, mencionó la censura, la posverdad y la frivolización. “Hay hambre, desocupación, presos políticos, desaparecidos y los medios hablan de cualquier otra cosa”, afirmó. “Los medios no son sólo cómplices. Son partícipes necesarios de esta miseria planificada construyendo un consenso social que la habilita y legitima. Debemos, entonces, desconfiar de estos consensos artificiales. No hay consenso posible entre la vaca y el carnicero o entre el pueblo y sus verdugos. La verdadera grieta es esa: si somos pueblo o verdugos”, concluyó.

El cierre estuvo a cargo de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien hizo mención a la cumbre de sindicalistas y organizaciones sociales que se desarrolla en el Vaticano durante hoy y mañana, con la presencia de delegaciones de más de 40 países. La cumbre tiene como lema: “El Trabajo y el Movimiento de los Trabajadores en el Centro del Desarrollo Humano Integral, Sostenible y Solidario: ¿Por qué el mundo del trabajo sigue siendo la clave del desarrollo en el mundo global?”.

“Roma siempre ha sido una ciudad maravillosa, solo hay que caminar para enamorarse de ella. Pero ahora resulta que están todxs enamorados del Papa, por eso viajaron todxs. A esta reunión viajaron tirios y troyanos”, advirtió Bonafini.

Luego realizó un pedido al Sumo Pontífice: “Yo no sé si el Papa escucha a las Madres los sábados a la mañana, no creo que vea televisión argentina pero ojalá nos escuches. Cómo me gustaría que me escuches, Francisco”. En este sentido, Hebe fundamentó el requerimiento: “En esa cumbre tendrán la palabra los peores de la CGT, la cúpula, esos que arreglaron con el Gobierno la vida y la muerte de millones de trabajadorxs. Van a viajar los que vendieron la vida de nuestrxs niñxs”.

Y continuó: “Francisco, no les creas, todo lo que te digan es una mentira. Son una manga de mentirosos que ya tienen todo arreglado con el Gobierno”.

Ante el avance del Gobierno en su intención de llevar a cabo la reforma laboral que terminará con varios de los derechos que el movimiento obrero organizado supo conquistar a lo largo de la historia, Hebe denunció “esa ley, ese arreglo que dejará al pueblo sin trabajo impunemente” y aseguró que el objetivo es “el cierre de fábricas, sin lástima. Quieren que haya miles y miles de niños con hambre en las villas”.

Hebe recordó que “el 54% de los desaparecidos eran trabajadores que querían una conducción sindical diferente, los desaparecieron por querer algo distinto” y solicitó a Francisco que “escuche a los compañeros que están ahí pero que no tienen voz, para que cuenten bien todo lo que está pasando”. Bonafini no pudo dejar de lamentar que “los poderosos siempre llegan antes”.

“El Vaticano no puede servir solo para rezar. Tiene que servir para luchar por los pueblos y sobre todo los nuestros”, enfatizó Hebe y fustigó a ciertos dirigentes que tras visitar la Santa Sede regresan “llenos de orgullo por sacarse una foto con el Papa”.

En referencia a aquellos dirigentes sindicales cómplices del ajuste del Gobierno nacional, el cierre de Hebe fue contundente: “Ojalá que si hay un Dios, caiga un rayo y les parta la cabeza”.

 

 

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