Como decimos las Madres, Esther Pezoa de Schneider también se cambió de casa. Tal vez aquí, en Buenos Aires, muchos no sepan quién es Esther. Y digo quién es porque para nosotras las Madres siguen viviendo.
Esther era una compañera muy aguerrida que peleó mucho en una provincia muy conservadora. Ella, con su puesto compartido con otros, porque para ella sola no había un puesto en la plaza, iba todos los domingos, todo el día a vender el material de las Madres y a repartir volantes. A veces, acompañada de otras mujeres que también formaban partes de las Madres y a veces sola. Con frio, lluvia o viento a Esther no la paró nada.
Por eso pienso que tampoco la va a parar la muerte.
Como otras de nosotras, seguirá ocupando un lugar todos los jueves en Plaza de Mayo.

 

Hebe de Bonafini

Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo

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